FRANCIA.- Con Doctolib, la privatización de los datos sanitarios individuales

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Los médicos que ya no tienen secretaría han confiado sus citas a la aplicación Doctolib. Para aquellos que dominan las herramientas digitales, se ha hecho más fácil encontrar un profesional de la salud y programar una cita. Sin embargo, la ausencia de contacto directo ya no permite explicar su problema a su médico para adaptar el tiempo de consulta o recibir consejos. Por tanto, esta herramienta facilita el trabajo de los médicos, pero supone una fuente de dificultades para muchos pacientes. Después de haber asumido una posición de cuasi monopolio en la gestión de consultas, Doctolib ofrece ahora un espacio de almacenamiento centralizado de datos de salud. El argumento esgrimido siempre es facilitar el trabajo de los médicos. Pero ahí es donde radica el problema. De hecho, los datos de salud son datos muy sensibles que valen oro. Este es el motivo por el que la Seguridad Social ha creado un historial sanitario digital denominado “Mi Espacio de Salud” antes precisamente de evitar la captación de estos datos por parte de empresas comerciales cuyo objetivo no es mejorar el funcionamiento del sistema sanitario en beneficio de los pacientes sino hacerles productos para vender en el mercado.

¿Cómo podemos entonces aceptar que datos personales confidenciales que deben estar protegidos por el secreto médico caigan en manos de comerciantes que, cualesquiera que sean los controles y las normas establecidos, intentarán eludirlos para maximizar sus beneficios? ¿Cómo se puede confiar en una empresa que almacena sus datos en servidores de Amazon sujetos a las normas estadounidenses que autorizan la venta de estos datos?

Además, la estructura financiera de la empresa Doctolib es especialmente opaca. Anuncia que hasta el momento no ha obtenido beneficios pero está valorado en más de 6 mil millones de euros. Esto es típicamente lo que E. Macron y sus amigos financieros llaman un Unicornio que se benefició de su instalación y aún se beneficia de numerosas ayudas directas e indirectas del Estado; con entre 100.000 y 150.000 profesionales suscritos a un coste medio de 200 euros al mes, ¡son más de 330 millones al año de dinero sanitario que acaba en los bolsillos de Doctolib! ¡Y que en algún momento podría ser comprado por un gran grupo como Amazon o Google!

La única garantía de una seguridad mínima de los datos es que sea el Seguro Médico el que garantice su almacenamiento y gestión. Para ello, es urgente que se acelere el lanzamiento de Mon Espace Santé y que esta herramienta digital ofrezca gestionar las citas médicas. Sobre esta cuestión, como siempre, la profesión médica argumenta que no quiere estar bajo el control de la Seguridad Social. ¿Pero entonces es mejor estar bajo la de Amazon? ¿Es normal seguir enriqueciendo a una empresa privada con dinero sanitario? Por tanto, es urgente excluir a Doctolib de esta actividad antes de que este asunto se convierta en un escándalo del mismo tipo que el de los EHPAD o las guarderías.

Médico Christophe Prudhomme Médico del hospital – SAMU 93

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