
Por Ramzy Baroud y Romana Rubeo
El creciente papel militar y político de Ansarallah ha reconfigurado los cálculos regionales de Israel, convirtiendo a Yemen en un inesperado centro de resistencia.
Yemen sigue siendo el mayor desafío para Israel en Oriente Medio.
Con la ayuda de sus aliados en la región, Israel logró al menos marginar al poderoso grupo de resistencia libanés Hezbolá de su lucha directa por el dominio. De hecho, Hezbolá habría seguido siendo parte integral de la ecuación si no fuera porque parte de las élites gobernantes del Líbano, a menudo financiadas y sometidas a los dictados árabes y estadounidenses, explotaron la colaboración militar de Hezbolá con Israel para obtener insignificantes ganancias políticas.
Otro factor que ha contribuido a marginar a Hezbolá es la caída de Siria en manos de grupos pro estadounidenses que, hasta hace poco, eran calificados de «terroristas» con las más oscuras afiliaciones con los actores violentos más notorios de la región.
Incluso Irán, que sigue siendo una poderosa fuerza regional, tiene sus propios cálculos políticos: por un lado, se mantiene firme frente a la presión de Estados Unidos, Israel, Occidente e incluso de algunos países árabes, pero por otro lado, también es cuidadoso de no entrar en una guerra que no serviría a los intereses de nadie excepto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y sus benefactores estadounidenses.
Como resultado, Irán sigue comprometido con el mismo acto de equilibrio: bloquear el camino de Netanyahu hacia el dominio regional total, pero sin ser un factor directo en el genocidio en curso de Netanyahu en Gaza o en la colonización de Cisjordania.
Ansarallah, un grupo que hasta hace poco parecía un actor político yemení marginal, se ha convertido posiblemente en la fuerza geopolítica más poderosa de la región. Junto con la Resistencia Palestina en Gaza, Ansarallah continúa aumentando la presión sobre el gobierno israelí. El tiempo demostrará que las estrategias militares de Israel en Palestina y en toda la región se vieron, en gran medida, afectadas por la escalada militar de Ansarallah.
Yemen ataca el aeropuerto de Ramon
El domingo, un dron yemení logró atacar el aeropuerto de Ramon en el Naqab, uno de los aeropuertos más fortificados del mundo.
Casi dos años después del genocidio israelí en Gaza y la participación directa de Ansarallah en la guerra, Yemen sigue siendo un enigma. Todo lo hecho, incluida la declaración de guerra abierta de Estados Unidos y sus aliados el 18 de diciembre de 2023, no ha impedido que lo que se consideraba una pequeña milicia yemení intensifique sus acciones contra Israel en solidaridad con Gaza.
Los medios estadounidenses, israelíes y occidentales rara vez dedican mucha atención a los discursos de Abdul-Malik al-Houthi, líder de Ansarallah, como si el discurso político del grupo yemení no importara. De hecho, cada declaración de al-Houthi, o de las Fuerzas Armadas Yemeníes afiliadas a Ansarallah, casi siempre precede o sigue a una acción clara y decisiva. Cada vez que Ansarallah declara que ha entrado en una nueva fase de la guerra de solidaridad contra Israel, cumple.
El 18 de diciembre de 2023, Estados Unidos y una reticente coalición occidental declararon la llamada Operación Guardián de la Prosperidad, que luego se convirtió en la Operación Rough Rider bajo la administración Trump el 15 de marzo de 2025.
Palestine Chronicle