¿POR QUÉ LA “REVOLUCIÓN” DE ESTADOS UNIDOS NO SERÁ TELEVISADA?

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Según el periodista brasileño y analista internacional, Pepe Escobar, entre tanto ruido y furia, que son en realidad perplejidad y parálisis, es posible que estemos alcanzando el momento supremo de ironía histórica en el que el Departamento de (In)Seguridad recibe el golpe de boomerang no sólo de uno de los principales instrumentos de su Estado Profundo -la revolución de color-, sino también de la combinación de elementos de la Operación Fénix, la Operación Yakarta y la Operación Gladio. Pero esta vez los objetivos no serán los millones de personas del Sur Global; serán ciudadanos estadounidenses.

Por CLARA LÓPEZ GONZÁLEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-

 

Hay “progresistas” que sostienen que esta es una revuelta espontánea de las masas contra la represión policial y la opresión del sistema -y que necesariamente conducirá a una revolución, del mismo modo que la escasez de pan en Petrogrado en 1917 llevó a la Revolución Rusa. Así, las protestas contra la endémica brutalidad policial serían el preludio de otro Levitemos el Pentágono (1) -con un interregno que implicaría el enfrentamiento con el ejército de EE.UU en las calles.

 

Pero aquí tenemos un problema. La insurrección, hasta ahora puramente emocional, no ha cuajado en una estructura política ni en un líder que articulen la miriada de agravios. Tal como está, no pasa de ser una insurrección rudimentaria bajo el signo de la pobreza y perpetuo endeudamiento.

 

Unido a la perplejidad, los estadounidenses empiezan a saber lo que habrían sentido de haber estado en Vietnam, El Salvador, las áreas tribales de Pakistán o Bagdad.

 

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Irak llegó a Washington DC con todas sus insignias, con los Blackhawks del Pentágono (2) haciendo pases de “demostración de fuerza” sobre los manifestantes, técnica de dispersión aplicada en un sinnúmero de operaciones de contra-insurgencia en todo el Sur Global.

 

Y entonces, el momento estelar: el General Mark Milley, presidente de la Junta de Jefes del Estado Mayor, patrullando las calles de Washington DC. Es lo que Mark Esper, el lobista de Raytheon (3) que ahora dirige el Pentágono, ha llamado el “dominio del terreno de batalla”.

 

 

Bien, pues, tras la patada en el culo que recibieron en Afganistán e Irak, e indirectamente en Siria, la full spectrum dominance (dominación de espectro total) debe dominar en algún sitio ¿Por qué no en casa?

 

 

Tropas de la 82 División Aérea, de la 10 División de Montaña, y la 1 de Infantería -que perdieron guerras en VietnamAfganistánIrak y Somalia– se han desplegado en la base aérea de Andrews cerca de Washington.

 

El super-halcón Tom Cotton (4) incluso hizo un llamiento, desde su Twitter, a que la 82 División Aérea hiciera “lo que haga falta para restaurar el orden. Ni un milímetro para los insurrectos, anarquistas, revoltosos y saqueadores”. Estos son, en efecto, objetivos más dóciles que los ejércitos rusos, chinos o iraníes.

 

Y respecto a la vertiente complementaria del racismo, siempre es necesario recordar que tanto un presidente blanco como un presidente negro firmaron los ataques con drones a cortejos nupciales en las áreas tribales de Pakistán.

 

Esper, director del Pentágono, lo traduce de este modo: un ejército de ocupación puede dominar el terreno de batalla” en la capital de la nación y posiblemente en otras partes. ¿Qué vendrá después? ¿Una Autoridad Provisional de la Coalición? (5)

 

Comparado con operaciones similares en el Sur Global, esto no sólo evitará un cambio de régimen, sino que también producirá el efecto deseado por la oligarquía dominante: una vuelta neo-fascista de tuerca. Lo que demuestra de nuevo que, cuando no hay un Martin Luther King o un Malcolm X que combata al poder, entonces el poder te aplasta hagas lo que hagas.

 

George Floyd fue la chispa. Dicho a lo freudiano, el retorno de lo reprimido ha dejado al descubierto múltiples heridas: el machaque de las clases trabajadoras por parte de la política económica de EE.UU, que falló miserablemente con el Covid-19, que falló en proveer una sanidad asequible; que beneficia a la plutocracia y se nutre de un mercado laboral racializado, una policía militarizada, guerras imperiales de trillones de dólares y rescates periódicos a los “demasiado grandes para caer”.

 

Instintivamente al menos, aunque en modo rudimentario, millones de estadounidenses ven ahora claro cómo, desde la era Reagan, el juego consiste en que una oligarquía/plutocracia arma al supremacismo blanco para sus objetivos de poder político, con el extra de una masiva y constrante transferencia de riqueza de abajo arriba.

 

La icónica fotografía del Presidente Trump con la Biblia en la mano frente a la iglesia de St John -con vista previa de ciudadanos gaseados- fue un absoluto salto de nivel: quería enviar una señal cuidadosamente ensayada a su base evangélica. Misión cumplida.

 

El filósofo italiano Giorgio Agamben ha demostrado, más allá de cualquier duda razonable, que el estado de sitio es algo que está ya totalmente normalizado en Occidente. El Fiscal General William Barr pretende ahora institucionalizarlo en EE.UU: es el hombre con capacidad para dirigir un permanente estado de excepción, una Patriot Act (6) en esteroides con el apoyo de la “demostración de fuerza” de los Blackhawk.

 

Notas:
(1) En 1967, cuando el sentimiento anti-guerra de Vietnam se extendía en EE.UU y florecía la contra-cultura hippy, el Comité de Movilización Nacional para Acabar con la Guerra del Vietnam convocó una marcha sobre Washington. Allí, los activistas Jerry Rubin y Abbie Hoffman pergeñaron un plan para hacer que el Pentágono levitase mediante la fuerza de la concentración mental colectiva, que supuestamente tendría el efecto secundario de poner fin a la guerra.

 

(2) Tipo de helicóptero militar diseñado por el ejército de Estados Unidos.

 

(3) Raytheon es una empresa militar y uno de los mayores contratistas del ejército de Estados Unidos.

 

(4) Tom Cotton es senador republicano por Arkansas y veterano de guerra.

 

(5) La Autoridad Provisional de la Coalición fue el gobierno provisional establecido por Estados Unidos, Reino Unido y otros miembros de la coalición multinacional que invadió Irak en 2003.

 

(6) Ley Antiterrorista promulgada tras los atentados del 11 de Septiembre.

 

Fuente:

https://asiatimes.com/2020/06/why-americas-revolution-wont-be-televised/

 

http://canarias-semanal.org/art/27809/por-que-la-revolucion-de-estados-unidos-no-sera-televisada

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