¿QUÉ HA SIDO DE LOS MENTORES GENOCIDAS DE LA GUERRA DE IRAK?

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LOS CRIMINALES DE GUERRA DE IRAK, HOY IMPARTEN CÁTEDRA EN HARVARD Y RECIBEN PREMIOS DE LAS MAS DISTINGUIDAS UNIVERSIDADES DE EEUU.

Veintidós años después de la invasión de Irak, quienes diseñaron y ejecutaron esta catástrofe humanitaria han sido premiados con prestigio, poder y dinero. Este artículo de Jordi Ruiz rastrea sus destinos, sus inversiones, sus dedicaciones profesionales y revela cómo el sistema recompensa generosamente el crimen cuando quien lo comete lo hace en nombre del imperio.

 POR JORDI RUIZ PARA CANARIAS SEMANAL.ORG

      [Img #83621]

Veintidós años después de la invasión estadounidense a Irak, los grandes artífices de aquella guerra genocida no han conocido el castigo ni la marginalidad. Todo lo contrario: han sido premiados con puestos prestigiosos, remuneraciones millonarias y tribunas de poder en las universidades más influyentes del mundo.

    Mientras Irak continúa sufriendo las secuelas de una ocupación devastadora, sus responsables disfrutan del reconocimiento institucional y la protección del sistema. ¿Cómo es posible?

LOS AUTORES DE UN CRIMEN INTERNACIONAL

      La invasión de Irak en 2003, basada en la mentira de que el país poseía armas de destrucción masiva, fue calificada por organismos internacionales como un crimen de agresión, el más grave dentro del derecho internacional. Amnistía Internacional y el Centro Europeo para los Derechos Constitucionales y Humanos coincidieron en señalar que Estados Unidos y sus aliados cometieron crímenes de guerra, incluyendo torturas sistemáticas, masacres de civiles y la destrucción deliberada de infraestructuras civiles básicas.

      El proyecto Costs of War, de la Universidad Brown, estima que más de 315.000 iraquíes, en su mayoría civiles, murieron directamente por la guerra, y que unos 9,2 millones fueron desplazados. La ocupación provocó una explosión de violencia sectaria, la ruina de los sistemas de salud y educación, y el colapso del tejido político iraquí.

 

DESTINOS PRIVILEGIADOS PARA LOS RESPONSABLES

     Pese a la magnitud de estos crímenes, los máximos responsables políticos y militares no solo evitaron los tribunales. Fueron reciclados como “expertos” y “académicos” en universidades de élite, donde hoy gozan de estabilidad, prestigio y sueldos desorbitantes.

   -Condoleezza Rice, ex asesora de Seguridad Nacional y ex secretaria de Estado, es hoy catedrática de Economía Global en Stanford y directora del influyente think tank derechista Hoover Institution. Cobra honorarios de hasta 150.000 dólares por conferencia y ha recorrido universidades como Pepperdine, Purdue y Minnesota.

    -David Petraeus, general a cargo de la invasión y luego director de la CIA, fue nombrado profesor visitante en la Universidad de la Ciudad de Nueva York con un salario inicial de 150.000 dólares por una clase semanal. Hoy da conferencias en Princeton, Yale y la Universidad de Arizona, y fue acogido como “profesor estrella” en la Universidad del Sur de California.

   -Douglas Feith, subsecretario de Defensa bajo Rumsfeld, obtuvo un puesto docente en la Universidad de Georgetown apenas un año después de dejar el cargo. La comunidad académica protestó duramente, pero la universidad mantuvo su nombramiento.

   -Meghan O’Sullivan, una de las principales arquitectas civiles de la ocupación de Irak y antigua asistente de Paul Bremer en Bagdad, es ahora directora del Centro Belfer de Harvard, tras haber sido directora del consejo directivo de Raytheon, un gigante armamentístico.

   -Brett McGurk, asesor clave en política hacia Irak y Medio Oriente durante varias administraciones, también fue incorporado al Centro Belfer. Ha sido acusado de actuar como operador geoestratégico sin escrúpulos ni interés por los derechos humanos de los pueblos que intervenía.

  -Jake Sullivan, actual asesor de Seguridad Nacional de Biden, también ha sido premiado con una cátedra en Harvard. La ironía: esa cátedra lleva el nombre de Henry Kissinger, considerado por muchos un criminal de guerra por sus acciones en Vietnam, Chile, Timor Oriental y otros países.

 

LA SOMBRA DE LOS HALCONES

A la lista se suman figuras históricas como:

   – George W. Bush.  Tras dejar la Casa Blanca en 2009 se ha dedicado a actividades filantrópicas, conferencias y la pintura. Su centro presidencial en Dallas es punto de encuentro de líderes globales.

  – Dick Cheney, vicepresidente durante la invasión, sigue influyendo en el establishment republicano. Ha sido asesor y consultor de grandes corporaciones y think tanks.

  – Paul Wolfowitz, ideólogo de la guerra, fue presidente del Banco Mundial y ha mantenido su presencia en foros conservadores.

   – John Bolton, otro belicista empedernido, fue asesor de seguridad nacional de Trump hasta 2019 y hoy se presenta como “voz experta” en medios y conferencias.

  – Donald Rumsfeld, secretario de Defensa durante la invasión, falleció en 2021 sin rendir cuentas. Dejó memorias, apariciones públicas y asesorías de lujo.

TESTIMONIOS DE LA INDIGNACIÓN

      No solo los hechos, también las voces que se han alzado dan cuenta de esta impunidadVan Gosse, cofundador de Historiadores Contra la Guerra, denuncia: 

    “Cualquiera vinculado a la guerra de Irak es responsable del crimen original: la agresión sin casus belli”. 

     Su grupo fue clave en la movilización académica contra la guerra y hoy forma parte de una nueva oleada de protestas contra la complicidad de las universidades con el genocidio en Gaza.

     Otro testimonio relevante es el de Harrison Mannex analista de inteligencia del Pentágono y graduado de Harvard. Renunció a su cargo en 2024 en protesta por la política de EE. UU. en Gaza. Al conocer la incorporación de McGurk a Harvard, declaró: 

    “Contratar a McGurk es una declaración de que ser cómplice de crímenes de guerra no es un impedimento para Harvard”.

 

EL COMPLEJO UNIVERSITARIO-MILITAR

       El vínculo entre universidades estadounidenses y la maquinaria bélica no es nuevo. Desde la Guerra Fría, instituciones como MIT, Stanford o Johns Hopkins han trabajado estrechamente con el Pentágono y las grandes corporaciones armamentísticas. Lo novedoso es la normalización de este fenómeno, incluso en contextos de represión.

     Hoy, mientras se reprime brutalmente a los estudiantes que protestan contra el genocidio en Gaza, se premia a quienes promovieron y ejecutaron la guerra de Irak. Este doble rasero deja claro que las universidades no son neutrales: son parte del sistema que legitima y perpetúa las guerras imperiales.

¿Y LA JUSTICIA?

        A más de dos décadas de la invasión, los crímenes siguen impunes. Ni los tribunales internacionales ni los mecanismos nacionales han procesado a ninguno de los grandes responsables. En cambio, estos disfrutan de pensiones vitalicias, contratos editoriales, consultorías, plazas en universidades y homenajes.

        Este es el verdadero rostro del imperialismo: una maquinaria donde quienes planifican matanzas son luego reciclados como sabios, mientras las víctimas siguen esperando justicia.

FUENTES CONSULTADAS

  • Truthout (artículo de Dereck Seidman)
  • Wikipedia: Guerra de Irak, Donald Rumsfeld, John Bolton
  • El País: Perfil de Dick Cheney
  • Amnistía Internacional: Informe sobre crímenes en Irak
  • Costs of War Project (Universidad de Brown)

https://canarias-semanal.org/art/37654/que-ha-sido-de-los-mentores-genocidas-de-la-guerra-de-irak

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