
“Las camas elevables no son un lujo», afirman desde la Federación Sindical Canaria.
La Federación Sindical Canaria —compuesta por FSOC y SBC— ha lanzado un contundente comunicado en el que exige al Parlamento autonómico la aprobación inme
Por CLAUDIA MELIÁN SANTANA PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
La Federación Sindical Canaria —compuesta por FSOC y SBC— ha lanzado un contundente comunicado en el que exige al Parlamento autonómico la aprobación inmediata de una enmienda clave en la Ley de Ordenación del Turismo. Esta enmienda obligaría a los hoteles del archipiélago a instalar camas elevables mecanizadas y carros motorizados. Una medida que no es nueva, pero que cobra urgencia ante el deterioro físico de miles de trabajadoras invisibles: las camareras de piso, conocidas como “las Kellys”.
LAS CAMAS QUE ROMPEN CUERPOS
Según denuncian desde la Federación, la manipulación diaria de camas de más de 60 kilos y el arrastre de carros en pasillos con desniveles son “una de las principales causas de lesiones musculoesqueléticas entre estas trabajadoras”. Entre las dolencias más comunes: bursitis, tendinitis, síndrome del túnel carpiano, hernias discales y dolores crónicos en espalda, muñecas y rodillas.
“Ya no puedo más, tengo 45 años y me duele todo el cuerpo. Me infiltraron para aguantar la temporada alta”, confesaba Miriam Barros, portavoz de Las Kellys Lanzarote, en una reciente entrevista.
PREVENCIÓN O BENEFICIO EMPRESARIAL
La enmienda legislativa reclamada por la Federación Sindical Canaria no es una petición improvisada. Esta demanda se inscribe dentro de los principios básicos de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. “Dotar a los hoteles de camas elevables no es un lujo ni una opción, sino una necesidad preventiva”, recalcan.
Sin embargo, la iniciativa se ha topado con la resistencia de una parte del empresariado hotelero y del poderoso lobby turístico de Canarias.
“Hay una evidente presión para no implementar medidas que supongan costes adicionales para los hoteles, aunque ello suponga mantener condiciones laborales indignas”, denuncian desde la Federación.
Luz Suaza, presidenta de Las Kellys Barcelona, lo resume con crudeza: “En diez años ha habido algunos cambios, pero son solo pañitos de agua tibia. Seguimos rompiéndonos el cuerpo para que los hoteles mantengan sus estrellas”.
EXTERNALIZACIÓN Y PRECARIEDAD COMO MODELO
Otro de los aspectos que agrava la situación de las camareras de piso es la externalización del servicio de limpieza. Muchas de estas trabajadoras son contratadas por empresas multiservicios, con condiciones muy inferiores a las del personal del propio hotel. Jornadas interminables, salarios bajos y una presión constante para mantener la “calidad” turística a costa de su salud.
Un estudio citado por el colectivo Las Kellys señala que en algunos casos llegaron a cobrar “un euro y medio por habitación limpiada”, un sistema que recuerda más al trabajo a destajo del siglo XIX que a una economía turística del siglo XXI.
“Somos invisibles, pero sin nosotras no se limpian las habitaciones, no hay hoteles de cuatro o cinco estrellas. Queremos un trabajo digno, no limosnas”, denuncia Juani Pérez, otra trabajadora del sector.
JUBILACIÓN ANTICIPADA Y RECONOCIMIENTO DE ENFERMEDADES PROFESIONALES
En su comunicado, la Federación Sindical Canaria también exige que el Gobierno de Canarias impulse, junto al Gobierno del Estado, el reconocimiento de las camareras de piso como colectivo laboral especialmente vulnerable. Este reconocimiento, contemplado en el artículo 206 de la Ley General de la Seguridad Social, permitiría su acceso a la jubilación anticipada por trabajos penosos y peligrosos.
Ya en 2018, la lucha del colectivo consiguió que se reconocieran algunas de sus enfermedades como profesionales, gracias a la denominada “Ley Kelly”. Sin embargo, muchas denuncias apuntan a la falta de implementación real de estos derechos. “Está en el BOE, pero no en nuestras vidas. Seguimos con informes médicos que se ignoran y bajas laborales que terminan en despidos”, explica Vania Arana, fundadora del movimiento.
Más allá del tema de las camas elevables, el comunicado de la Federación Sindical Canaria pone sobre la mesa un debate de fondo: la saturación turística en Canarias y su impacto sobre la clase trabajadora. La Federación reclama una nueva Ley de Ordenación del Turismo que establezca “límites claros a la saturación turística”, considerando su efecto negativo sobre el territorio, los recursos naturales y la calidad de vida de la ciudadanía.
La creciente presión turística no solo encarece el coste de la vida en las islas, sino que intensifica la explotación en sectores como la hostelería, donde predominan mujeres en condiciones de subalternidad laboral.