FILIPINAS: ORQUÍDEAS PARA KA MARIA MALAYA, AMADA HEROÍNA Y GUERRERA DE LAS MASAS OPRIMIDAS

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FILIPINAS: ORQUÍDEAS PARA KA MARIA MALAYA, AMADA HEROÍNA Y GUERRERA DE LAS MASAS OPRIMIDAS
A continuación compartimos una traducción no oficial de un comunicado del Partido Comunista de Filipinas (CPP) publicado por Philippine Revolution Web Central (PRWC).

La dirección y todos los miembros del Partido Comunista de Filipinas, todos los luchadores rojos y comandantes del Nuevo Ejército Popular, y todas las fuerzas revolucionarias del pueblo filipino, levantan sus puños cerrados y rinden homenaje a Ka Maria Malaya (Myrna Sularte), uno de los cuadros dirigentes del Partido y amada guerrera de las masas oprimidas de los obreros, campesinos y el pueblo Lumad de Mindanao.

Ka Maria, de 71 años, libró su última batalla el 12 de febrero en Barangay Pianing, ciudad de Butuan, en un feroz encuentro entre el Nuevo Ejército Popular y las despiadadas fuerzas fascistas de la 901ª Brigada de Infantería.

En nombre de todo el Partido y de todas las unidades del Nuevo Ejército Popular, el Comité Central del Partido Comunista de Filipinas expresa sus más sentidas condolencias a su hija, a sus seres queridos y a sus compañeros de armas más cercanos. Junto con las masas trabajadoras de la región de Caraga, las fuerzas revolucionarias de todo el país lloran la pérdida de Ka Maria, pero también se inspiran en su heroísmo para perseverar en el difícil camino de la revolución que ella recorrió durante toda su vida.

El Partido Comunista de Filipinas otorga sus más altos honores a Ka Maria Malaya. Inmortalizamos su nombre junto a los más grandes héroes de la revolución filipina. Fue miembro del Comité Central y del Buró Político. Fue miembro de la Comisión de Mindanao y se desempeñó como secretaria del Comité Regional del Partido del Noreste de Mindanao. Ka Maria también fue el rostro del Frente Democrático Nacional en el noreste de Mindanao.

Su dirección revolucionaria y su sacrificio desinteresado siempre serán recordados y apreciados. Su legado revolucionario seguirá inspirando al pueblo y a sus fuerzas revolucionarias a librar una resistencia resuelta contra el régimen de Estados Unidos y Marcos y su sangriento reinado de terrorismo de Estado.

El enemigo fascista se equivoca al pensar que la muerte de Ka Maria ha creado un vacío de dirección que paralizará al Partido y a las fuerzas revolucionarias en el noreste de Mindanao. En realidad, a la región no le faltan cuadros veteranos y jóvenes que son más que capaces de tomar el relevo de la dirección de Ka Maria y continuar con su legado. El Partido cuenta con un sistema de sucesión bien establecido, que garantiza la continuidad y estabilidad de los comités del Partido.

El Comité Central ensalza la vida de servicio desinteresado de Ka Maria a las masas oprimidas y explotadas. Creció en una relativa comodidad, ya que provenía de una familia campesina media y completó con éxito un curso universitario sobre agrotecnología. Ella, sin embargo, eligió el camino de la vida sencilla y la lucha difícil dedicada a las masas oprimidas y explotadas. Ni por un momento flaqueó su compromiso con la causa revolucionaria. Cumplió indefectiblemente con sus deberes como dirigente del Partido y dirigente del NPA, incluso cuando se le diagnosticó un cáncer, que manejó durante más de dos décadas a través de un régimen disciplinado de alimentación y tratamiento adecuados.

Ka Maria se unió al Partido en 1977, durante uno de los momentos más oscuros del régimen fascista bajo el entonces régimen dictatorial de Marcos. Durante las últimas cinco décadas, desempeñó diversas funciones, dirigiendo el trabajo revolucionario tanto en las ciudades como en las zonas rurales, tanto en el oeste como en el noreste de Mindanao.

Ka Maria fue una ferviente estudiosa del marxismo-leninismo-maoísmo. Aplicó asiduamente los principios básicos, las políticas y el programa del Partido a las condiciones concretas del pueblo del noreste de Mindanao. Al mismo tiempo, estudió las experiencias revolucionarias de Vietnam, China y otros países, así como la de otras regiones del país.

Fue una luchadora comunista de voluntad férrea que defendió incansablemente los derechos de los campesinos a poseer sus tierras, los derechos del pueblo Lumad a su dominio ancestral y los derechos de los obreros a obtener salarios justos y mejores condiciones de trabajo. Durante muchos años, trabajó en estrecha colaboración con su esposo, el portavoz del NPA, Ka Oris, para dirigir al Partido y al NPA para lograr avances revolucionarios en el curso de la guerra popular prolongada.

Ka Maria fue uno de los pilares más fuertes del Segundo Gran Movimiento de Rectificación en 1992, el cuál defendió y llevó a cabo sin dudar. De hecho, fue Ka Maria quien convenció a Ka Oris sobre la corrección del movimiento de rectificación. Más tarde trabajarían en conjunto para llevar adelante el movimiento de rectificación hasta su realización.

Ka Maria fue un cuadro militar por excelencia. Siempre se aseguró de que la guerra popular en la región noreste de Mindanao se desarrollara de manera integral, combinando los tres elementos de la lucha armada, la revolución agraria y la construcción de bases. Bajo la dirección inquebrantable de Ka Maria, el NPA y el pueblo libraron una lucha inquebrantable contra las destructivas y explotadoras empresas mineras, plantaciones y proyectos de ecoturismo que expulsaron a las masas trabajadoras de sus comunidades y devastaron el medio ambiente.

Inculcó en el NPA una determinación inquebrantable de combatir todas las formas de opresión y exigir justicia por todos los crímenes perpetrados por los fascistas contra el pueblo. Al defender los derechos del pueblo contra sus opresores y explotadores y luchar por sus aspiraciones, el Nuevo Ejército Popular en el noreste de Mindanao amplió sus filas con luchadores rojos provenientes de las filas de obreros, campesinos, lumad e intelectuales. Ka Maria dirigió e inspiró a los luchadores rojos y a las fuerzas revolucionarias para que se vincularan firmemente con las masas y las animaran a levantarse colectivamente como un solo cuerpo.

Ella inspiró y ayudó a organizar la resistencia de las masas manobo lumad en la defensa de sus tierras ancestrales y en evitar nuevas agresiones de los “proyectos de desarrollo”. Por ello, se ganó la ira de los grandes compradores burgueses y de las corporaciones multinacionales, que aportaron fondos para armar y entrenar a unidades de las fuerzas armadas enemigas y grupos paramilitares para luchar contra el NPA, y “neutralizar” a Ka Maria.

Guió a las organizaciones revolucionarias de masas en la lucha de masas locales que están vinculadas al objetivo general de la revolución democrática popular. Ella apoyó plenamente a las masas lumad en sus esfuerzos por establecer sus escuelas comunitarias y fomentar una economía autosuficiente a través de iniciativas para aumentar la producción agrícola local. Abogó por el desarrollo y la transformación de las comunidades más atrasadas en centros vibrantes de actividad revolucionaria.

En fugaces momentos de respiro, Ka María capturó la belleza esquiva de las orquídeas y flores raras, cuyos colores vibrantes estallaban en medio del bosque verde de los campamentos guerrilleros. Al admirar su encanto, exclamaba “¡makalibat!” (“¡impresionante!”) dándole una sensación de alegría y satisfacción, que alimentó su inquebrantable dedicación a la revolución. De hecho, vivió una fructífera vida revolucionaria y lo dio todo al servicio de la causa de liberación nacional y social del pueblo filipino.

Así como la sangre de los héroes revolucionarios corría por las venas de Ka Maria, ahora su sangre fluye por las venas de una nueva generación de cuadros del Partido y luchadores rojos. Están decididos, como lo estuvo una vez Ka Maria, a hacer avanzar la guerra popular de una etapa a la siguiente, hacia la victoria completa.

PARTIDO COMUNISTA DE FILIPINAS

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