TRUMP VUELVE AL CARIBE: TRES DESTRUCTORES Y UN MENSAJE DE GUERRA

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¿Es una guerra contra los carteles o un intento de control geopolítico?

Donald Trump ha ordenado la movilización de tropas y destructores hacia el mar Caribe. El supuesto objetivo: frenar a los carteles. Pero en América Latina, muchos ven en esta acción una amenaza directa a la soberanía y un intento más de dominación regional. ¿Qué se esconde detrás del nuevo despliegue militar estadounidense?.

POR JORDI RUIZ PARA CANARIAS SEMANAL.ORG

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  En un giro que revive las viejas tensiones entre Estados Unidos y América Latina, el expresidente Donald Trump, ahora nuevamente en campaña, ha ordenado la movilización de 4.000 efectivos militares, junto a tres destructores con misiles guiados, hacia el mar Caribe, muy cerca de las aguas territoriales de Venezuela.

    La excusa oficial: combatir el narcotráfico. Pero en la región, esta acción ha sido interpretada como un gesto de provocación y como parte de una estrategia geopolítica que recuerda los peores momentos de la Guerra Fría.

«Estados Unidos promueve una guerra contra los carteles mientras se niega a revisar su propio rol en el narcotráfico.»

EL ANUNCIO: GUERRA A LOS “CÁRTELES EXTRANJEROS”

      La orden ejecutiva firmada por Trump a comienzos de agosto autorizó el uso de la fuerza contra organizaciones criminales extranjeras —principalmente carteles de droga latinoamericanos— bajo el argumento de “proteger al pueblo estadounidense” de una “invasión tóxica”. En palabras del propio Trump, difundidas por varios medios, “la amenaza de los carteles no se detendrá sin mano dura”.

     Este tipo de retórica, habitual en sus discursos, ha sido acompañada esta vez por una acción concreta: el despliegue del Comando Sur frente a las costas venezolanas, con apoyo de submarinos y aviación estratégica.

REACCIONES INMEDIATAS EN AMÉRICA LATINA

     La respuesta no se hizo esperar. En Caracas, el presidente Nicolás Maduro reaccionó ordenando la movilización de más de cuatro millones de milicianos civiles, en un gesto que combinó desafío, propaganda y una llamada a la unidad nacional. Desde la capital venezolana, Maduro calificó la acción como “una amenaza directa a la soberanía nacional” y afirmó que “el pueblo sabrá defender su territorio de cualquier intento de agresión imperial”.

    México, por su parte, reaccionó con más cautela. La presidenta Claudia Sheinbaum declaró que su país “no permitirá operaciones militares extranjeras en territorio mexicano” y reafirmó su compromiso con una política de soberanía nacional. Aunque evitó un tono beligerante, dejó claro que México no avala una estrategia unilateral de intervención militar para enfrentar un problema que, según ella, “requiere cooperación, no amenazas”.

    Cuba fue aún más directa. El presidente Miguel Díaz-Canel denunció lo que calificó como “una maniobra hipócrita de Washington”, y afirmó que Estados Unidos “promueve una supuesta guerra contra los carteles siendo, en realidad, el Estado más narco del mundo”. Díaz-Canel recordó que las rutas del narcotráfico existen porque hay una gigantesca demanda en territorio estadounidense, y señaló que el despliegue militar es “una pantalla para justificar futuras agresiones contra gobiernos no alineados”.

MÁS ALLÁ DE LOS CARTELES: ¿QUÉ SE ESTÁ JUGANDO EN REALIDAD?

      La ofensiva militar de Trump ha sido presentada por sus aliados como una medida necesaria en la guerra contra las drogas. Sin embargo, muchas voces dentro y fuera de Estados Unidos ven detrás de esta decisión intereses más profundos, entre ellos el intento de recuperar influencia política y económica en una región que, en los últimos años, ha mostrado signos de autonomía creciente.

    La reacción del propio aparato político estadounidense ha sido dividida. Mientras sectores republicanos aplauden la medida, otros advierten sobre el riesgo de desatar una escalada innecesaria en el hemisferio.

   Según un análisis del digital estadounidense MLToday, el verdadero objetivo de Trump no sería el narcotráfico, sino desestabilizar gobiernos progresistas o no alineados con sus intereses y recuperar control sobre recursos estratégicos de la región, especialmente el petróleo venezolano.

   Este tipo de maniobras no es nuevo. Durante el siglo XX, América Latina fue el escenario de múltiples intervenciones militares, directas o indirectas, promovidas por Estados Unidos bajo pretextos de lucha contra el comunismo, la corrupción o el narcotráfico. La doctrina Monroe, reciclada y aggiornada, parece seguir viva.

UN CONTEXTO MÁS AMPLIO: CRISIS DEL IMPERIALISMO Y CONFLICTO INTERESTATAL

      Desde un enfoque más estructural, este tipo de acciones puede interpretarse como el reflejo de una crisis del poder imperial de EE.UU.   En un mundo cada vez más multipolar, donde potencias competidoras como China y Rusia le estan ganando terreno en América Latina, Washington parece haber  optado por la estrategia de la fuerza frente a la pérdida de hegemonía.

    El  Estado imperialista actúa como instrumento de dominación de clase a escala global, y en momentos de crisis agudiza su carácter represivo y militarista para defender los intereses de su bloque dominante. No se trata solo de seguridad, sino de control territorial y económico .

    La movilización ordenada por Trump no se explica solo como parte de una lucha contra los carteles, sino como un gesto de reafirmación de poder en un escenario internacional donde Estados Unidos se siente cada vez más amenazado en su papel histórico de superpotencia. América Latina, rica en recursos naturales y con crecientes vínculos con Asia, aparece nuevamente como terreno en disputa.

¿UN JUEGO PELIGROSO?

      La militarización del Caribe, las amenazas de intervención y las reacciones encendidas de gobiernos latinoamericanos no deben tomarse a la ligera. Aunque por ahora no ha habido choques directos, el riesgo de una escalada está presente. En contextos donde las tensiones internas ya son altas y la crisis social golpea fuerte en varios países, este tipo de maniobras puede actuar como chispa en un polvorín.

     Pero también ha servido para visibilizar algo importante: que los pueblos latinoamericanos, lejos de ser espectadores pasivos, conservan aún una memoria histórica de resistencia. La historia demuestra que cada vez que se ha intentado imponer desde afuera un orden ajeno a los intereses populares, la respuesta ha sido resistencia.

    La pregunta que queda abierta es: ¿podrá América Latina responder esta vez no solo con rechazo, sino con una nueva estrategia de unidad y soberanía compartida?

FUENTES CONSULTADAS

“La orden de Trump de usar la fuerza contra los cárteles extranjeros…” – El País América, 9 de agosto 2025.

“EE.UU. envía destructores al límite del mar territorial venezolano” – El País América, 19 de agosto 2025.

“Maduro moviliza a cuatro millones de milicianos…” – El País América, 19 de agosto 2025.

“Díaz-Canel sobre el despliegue militar de EE.UU.” – RT Español, 21 de agosto 2025.

“Trump’s Latin American Policies Go South” – ML Today, 17 de agosto 2025.

https://canarias-semanal.org/art/38236/trump-vuelve-al-caribe-tres-destructores-y-un-mensaje-de-guerra

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