ESPAÑA: TODA UNA POTENCIA MUNDIAL EN CONSUMO DE COCAÍNA

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¿Por qué una droga elitista y «de clase» se convirtió en una mercancía de masas?

España se ha convertido en una poderosa potencia mundial en el consumo de cocaína. El presente artículo desmonta la narrativa convencional sobre su consumo . Desde una óptica crítica, se muestra que este fenómeno no es una “epidemia moral”, sino el reflejo de un sistema que empuja al individuo a consumir. Ni prohibición, ni campañas moralistas: solo desde la transformación social es posible un abordaje exitoso del problema.

POR CARLOS SERNA PARA CANARIAS SEMANAL.ORG

     España ocupa hoy un puesto destacadísimo puesto mundial en el consumo de cocaínadoce de cada cien adultos reconoce haberla probadosuperando a muchos países vecinos y siendo incluso líder en Europa Occidental .

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    Pero este fenómeno no es solo cuestión de mercado: es el resultado de decisiones políticas, estructuras sociales y una profunda interacción entre oferta y demanda que trasciende lo legal para convertirse en política de Estado.

   Este artículo analiza los aspectos políticos más relevantes del consumo de cocaína en España, atendiendo a su evolución histórica, las causas sociales detrás del aumento, la estructura legal que lo aborda, y cómo estas dinámicas se conectan con las estructuras económicas y el poder.

ORÍGENES Y EVOLUCIÓN: DE COTO DE ÉLITES A DROGA INDUSTRIALIZADA

     La cocaína llegó a finales de los 70 como un símbolo de la alta sociedad: se vinculaba a los yuppies, la jet set, artistas y círculos elitistas. Era un signo de estatus, casi un objeto aspiracional.

    Pero con los años, esa exclusividad desapareció. Su precio se mantuvo estable (unos 60 € el gramo) pese a la inflación, gracias a una producción global que se triplicó en 15 años, lo que hizo de la cocaína un producto barato y accesible. 

   Este proceso, que puede llamarse de “industrialización de la droga”, destruye la barrera de acceso: ya no hay cotos cerrados, solo un bien de consumo masivo.

     Esto refleja una lógica capitalista: un producto que conserva demanda constante, baja su precio y amplía su alcance hasta convertirse en una mercancía cotidiana. El sistema encuentra nichos de consumo en todos los estratos; ya no se necesita glamour, basta disponibilidad y precio.

DEMANDAS SOCIALES Y SU ORIGEN POLÍTICO

1. Evasión en una vida precaria

     Frente a una sociedad que glorifica la hiperproductividad, muchos recurren a la cocaína para aliviar la presión y evadir la fatiga constante. Ese “agotamiento social” no es arbitrario: es el resultado de un modelo económico que exige, sin por ello llegar a ofrecer seguridad ni bienestar.

    Además, en zonas más desfavorecidas (como señala la Generalitat Valenciana), el consumo problemático se concentra en los jóvenes de clases bajas, lo que demuestra que no se trata solo de escapismo recreativo, sino también de respuesta a situaciones de precariedad, ansiedad o exclusión social .

2. Normalización cultural y silenciosa

     La cocaína aparece en memes, publicidad y expresiones cotidianas; su consumo es trivializado, casi normal . Sin embargo, en el discurso público sigue existiendo un tabú: “de la coca solo se habla para pillar, nunca por su nombre” .

     Esta ambigüedad permite el consumo, pero evita un debate serio sobre sus impactos reales, funcional al sistema para no tener que cambiar los problemas estructurales que alimentan esa demanda.

CRÍTICA A LAS POLÍTICAS NACIONALES: PROHIBICIÓN SIN DESDESTRUCTURAR

      España ha aplicado un enfoque típicamente prohibicionista, basado en el miedo: campañas de los 90 como “Ten cerebro, pasa de la coca” intentaron vincular el consumo al riesgo extremo, pero fracasaron porque no conectaban con la experiencia real del consumidor . Esta desconexión entre mensaje y realidad fomenta la desconfianza y la trivialización«si fuera tan malo, ¿no lo sabríamos?».

     El sistema reprime al consumidor y persigue legalmente, pero no reestructura las bases materiales de la demanda: la desigualdad, la precariedad laboral, la falta de redes sociales sólidas.

     Mientras, las élites deciden qué campañas financiar y qué discursos promover, manteniendo el foco en la represión y no en las causas estructurales.

LA ENIGMÁTICA EFICACIA INSTITUCIONAL Y LA RED DE INTERDEPENDENCIAS

1. Estrategias y planes

      Desde el Plan Nacional sobre Drogas (PNSD) hasta los planes regionales (Madrid, Valencia, Castilla y León), se ha producido un cambio hacia la prevención, la reducción de daños y el apoyo social.  Pero estas iniciativas se mueven dentro de un margen limitado: no desafían el modo de producción ni ofrecen garantías básicas dignas.

     Se reconoce la necesidad de integrar la salud mental, la reintegración laboral y la equidad de género. Sin embargo, cuando el foco se sitúa en la reincorporación individual sin cuestionar el sistema productivo, la respuesta política queda coja: trata el síntoma, ignora la causa.

2. Financiar legalizaciones del crimen

     Los consumidores pagan con su consumo el sostenimiento del narcotráfico, convirtiéndolos en partícipes involuntarios de un sistema criminal global . El Estado responde confiscando bienes a los traficantes y destinando esos fondos a programas sociales. Pero esta estrategia de reciclaje económico no reduce la oferta delictiva: el sistema delictivo tiene capacidad para absorber pérdidas, corromper y resurgir .

     Se reprogranan algunos beneficios, se refuerza la imagen del Estado como actor «benévolo» que protege, pero se mantiene intacta la red criminal que genera el dinero. El sistema mimetiza la lógica capitalistaextrae beneficios, los redistribuye y se presenta como garante de justicia, sin alterar las causas originales.

IMPLICACIONES POLÍTICAS 

1. El consumo como síntoma de alienación

      El consumo de cocaína no puede reducirse a un problema individual o moral. Es parte del proceso de alienación social: la pérdida de significado del trabajo, la fragmentación comunitaria, el agotamiento existencial. La cocaína es un paliativo individual que enmascara un malestar estructural.

2. La industria del consumismo farmacológico

El sistema capitalista promueve el consumo de sustancias -legales e ilegales- como una válvula de escape. Las empresas farmacéuticas (ansiolíticos) y las redes ilegales (cocaína) funcionan como brazos paralelos de un mismo objetivo: mantener a las personas productivas pero alienadas. El enfoque no va más allá del consumo ni se cuestiona el modo de producción que lo genera.

 

3. La regulación como camino hacia un cambio estructural

     Algunos estudios y experiencias (Holanda, sentencias de dosis personales) muestran que la regulación, acompañada de políticas sociales profundas y comunitarias, puede reducir el daño . Si la lógica se basa en tratar al consumidor como ciudadano y no como delincuente, se abre el camino a una política basada en derechos y no en castigo.

HACIA UN ENFOQUE TRANSFORMADOR

Para romper este ciclo, la acción política debe incluir:

  1. Cambiar la base material de la vidatrabajo digno, vivienda accesible, redes de cuidados, salud mental pública y gratuita. Solo así desaparecerá la necesidad de evadirse.
  2. Reemplazar la represión por salud públicaen lugar de campañas miedosas, invertir en reducción de daños, información real, zonas seguras y tratamientos garantizados.
  3. Redistribución de fondos: usar las incautaciones para sostener no solo prevención, sino también transformar las condiciones económicas que alimentan el consumo.
  4. Democratización del debate y la palabraromper el «silencio cultural» que impide hablar abiertamente del tema. Nombrar la cocaína y entenderla .

      El consumo de cocaína en España no es una epidemia moral: pero sí es un síntoma político de un país que produce desigualdad, precariedad y alienación.

       Su distribución como mercancía barata es parte de la lógica capitalista consumista, y su regulación punitiva no ataca las causas profundas.

    Dejar a un lado el enfoque moralista securitario, y enfocarse en cambiar las condiciones de vida, la distribución del poder y la dignidad cotidiana, constituye el camino necesario para acercarnos a una solución real. No basta cambiar quién la consume, sino transformar por qué y en qué contexto se consume.

Fuentes consultadas:

https://canarias-semanal.org/art/38183/espana-potencia-mundial-consumo-cocaina

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