Los manifestantes Irrumpieron en medio de las misas para denunciar la complicidad de la Iglesia Católica polaca con el gobierno derechista.
La virulenta reacción de decenas de miles de manifestantes polacos en contra de la ley antiabortista más restrictiva de toda Europa, ha sorprendido a propios y extraños, pues aunque se sabía de la fuerte resistencia de los polacos en contra de las leyes gubernamentales, pocos esperaban que el tribunal superior de justicia proclamara como «anticonstitucional» el derecho al aborto. Ello explica el cariz furibundo que han tenido las manifestaciones de este jueves en todo Polonia.
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL
‘!Esto es la guerra!’, proclamaba estupefacto el periodico norteamericano The New York Times, al constatar a través de sus corresponsales en Polonia como una marea de manifestaciones invadia las calles de la ciudades polacas.: Y es que ni las duras restricciones impuestas contra la pandemia del coronavirus han logrado que este jueves que decenas de miles polacos desafiaran las prohibiciones para lanzarse a la calle a protestar en contra de un renovado fallo del catolicísimo Tribunal Superior de Justicia polaco que ha impuesto serias restricciones a la práctica del aborto por parte de sus conciudadanas.
Las agitadas manifestaciones se iniciaron este jueves estaban provocadas por una nueva decisión judicial por la que se endurece hasta límites increíbles la ley contra el aborto, convirtiéndola en la más estricta de todo el continente europeo.
Numerosas manifestantes, por su parte, expresaron sus protestas por las calles polacas, arropadas con vituallas propias del conocido «Cuento de la criada», irrumpiendo ruidosamente en las iglesias de Varsovia, así como en el curso de las misas que en esos momentos se estaban celebrando, tratando de hacer patente con ello su enojo en contra la gran aliada del gobierno derechista polaco: la Iglesia Católica
Las sonoras y multitudinarias protestas polacas motivaron que el primer ministro del gobierno reaccionario que preside el país, Mateusz Morawiecki, asomara su cabeza en los medios de comunicación, espetando con gesto irritado a los manifestantes que:
«Lo que está pasando en el espacio público, los actos de agresión, atentados y barbarie, es inaceptable…”, “Niego rotundamente ni consentimiento para se ataquen a personas, iglesias y contra el derecho a perseguir los valores de otros”.
Este último fallo judicial del Tribunal Superior polaco mantuvo en su sentencia, además, que los abortos por anomalías fetales violaban la Constitución agregando, asimismo, que esta decisión judicial no podrá apelarse bajo ningún concepto.
En Polonia, dentro de la más pura tradición católica que ya conocimos en España durante la dictadura, los médicos pueden perfectamente negarse a realizar un aborto legal, así como también a recetar anticonceptivos por motivos religiosos.
Como «compensación», el Gobierno ultraderechista polaco ha establecido un modestísimo apoyo financiero y psicológico para aquellas familias que tengan niños discapacitados, y que se vean obligadas a valerse por sí mismas cuando nace el niño.