AGENCIA REUTERS: EL PENTÁGONO MONTÓ UNA OPERACIÓN DE DESINFORMACIÓN PARA DESACREDITAR EL USO DE LA VACUNAS CHINAS ANTICOVID

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Operación clandestina utilizó cuentas falsas en redes sociales para difundir miedo sobre Sinovac, agravando los efectos letales de la pandemia

Según el informe de la agencia británica Reuters, campaña de desinformación del Pentágono dirigida múltiples regiones asiáticas y otras áreas del planeta, trató de minar la confianza en las vacunas chinas durante la pandemia, exacerbando así la crisis sanitaria y generando críticas de expertos en salud pública y trabajadores humanitarios.

     Según la agencia de noticias británica Reuters, durante la pandemia de COVID-19, el Ejército de EE.UU. lanzó una campaña clandestina para desacreditar la vacuna Sinovac, de China. Esta operación, dirigida a sembrar dudas sobre la seguridad y eficacia de las vacunas chinas, utilizó cuentas falsas en redes sociales para difundir mensajes anti-vacunas. El público filipino fue uno de los principales objetivos, y se identificaron al menos 300 cuentas en X (anteriormente Twitter) que promovían la desconfianza hacia las vacunas chinas con eslóganes como «#Chinaangvirus». Esta campaña incluía mensajes que sugerían que los productos de salud provenientes de China, incluyendo mascarillas y kits de prueba, no eran confiables.

IMPACTO Y EXTENSIÓN DE LA CAMPAÑA

  De acuerdo con los resultados de la investigación de la agencia Reuters, la campaña comenzó en la primavera de 2020 y se expandió más allá del sudeste asiático, incluyendo regiones de Asia Central y el Medio Oriente.

     Utilizando una mezcla de cuentas falsas y mensajes en varias plataformas, el Pentágono buscó amplificar la desconfianza hacia las vacunas chinas entre las comunidades musulmanas, sugiriendo que podrían ser prohibidas bajo la ley islámica debido a la presencia de gelatina de cerdo.

  La operación, según Reuter, continuó hasta mediados de 2021. La campaña se adaptó a las audiencias locales de Asia Central y el Medio Oriente, utilizando mensajes culturalmente sensibles para generar escepticismo sobre las vacunas chinas. Por ejemplo, se destacó la controversia sobre la presencia de gelatina de cerdo en las vacunas, un componente que podría ser considerado prohibido en el Islam. Además, se utilizó una variedad de plataformas de redes sociales, incluyendo Facebook e Instagram, para difundir estos mensajes y alcanzar una audiencia más amplia.

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REACCIONES Y CONSECUENCIAS

    Según Reuters, el programa fue ampliamente criticado por expertos en salud pública y trabajadores humanitarios, quienes argumentaron que la campaña puso en riesgo la vida de los civiles al fomentar la desconfianza hacia las vacunas.

   En Filipinas, donde las tasas de vacunación eran bajas, el presidente Rodrigo Duterte llegó a amenazar con encarcelar a quienes se negaran a vacunarse. Los intentos del Pentágono de desacreditar las vacunas chinas coincidieron con un momento crítico de la pandemia, contribuyendo a la dificultad de vacunar a la población filipina y exacerbando la crisis de salud en el país.

    Las publicaciones en redes sociales incluían imágenes y mensajes alarmistas, como fotos de jeringas junto a banderas chinas y gráficos ascendentes de infecciones, lo que intensificaba el miedo y la desconfianza hacia las vacunas. Esta campaña explotó la vulnerabilidad de una población ya afectada por la pandemia y agravó el escepticismo hacia las iniciativas de salud pública, incluidas las vacunas desarrolladas por otros países. La operación también generó preocupación entre los trabajadores humanitarios y las autoridades de salud en Filipinas, quienes ya enfrentaban desafíos significativos para controlar la propagación del virus y vacunar a la población.

JUSTIFICACIÓN Y RESPUESTA OFICIAL

     Reuters subraya en su informe que funcionarios del Pentágono defendieron la campaña argumentando  que  era una respuesta a la desinformación china que culpaba a EE.UU. por el origen del COVID-19. China había iniciado una campaña similar sugiriendo que el virus fue traído a Wuhan por un militar estadounidense.

   Esta narrativa, según los funcionarios del Pentágono llevó a sus servicios de Inteligencia, a utilizar tácticas de guerra psicológica, argumentando que era necesario contrarrestar los ataques de influencia maligna de China. Sin embargo, la operación fue criticada por no considerar adecuadamente el impacto colateral en las poblaciones civiles y por utilizar métodos que algunos consideraron éticamente indefendibles. Un alto funcionario del Departamento de Defensa reconoció la participación del ejército en la propaganda secreta, pero no proporcionó detalles específicos sobre la operación.

    La portavoz del Pentágono destacó que China también había llevado a cabo una campaña de desinformación, culpando falsamente a Estados Unidos por la propagación de COVID-19. A pesar de estas justificaciones, la campaña del Pentágono fue vista como un acto irresponsable que socavó la confianza en las vacunas y en los esfuerzos globales para controlar la pandemia.

REPERCUSIONES Y CAMBIOS EN POLÍTICAS

    De acuerdo con el informe de Reuters, la campaña de propaganda del Pentágono reveló la utilización de operaciones psicológicas para influir en la opinión pública global, un enfoque que algunos en Washington consideran esencial en la competencia con China y Rusia.

    Sin embargo, tras las críticas y la revisión interna, el Pentágono dice haber ajustado sus políticas para requerir mayor coordinación con los diplomáticos estadounidenses y restringir las operaciones psicológicas dirigidas a grandes poblaciones. No obstante, pese a estos ajustes, las actividades de influencia clandestina del Pentágono continuarán, evidenciando la importancia que el ejército de EE. UU. atribuye a estas operaciones en su estrategia global.

     En un documento de estrategia no clasificado del año pasado, los principales generales del Pentágono escribieron que el ejército de EE.UU. podría socavar a adversarios como China y Rusia utilizando

    “desinformación difundida en redes sociales, narrativas falsas disfrazadas de noticias y actividades subversivas similares [para] debilitar la confianza social socavando los cimientos del gobierno”.

      Este enfoque refleja un cambio hacia tácticas más agresivas en la guerra de información, buscando influir en la percepción pública y debilitar la posición de los adversarios. La verificación interna también reveló que los contratistas militares que manejaban estas operaciones a menudo utilizaban técnicas descuidadas, lo que llevó a ajustes en la supervisión y el control de estas actividades.

     Reuters expresa en su informe que

   la campaña secreta anti-vacunas del Pentágono ilustra las complejas y controvertidas tácticas utilizadas en la guerra de información global. Mientras buscaba contrarrestar la influencia china, la campaña terminó poniendo en riesgo vidas y subrayando las dificultades éticas y prácticas de las operaciones de propaganda en tiempos de crisis sanitaria mundial.

     La operación planteó serias preocupaciones sobre el uso de la desinformación en la política exterior y los posibles daños colaterales en las poblaciones vulnerables. La comparación con otras operaciones de influencia, como el uso de un programa falso de vacunación por la CIA en Pakistán para capturar a Osama bin Laden, resalta los riesgos de socavar la confianza pública en las iniciativas de salud.

   Los expertos en salud pública advierten que estas tácticas pueden tener efectos duraderos, erosionando la confianza en las vacunas y otros programas de salud pública, lo que podría dificultar la respuesta a futuras pandemias y crisis de salud globales.

    Además, la campaña del Pentágono destacó la necesidad de un enfoque más coordinado y ético en las operaciones de influencia, especialmente en contextos de crisis sanitaria. Las repercusiones de esta campaña han llevado a un escrutinio mayor de las tácticas de desinformación utilizadas por el gobierno de EE.UU., subrayando la importancia de la transparencia y la ética en las estrategias de comunicación global.

https://canarias-semanal.org/art/36389/agencia-reuter-el-pentagono-monto-una-operacion-de-desinformacion-para-desacreditar-el-uso-de-la-vacunas-chinas-anticovid

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