Terrorismo tradicional contra terrorismo de nuevo tipo

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Antonio Gershenson 

Fuentes: La Jornada

A lo largo de ocho décadas, los gobiernos del Partido Republicanos y del Demócrata, han violado –directa, o indirectamente– la soberanía de al menos 70 países… Una de las excusas ha sido la lucha por erradicar el horrendo terrorismo del planeta.

Dice una cadena de información que, en el “alto el fuego” no existe claridad de intenciones, en el caso de la miniguerra Israel versus Irán. Hasta donde entendemos un alto el fuego es la acción de no disparar más. Sin embargo, al parecer, en la actualidad la finalidad de esta orden razonada es engañar a la población que reclama el no más disparos, que se entiende que es una exigencia para no generar más víctimas civiles. 

Y podría ser real ese alto el fuego si los protagonistas de las agresiones militares no realizan ni un disparo más de ningún tipo. Pero, como no queda claro, en esta escalada de bombardeos por parte de Israel –el agresor– e Irán –el agredido–, otros gobiernos intervienen, seguramente para solidarizarse con aquel que fue obligado a no realizar ningún disparo más. 

Desde el comienzo de los ataques sin precedente de Israel contra objetivos nucleares iraníes, los objetivos de la operación quedaron perfectamente claros, generar confusión para distraer sobre las tropelías que el ministro Benjamin Netanyahu continúa haciendo en contra de la población árabe palestina. 

El apoyo de Estados Unidos a su engendro sionista en territorio ocupado es un apoyo claramente para causar terror, además de provocar al gobierno islámico, ante la obstinada meta sionista de eliminar al pueblo palestino de los territorios, a los que el gobierno israelí no tiene ningún derecho. 

De buenas intenciones ha estado llena la historia de aquellos que dicen luchar por la paz pero que, en realidad, descubrieron que la guerra es un gran negocio. Y eso es lo que han estado llevando a cabo algunos países europeos y, en América, Estados Unidos, país campeón en la producción de guerras, de armamento bélico y de bases militares. 

Recordemos Afganistán, Irak, Corea del Sur, Japón, en guerras anteriores, donde el pretexto fue erradicar el peligro y la amenaza para Estados Unidos por parte de esos países, aunque estuvieran a miles de kilómetros. Y, en la actualidad, la intención, del ataque a Irán de su engendro, Israel, tiene la absurda excusa de eliminar definitivamente los proyectos nucleares iraníes porque son claramente proyectos con fines terroristas. 

Para los presidentes estadounidenses, los terroristas son otros, ellos no, y las amenazas nucleares vienen de otros países, pero de Estados Unidos, o de Israel, por supuesto que no. 

Recordemos que, por lo menos a lo largo de ocho décadas, los gobiernos de los republicanos y los demócratas, han violado –directa, o indirectamente– la soberanía de al menos 70 países. En Oriente Medio: Palestina, Siria, Líbano, Qatar, Kuwait, Bahréin y Emiratos Árabes Unidos, entre otros. Una de las excusas ha sido la lucha por erradicar el horrendo terrorismo del planeta.  

La cantidad de muertes que han ocasionado estas guerras sin límites en contra del supuesto terrorismo que según Estados Unidos ha venido combatiendo, son cuantiosos, y lo peor de todo es que todas han sido evitables. Lo estamos observando en este momento en la ciudad palestina ocupada de Gaza. Israel ha tenido el apoyo incondicional de su progenitor, Estados Unidos, y no ha tenido misericordia para bombardear directamente a la población civil. A eso nosotros lo nombramos terrorismo. 

Es en este punto donde no nos queda ninguna duda al catalogar a Estados Unidos, como un gobierno antipacifista, debido a su belicismo y letalidad –como ya lo hemos sugerido en trabajos anteriores en la sección de Opinión de La Jornada–. 

Un dato importante para concluir lo anterior es la información proporcionada por la Organización de Naciones Unidas, desde la década de los 50, cuando un estudio demostró que anualmente las estadísticas demográficas permitieron calcular las muertes evitables en los países agredidos. 

El trabajo de investigación de los estadounidenses Zoltan Grossman, Gideon Polya Body y William Blum Rogue State exponen la historia de los desastres ocasionados por las intervenciones militares de su país. Podríamos decir que es la historia del terrorismo original y del terrorismo de nuevo tipo, donde los agredidos son [presentados como] culpables por ser las víctimas. 

Para Ximena Guzmán Cuevas y José Muñoz Vega, la justicia llegará 

Colaboró Ruxi Mendieta 

antonio.gershenson@gmail.com

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