
Manifestación del Primero de Mayo en la Plaza Roja de Moscú, 1919
Hoy, 1 de mayo, el proletariado internacional celebra el Día Internacional de los Trabajadores, un día nacido de la lucha de la clase obrera contra la explotación capitalista. Dentro de cuatro días, el 5 de mayo, conmemoramos el nacimiento de Karl Marx, el gran pensador revolucionario cuyo socialismo científico sentó las bases de nuestra lucha contra la tiranía del capital. Estas dos ocasiones están profundamente entrelazadas: la teoría revolucionaria de Marx inculca en la clase obrera la comprensión de que solo puede lograr la emancipación derrocando el capitalismo e instaurando el socialismo.
La crisis del capitalismo y la marcha hacia la guerra
El capitalismo agoniza. El sistema global, plagado de contradicciones, se tambalea de una crisis a otra: inestabilidad económica, desigualdad rampante, devastación ambiental y el espectro omnipresente de la guerra imperialista. La clase dominante, desesperada por mantener su poder, busca descargar sus crisis sobre los trabajadores mediante la austeridad, la supresión salarial y la militarización.
Hoy, el mundo se encuentra al borde de una nueva guerra interimperialista mientras Estados Unidos, la OTAN y sus rivales compiten por el dominio global. El genocidio en Gaza, la guerra en Ucrania, las crecientes tensiones en Asia y los conflictos virulentos en todas partes indican que el imperialismo, en su decadencia, está arrastrando a la humanidad hacia la catástrofe. Como advirtió Lenin, el capitalismo engendra guerra, y solo derrocar el sistema capitalista puede traer una paz duradera.
La necesidad de la revolución socialista y la dictadura del proletariado
El reformismo es un callejón sin salida. El estado capitalista no se puede «arreglar» ni «domesticar». Debemos destruirlo y reemplazarlo por un estado socialista: la dictadura del proletariado, el gobierno revolucionario de la clase obrera. Este reemplazo no es un simple cambio de gobierno, sino la reorganización completa de la sociedad, donde los medios de producción sean arrebatados a la burguesía y puestos bajo el control de los trabajadores.
Marx y Engels, en el Manifiesto Comunista , declararon que «los proletarios no tienen nada que perder salvo sus cadenas. Tienen un mundo que ganar». Sobre esta base, Lenin explicó en El Estado y la Revolución —y demostró mediante la Revolución de Octubre— que la clase obrera, liderada por un Partido Comunista disciplinado, podía derrocar al capitalismo y comenzar a construir el socialismo. Hoy, esta tarea sigue siendo urgente.
El papel indispensable del Partido Comunista
El proletariado no puede alcanzar la victoria espontáneamente. Sin el Partido Comunista —el destacamento más avanzado de la clase obrera, armado con la teoría marxista-leninista—, la lucha permanece fragmentada, fácilmente aplastada o cooptada por la burguesía. La historia ha demostrado que las revoluciones solo triunfan cuando son guiadas por un partido revolucionario.
En este país, la clase obrera se enfrenta a inmensos desafíos: una burguesía que controla los dos principales partidos políticos, un aparato estatal represivo y una clase dominante que siembra la división entre los trabajadores, por no hablar de todas las formaciones oportunistas y revisionistas que siguen parasitando el movimiento revolucionario. Para romper estas cadenas, debemos reconstruir el Partido Comunista , no como un foro pasivo de debate, sino como una vanguardia revolucionaria capaz de liderar a las masas hacia la revolución.
¡Adelante hacia el socialismo-comunismo!
Este Primero de Mayo, al honrar el legado de Karl Marx y el movimiento proletario, reafirmamos nuestro compromiso con la revolución, no con la reforma; con el socialismo, no con la barbarie. La crisis del capitalismo solo se profundizará, y la clase dominante recurrirá a medios cada vez más violentos para preservar su dominio. Si esperamos enfrentar esta violencia, debemos asumir las tareas necesarias: organizar a la clase obrera bajo la bandera del marxismo-leninismo; reconstruir el Partido Comunista como instrumento de la revolución; prepararnos para los inevitables enfrentamientos con el estado capitalista; luchar por la dictadura del proletariado y la construcción del socialismo.
El futuro pertenece a la clase trabajadora.
¡Viva el Día Internacional de los Trabajadores!
¡Viva Karl Marx!
¡Construyamos el Partido Comunista!