
Como sucedió con la vacuna Sputnik o la estrategia china en contra de la pandemia, las «goticas» venezolanas inician exitosamente su fase de distribución
La fracasada prepotencia mostrada por Europa y los Estados Unidos en la batalla contra el coronavirus, no ha sido sólo sanitaria, ha sido sobre todo sistémica. Europa y los Estados Unidos, que aparentaban tener – y así lo creían – las claves de la civilización contemporánea han fracasado estrepitosamente frente a la audacia de aquellos a los que creía sus «subalternos» en el campo de la tecnología, de la ciencia y de la organización social.
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL
Según informaron las autoridades sanitarias venezolanas, en el curso de los próximos días serán publicados los estudios científicos que avalan la eficiencia del Carvativir, un fármaco de patente de ese mismo país, utilizado para combatir con altísimo rendimiento contra los contagios por el coronavirus.
El mandatario venezolano había manifestado el pasado día 30 de enero que
«Está demostrado científicamente, tenemos el estudio. En los próximos días será ejecutada la publicación científica internacional con todos los estudios del Carvativir»
La realidad se ha ajustado a los anuncios realizados por el presidente Nicolás Maduro. El Carvativir es un eficacisímo antiviral, desarrollado por científicos venezolanos que ha mostrado resultados extraordinariamente positivos en el tratamiento de pacientes con covid-19.
El gobierno venezolano presentó oficialmente el fármaco hace muy poco tiempo, y tiene ya programado producirlo de forma masiva para proceder a su distribución en los Centros de Salud de todo el país, públicos y privados.
Igualmente, Maduro manifestó la intención de las autoridades sanitarias bolivarianas de entregar un informe a la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que proceda a su certificación, además de exportarlo a países del ALBA-TCP, a través de acuerdos solidarios.

Gabriela Jiménez, ministra del Poder Popular para Ciencia y Tecnología, declaró que los estudios «son alentadores y ya se tienen los artículos». A los pacientes que se les administró el Carvativir «mostraron claramente eficacia como modulador» .
Sin embargo, el fármaco no es descubrimiento «nuevo». Los primeros estudios preclínicos y clínicos se iniciaron ya hace nueve meses en pacientes con sintomatología leve, moderada y crítica.
JOLGORIO MEDIÁTICO CON EL CARVATIVIR
Como sucediera hasta hace bien poco con la vacuna rusa Sputnik V, así como con la estrategia china contra el covid19, el fármaco venezolano ha sido acogido por los grandes medios de comunicación occidentales y sus corifeos con una extraordinaria proliferación de ironías y chascarrillos, a los que añadieron la clásica y despectiva prepotencia occidental, que puso en evidencia, una vez más, su supina ignorancia en relación con todo aquello que se distancie un solo milímetro del centro de su ombligo.
Si bien es verdad que el mandatario venezolano contribuyó en no escasa medida a alimentar el jolgorio mediáticolevantado por las cadenas de televisión estadounidenses y europeas, al describir impropiamente al Carvativir como unas «goticas mágicas», lo cierto es que el fármaco venezolano ha contado con un estudio clínico en el que han participado investigadores del Departamento de I&D, Centro de Investigación adjunto Droguería J&R, Laboratorio Farmacológico de Venezuela (Labfarven), Hospital Dr. Domingo Luciani y del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf).
El fármaco se encuentra en estos momentos en la cuarta fase, que corresponde a la de su producción masiva y a la farmacovigilancia. El investigador principal del proyecto, Raúl Ojeda Rondón, manifestó al respecto:
«Nos vamos a abrir a todas las comunidades científicas del país y del extranjero para que vean lo que hemos obtenido hasta el día de hoy».
Posiblemente, tal y como ha ocurrido con la vacuna Sputnik V, a la que la Unión Europea tras su fracaso con las vacunas AstraZeneca y Pfizer se va a haber obligada a recurrir, o con el éxito obtenido por China con su radical estrategia contra la pandemia, el aparato mediático occidental vuelva tener que morder el polvo una vez más con las «góticas milagrosas» del Carvativir venezolano.