Escasez de medicamentos en Europa (una crisis total de la sanidad)

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Redacción

Los que durante la pandemia defendieron que “la salud está por encima de la economía” tienen otra oportunidad de salir de su error: Europa ha descubierto la escasez de medicamentos básicos que deberían estar en todo botiquín, como el paracetamol o los antibióticos.

Los medios de comunicación guardan silencio o transmiten la peregrina idea de que enfermar sin mendicamentos no es tan grave.

Algunos remedios se están dejando de fabricar porque se han vuelto demasiado caros de producir, y el Estado no está dispuesto a reembolsar a los fabricantes la diferencia de precio.

La escasez ilustra la fragilidad de la cadena de producción de medicamentos básicos, especialmente de antibióticos. Bloomberg cita al responsable de prensa de Sundoz diciendo que “los medicamentos baratos conllevan un riesgo de desabastecimiento”.

También hay una escasez es la falta de materias primas, que suelen ser suministradas por empresas de Extremo Oriente: China, Japón, Vietnam y las dos Coreas.

Según Andreas Burkhardt, director de la empresa farmacéutica Teva, en los últimos años ha habido una gran fluctuación en la demanda. “Nunca habíamos experimentado algo así. Normalmente se planifica en base a los datos del año anterior. Pero esos valores estadísticos en los que podemos confiar simplemente ya no existen, y esto se debe a la pandemia. En marzo-abril de 2020, vendimos dos o tres veces más medicamentos de lo habitual. Después, la demanda cayó bruscamente, por lo que tuvimos que aumentar el número de personas en los almacenes. En otoño, la demanda volvió a aumentar considerablemente… Ahora nos falta personal: en Ulm, donde producimos la mayor parte de nuestra producción, la tasa de desempleo es sólo del 2 por cien”.

La crisis económica ha afectado a las cadenas de suministro: “Donde antes todo iba bien, ahora tenemos que hacer ajustes con mucho gasto. Tenemos muchas más cadenas inestables… aunque las cosas no están tan mal como en la industria del chip. De hecho, se ha vuelto mucho más difícil crear una cadena de suministro sostenible, y esto se aplica no sólo a los ingredientes, sino también a cosas como los filtros o los productos de limpieza en los que antes no pensábamos en absoluto”.

Burckhardt también se lamenta del sistema de precios europeo. A los fabricantes no les resulta rentable producir medicamentos allí donde el coste de las materias primas ha aumentado, porque es imposible ajustar el precio debido a la normativa local.

Es una crisis generalizada, consecuencia del capitalismo: producir para obtener beneficios cuando ya no es posible obtenerlos no tiene ningún sentido. En lugar de aumentar la producción de medicamentos, Francia permite ahora a los farmacéuticos vacunar a sus clientes contra cualquier cosa, incluida la viruela del mono. Todo lo que se necesita es la prescripción de un médico. Como consecuencia, se ha producido un aumento de la demanda de vacunas.

En Francia se han visto obligados a admitir la escasez de 85 medicamentos, entre ellos el paracetamol y los antibióticos, así como jabón antiséptico. Incluso Efferalgan, que se produce en Francia y es uno de los medicamentos más consumidos, corre el riesgo de sufrir un desabastecimiento, por lo que la Agencia Nacional del Medicamento ha pedido a las farmacias que limiten la cantidad vendida por paciente.

Suiza se ha visto obligada a publicar una lista de medicamentos que escasean. Hay medicamentos imprescindibles que son difíciles de obtener, por ejemplo para el tratamiento de epilépticos o de pacientes que sufren la enfermedad de Parkinson. Se ha vuelto difícil encontrar medicamentos antiinflamatorios que contengan ibuprofeno, genéricos baratos, etc. El desabastecimiento abarca ahora unos 100 fármacos, mientras que en años anteriores sólo afectaba a un máximo de 20 artículos.

En Canadá, ante la desaparición del antibiótico básico amoxicilina, especialmente importante en los tratamientos pediátricos, intentan justificar la escasez por el aumento del número de niños que enferman en otoño. Según Bloomberg, “hay preguntas sobre si la demanda está ahora inflada debido al elevado número de pacientes, o si los fabricantes no pueden mantener el nivel habitual de demanda”.

En Gran Bretaña, la doctora Layla Hanbeck, directora de la Asociación de Farmacias Independientes, advirtió en agosto que no se podría evitar una crisis en el sector si no se tomaban medidas inmediatamente. Citó los fármacos con los que ya se hay problemas: antidepresivos, analgésicos, paracetamol, insulina y antibióticos.

—https://k-politika.ru/pochemu-v-evrope-ischezayut-lekarstva/

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