
«Lo que hace Trump es patear el tablero y consolidar la posición de la monarquía aluita»
A poco de terminar su gestión, el mandatario Donald Trump reconoció el dominio de facto de Marruecos sobre el Sáhara Occidental a cambio de que ese país africano normalice relaciones con Israel (…).
Por TELMA LUZZANI.-
A poco de terminar su gestión, el mandatario Donald Trump reconoció el dominio de facto de Marruecos sobre el Sáhara Occidental a cambio de que ese país africano normalice relaciones con Israel. La decisión fue rechazada por los saharauis. «EEUU consolida así un hecho ilegal y debilita el sistema multilateral», opinó el historiador Sergio Galiana.
El presidente saliente de Estados Unidos Donald Trump anunció que reconoce la ocupación marroquí del Sáhara Occidental (un conflicto no resuelto aún por Naciones Unidas) a cambio de que Rabat normalice sus relaciones con Tel Aviv.
Frente Polisario que reclama a Marruecos la soberanía de ese territorio en disputa condenó la decisión estadounidense. «La política de Trump en estos años ha sido presionar a sus aliados dentro del mundo árabe para que reconozcan al Estado de Israel», señaló el historiador Sergio Galiana, actual director de la carrera de Historia de la Universidad de General Sarmiento.
Al reconocer el dominio de Rabat, «lo que hace Trump es patear el tablero y consolidar la posición de hecho que tiene Marruecos sobre el territorio».
«Su administración se caracterizó por debilitar el sistema multilateral», agregó.
Destacó que EE.UU. «desconoce la mediación de la ONU de 1991 respecto a la celebración de un referéndum para decidir sobre el futuro del Sáhara Occidental, apoyada en su momento por EEUU».
El peligro (y objetivo) de este reconocimiento radica en que «el día de mañana, cuando cambie la coyuntura internacional o aumenten las presiones, el punto de partida desde el que se sienten a negociar será más bajo».
Galiana consideró además que «España es la potencia responsable por una descolonización fracasada» del Sáhara Occidental, colonia hasta 1976. «En algún punto, la incapacidad del gobierno español de crear un tipo de negociación respetada llevó a la situación actual», subrayó.
De hecho, aseguró que «España mantiene una relación ambigua con Marruecos por el tema de la migración», ya que Rabat «funciona como regulador de ese flujo de migrantes que van hacia Europa».
En tanto, sostuvo que en el territorio que reclama el pueblo saharaui «hay yacimientos mineros, aunque es cierto que el 90 por ciento del territorio es desértico».
Sin embargo, «para Marruecos todo ese territorio es propio», dijo.