El Compromiso de la UE con la Salud Pública y el Medio Ambiente en Peligro por Influencias de la Industria Química»
Bajo la promesa de reformas ambiciosas, en el años 2020 la Comisión Europea se comprometió a mejorar las normas de autorización y uso de sustancias químicas en Europa. Sin embargo, tres años después, una reciente filtración apunta a que la Comisión podría estar cediendo a las presiones del lobby de la industria química, amenazando con reducir drásticamente sus compromisos y dejando a la población europea potencialmente expuesta a un alto nivel de sustancias tóxicas.
POR MARTÍN ÁLVAREZ PARA CANARIAS SEMANAL.ORG
El panorama europeo se encuentra en una encrucijada medioambiental, tres años después de que la Comisión
Europea se hubiera comprometido a reformar las normas de autorización y uso de sustancias químicas.
Europea se hubiera comprometido a reformar las normas de autorización y uso de sustancias químicas.
Este reglamento tenía la promesa de mejorar y ampliar la protección de la salud y el medio ambiente, emulando los objetivos del llamado Pacto Verde Europeo.
Sin embargo, un documento publicado recientemente por el periódico británico «The Guardian» sugiere que los propósitos del Ejecutivo que preside la UE pudieran no estar correspondiéndose con tales promesas, y, por el contrario, estaría cediendo ante la presión de las demandas del poderosísimo lobby de la industria química, a través de nos se sabe qué tipo de señuelos
Según las reveladoras informaciones del rotativo británico citado, obtenidas a través de ONGs europeas, se ha evaluado el impacto que podría ocasionar la revisión de la hasta ahora normativa vigente.
La propia Oficina Europea de Medio Ambiente han expresado su preocupación porque el texto sugiere que la Comisión Europea podría reducir la presencia de químicos peligrosos en solo el 50%. Pero hay algo aún más alarmante. Y es la posibilidad de que la cobertura se limite al 10% o incluso al 1% de los productos en el mercado.
La promesa inicial de la hoja de ruta también incluía restricciones en el uso de bisfenoles, sustancias presentes en una amplia gama de productos de uso cotidiano, incluyendo plásticos de botellas de agua y revestimientos interiores de latas de comida.
La «Iniciativa Europea de Biomonitoreo Humano», un programa de cinco años que reúne a 116 agencias gubernamentales, laboratorios y universidades para analizar la presencia de los 18 grupos de sustancias químicas más problemáticos, está, pues, en peligro. Tras analizar muestras de más de 13,000 personas de 28 países europeos diferentes, la Iniciativa citada concluyó que
«partes significativas de la población están expuestas a múltiples sustancias peligrosas por encima de los niveles que podrían causar enfermedades graves».
Pese a que científicos y expertos insisten en la necesidad de una regulación más estricta de los productos químicos en el consumo humano, Bruselas persevera en su propósito de «atenuar su compromiso» de prohibir los productos químicos más dañinos de los productos de consumo. Ello sucede cuando hace apenas tres años el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, Frans Timmermans, se comprometiera a prohibir
«el uso de las sustancias más dañinas en los productos de consumo».
En lugar de cubrir todos los productos de consumo con la nueva prohibición, la Comisión planea prohibir el 50% de los productos como máximo y solo el 1% como mínimo.
Tatiana Santos, jefa de Política Química de la EEB, ha condenado airadamente la situación con este significativo pronunciamiento:
“El fracaso de la UE para el control de los productos químicos nocivos, está escrito en la sangre y la orina contaminadas de todos los europeos. Sin embargo, la Comisión se está preparando para permitir que los productos químicos más dañinos se sigan utilizando en al menos la mitad de los productos en los que se utilizan actualmente, a pesar de su evaluación de que los ahorros relacionados con la salud superarán ampliamente los costos para la industria. Cada día de retraso trae más sufrimiento, enfermedad e incluso muerte prematura“.
La Comisión Europea no incumple sus deberes al no garantizar la seguridad de los ciudadanos de este continente, sino que deja, además, muy claro el servicio de qué intereses está al incumplir su reiterada promesa de proceder a la desintoxicación de productos y socavando la confianza en las políticas europeas de protección al medio ambiente y salud pública.