¿Qué es lo que revela el testimonio de Disney sobre su activismo político en la época del macartismo?
Walt Disney no solo fue un pionero del cine animado, sino también una figura activa en la lucha anticomunista en Hollywood. Su colaboración con el Comité de Actividades Antinorteamericanas y su influencia en la lista negra revelan la profunda relación entre su activismo político y su legado en la industria del entretenimiento.
POR CARLOS SERNA PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-
Walt Disney, figura icónica de la cultura popular estadounidense, no solo fue un pionero en la industria del entretenimiento, sino también un ferviente anticomunista. Su postura, particularmente visible durante la época del macartismo y la «caza de brujas» en Hollywood, lo llevó a jugar un papel clave en la persecución de presuntos comunistas dentro de la industria cinematográfica.
En este artículo exploramos cómo su anticomunismo moldeó su carrera y su legado, a la vez que proporciona anécdotas reveladoras sobre cual fue el talante ultraderechista de su activismo político.
EL CONTEXTO HISTÓRICO DEL ANTICOMUNISMO EN HOLLYWOOD
Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, el temor al comunismo creció como la espuma en Estados Unidos, que se multiplicó no solo por las tensiones de la Guerra Fría, sino por el hecho de la complicidad de sectores de las diferentes burguesías occidentales habían concertado con los regímenes fascistas europeos causantes de la guerra.
La influencia de Unión Soviética en la Europa del Este desataron toda una ola de paranoia en torno a la posibilidad de que «los comunistas estuvieran infiltrados en todos los niveles de la sociedad estadounidense», incluyendo la industria del cine.
A partir de 1947, el Comité de Actividades Antinorteamericanas (HUAC, por sus siglas en inglés) inició una serie de investigaciones para identificar y aislar a figuras sospechosas de ser comunistas o simpatizantes de esa ideología, dentro de Hollywood .
Fue en este contexto en el que Walt Disney se posicionó como uno de los defensores más notorios del anticomunismo. A pesar de que muchos actores, directores y guionistas fueron perseguidos injustamente, Disney utilizó su poder e influencia para prestar su colaboración a la HUAC, denunciando a varios colegas alentando su persecución.
EL TESTIMONIO DE WALT DISNEY ANTE EL «COMITÉ DE ACTIVIDADES ANTINORTEMERICANAS»
Una de las anécdotas más conocidas sobre Disney y su anticomunismo tuvo lugar en 1947, cuando fue llamado a testificar ante el HUAC. En su declaración, Disney acusó directamente a algunos de sus empleados de tener vínculos con el comunismo, responsabilizándolos de una huelga en su estudio que había tenido lugar unos años antes. Según Disney, la huelga de los animadores en 1941 no fue el resultado de un conflicto laboral legítimo, sino una maniobra comunista para desestabilizar su estudio .
En su testimonio, Disney citó a varios ex empleados que, según él, habían sido «agentes comunistas» que buscaban corromper la industria del entretenimiento. Esta acusación fue crucial en la carrera de varios de estos profesionales, muchos de los cuales terminaron en la tristemente célebre «lista negra» de Hollywood, una nómina de personas a las que se les prohibió trabajar debido a sus supuestas simpatías comunistas .
LA HUELGA DE LOS ANIMADORES Y EL PATERNALISMO DE DISNEY
Un episodio clave que marcó el giro radical de Disney hacia el anticomunismo fue la huelga de los animadores de 1941. Aunque Disney presentó esta huelga como el resultado de la intervención comunista, la realidad fue mucho más compleja. La huelga estalló debido a las duras condiciones laborales en los estudios Disney, donde los trabajadores protestaban por la falta de derechos sindicales y el trato paternalista de Walt Disney, quien veía a su empresa como una familia en la que él tenía el control absoluto .
La huelga, que paralizó la producción de varios proyectos importantes, dejó a Disney profundamente resentido y convencido de que los agitadores comunistas habían sido los responsables. Esta creencia se fortaleció en los años siguientes, cuando Disney se unió a otros conservadores de Hollywood para luchar contra la supuesta infiltración comunista en la industria cinematográfica.
Los trabajadores de Disney, especialmente los animadores de dibujos, sufrían de condiciones laborales difíciles. Aunque la compañía ofrecía oportunidades creativas, los salarios eran desiguales y había una marcada falta de protección laboral. Esta situación derivó en la huelga, que culminó con la intervención de la National Labor Relations Board (NLRB) y la sindicalización de los trabajadores. Durante esta época, varios de los empleados describían las condiciones en Disney como autoritarias, con el propio Walt Disney ejerciendo un control rígido sobre los proyectos y mostrando poca empatía por las demandas laborales.
En su testimonio ante el Comité de Actividades Antinorteamericanas el 24 de octubre de 1947, Walt Disney se expresó claramente en contra del comunismo, convencido de que algunos de sus empleados eran comunistas y que estaban detrás de la huelga en su estudio de animación en 1941.
Una declaración destacada fue su acusación contra Herbert Sorrell, líder sindical, afirmando que «creía que Sorrell era comunista por todo lo que había oído». Disney también aseguró que varios sindicatos y organizaciones relacionadas con la huelga estaban alineados con los comunistas, y que estos grupos habían lanzado campañas de desprestigio contra él y su compañía en los medios.
Disney afirmó, además, que los comunistas «distorsionaban todo« y «mentían», lo que dificultaba combatir sus acciones. Describió cómo lo habían acusado de dirigir un «sweatshop» (taller de explotación), lo que él negó rotundamente, sugiriendo que sus empleados podían confirmar la falsedad de esas acusaciones. Pero estos se negaron a hacerlo.
EL PAPEL DE DISNEY EN LA ALIANZA PARA LA PRESERVACIÓN DE LOS «IDEALES AMERICANOS
En 1947, Disney se convirtió en cofundador de la «Alianza para la Preservación de los Ideales Americanos», un grupo de acción política ultraderechista, cuyo objetivo era evitar que las películas de Hollywood incluyeran mensajes subversivos o comunistas. La alianza distribuía panfletos que aconsejaban a los productores evitar representaciones que glorificaran al «hombre común» o que criticaran el sistema de libre empresa.
Este enfoque se alineaba perfectamente con la visión de Disney sobre la necesidad de defender el capitalismo y los valores estadounidenses, al tiempo que reforzaba su desprecio hacia cualquier ideología que cuestionara el statu quo.
COLABORACIONES POLÉMICAS Y RELACIONES POLÍTICAS
Además de su colaboración con el HUAC, Disney mantuvo relaciones cercanas con otros actores del movimiento anticomunista en Hollywood. Ronald Reagan, por ejemplo, quien más tarde se convertiría en presidente de los Estados Unidos, también fue un colaborador activo en las investigaciones anticomunistas y un aliado de Disney en la lucha contra la izquierda en la industria del cine
La persecución de Disney hacia aquellos que percibía como comunistas no se limitó a su testimonio público. También se aseguró de que aquellos a quienes consideraba sospechosos no pudieran encontrar trabajo en Hollywood, contribuyendo activamente a la creación y el mantenimiento de la lista negra que marginó a muchos guionistas, actores y directores.
En definitiva, Walt Disney no solo fue un innovador del cine, sino también un acérrimo defensor del sistema capitalista y de los valores ultraconservadores, lo que lo llevó a jugar un papel crucial en la lucha contra el comunismo en Hollywood. Su colaboración con el HUAC y su persecución de supuestos comunistas revelan un lado menos conocido de su personalidad: uno profundamente marcado por el miedo y la paranoia de la época.
Aunque su legado como creador de sueños y fantasías perdura, su participación en la «caza de brujas» anticomunista de Estados Unidos continúa siendo un tema de debate y crítica hasta el día de hoy.