PANAMÁ.- Resistencia contra la represión y el terror estatal

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De abril a junio, hubo huelgas masivas, bloqueos y manifestaciones en Panamá, organizadas principalmente por sindicatos de la industria de la construcción, por sindicatos de maestros, trabajadores, trabajadores de las plantaciones bananeras, indígenas y estudiantes.

Por dm

Resistencia contra la represión y el terror estatal
Foto de las protestas (foto: privada)

Primero se dirigieron amargas batallas contra la llamada reforma de las pensiones, que prevé un aumento de la edad de jubilación, la privatización de la seguridad social y recortes masivos. En segundo lugar, estas luchas estaban vinculadas a la oposición al acuerdo de abril entre el gobierno del presidente José Raúl Mulino Quintero y la administración Trump sobre el estacionamiento de tropas estadounidenses en el Canal de Panamá. No es casualidad que las masas vean esto como un paso hacia el plan de Trump de tomar posesión del canal del imperialismo estadounidense.


En tercer lugar, los combates se dirigieron contra la reapertura prevista de la mina de cobre de una empresa canadiense en la frontera con Costa Rica, que fue cerrada por orden judicial en 2023 tras protestas masivas, debido a graves daños medioambientales y sanitarios. En vista de esta combinación explosiva de luchas económicas, políticas y ecológicas, el capital financiero internacional y el gobierno reaccionario aparentemente temían un desarrollo revolucionario, especialmente porque la lucha también está desarrollando un impulso antiimperialista contra la influencia estadounidense. Los trabajadores y las masas populares de Panamá están acostumbrados a duras luchas, pero la represión de este año no tiene precedentes.


Se declaró el estado de emergencia, se abolió efectivamente el derecho de huelga, se prohibió la actividad sindical, se bloquearon las cuentas, se prohibieron las huelgas, se detuvo a los implicados, se retiró a los compañeros de la obra para intimidarlos e impedirles organizarse en huelgas. Además, los líderes de la huelga fueron perseguidos y amenazados con el asesinato y castigos horrendos, como el secretario general del sindicato de la construcción, Saúl Méndez, que tuvo que exiliarse. En Panamá, se demostró una vez más que, a pesar de toda la demagogia, el fascismo significa un despiadado reino de terror.


A pesar de la gran determinación de luchar, esto no fue suficiente en esta situación. Después de semanas, las huelgas se detuvieron, y las promesas y compromisos demagógicos de los círculos parlamentarios también jugaron un papel. Pero los gobernantes quieren infligir una derrota duradera al movimiento militante y de lucha de clases. La corporación internacional Chiquita (con sede en Suiza y Estados Unidos, antes United Fruit Company, durante varios años en manos brasileñas con participación estadounidense) está llevando a cabo la política de tierra quemada: 6000 trabajadores despedidos no fueron recontratados incluso después del final de la huelga, sino que el resto de la fuerza laboral permanente fue despedida y Chiquita declaró que abandonaría Panamá.

El estado de emergencia ha terminado, pero no la represión estatal: contrariamente a lo prometido, por ejemplo, los maestros que habían participado en las manifestaciones no han sido reincorporados, y muchos sindicalistas y líderes de huelgas siguen en prisión o están siendo perseguidos. Un punto culminante preliminar fue la moción del Ministro de Trabajo en julio para disolver el sindicato más combativo, el de los trabajadores de la construcción: Suntracs.


El gobierno de Mulino no solo se está complaciendo con el fascista Trump, sino que también sigue su ejemplo de reestructuración del estado fascista. José Cambra, presidente del sindicato de maestros Asoprof, caracteriza al presidente Mulino de la siguiente manera: «Su proyecto es un proyecto al estilo Milei¹: una operación de ‘doctrina de choque’ para reorganizar la sociedad y aplastar los movimientos sociales que nos defendían en las calles». ²


Pero las masas no los han ganado. La lucha nunca se detuvo del todo. La resistencia contra el terrorismo de Estado se está reagrupando. Por ejemplo, una alianza está convocando una manifestación de protesta frente al parlamento el martes 12 de agosto. La solidaridad internacional se está desarrollando. ¡Contra la prohibición prevista de Suntracs y otras actividades sindicales y políticas! ¡Por la liberación de los presos y la terminación de los procedimientos! ¡Apoyo a la lucha por las legítimas reivindicaciones de las masas! ¡Reincorporación de todos los empleados despedidos!


Las experiencias en Panamá muestran cuán necesaria es la construcción exitosa del frente único internacional antifascista y antiimperialista «Frente Unido». ICOR⁴ América desarrolla la solidaridad internacional con las luchas en Panamá y construye conexiones para que se pueda lograr la cooperación organizada y la coordinación a través de las fronteras nacionales.

Las declaraciones de solidaridad pueden enviarse a través de la Coordinación Continental de ICOR-Américas a la dirección

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