PRIMERO DE MAYO: LA LUCHA POR LA REVOLUCION Y EL SOCIALISMO DEBE SEGUIR

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File:PCC-M.svg - Wikimedia Commons

 

¿Como es eso de la “cuarentena” sin servicios públicos, ni dinero para
comer? Es muy fácil decir “quédate en casa”, pero en piezas de inquilinato
no es posible el distanciamiento social, “lávate las manos con frecuencia” si
claro, ¡pero si hay agua!, “no salga por nada del mundo” para que no se
contagie: sí claro, pero ¡no tengo que comer! Todo esto suena como un
mal chiste o más bien: ¡un discurso fascista!

 

El mundo está atravesando por una situación de suma gravedad para las amplias masas populares, debido a la crisis económica mundial agudizada por la crisis sanitaria como resultado de la pandemia del COVID-19
1. El sistema capitalista/imperialista está poniendo en riesgo las formas de vida de la gente en lo
material, cultural y en la construcción de subjetividades. “Socialismo o barbarie” es la acepción más
cercana y muy evidente en los actuales momentos.
Después de este periodo de pandemia y post-pandemia el pueblo colombiano y los demás pueblos del
mundo, viviremos una situación peor a la actual. Si ahora se parece a las películas distópicas, en el
siguiente momento podrían ser mucho peor. El periodo de la recuperación del capitalismo va a ser un
horror para los pueblos, por eso no hay otra salida posible sino la resistencia y la revolución: Socialismo o barbarie.
Los grandes burgueses dueños de los megamonopolios y del capital financiero, desde inicio de la
pandemia han hecho todo lo posible por mantener la producción y sus ganancias máximas, fue por la
presión de los gobiernos locales, de la comunidad científica y de la misma ciudadanía que exigieron
medidas de protección que se puso freno a la producción y comercialización, agudizando la tendencia
previa de la crisis bursátil y financiera.

En nuestro país, el gobierno de Iván Duque se vio obligado a decretar el aislamiento obligatorio, ha
utilizado el estado de excepción para expedir más de 150 decretos que protegen a los grandes
monopolios. Muchos sectores siguieron trabajando con normalidad, exponiendo a millones de
trabajadores, desempleados, migrantes e informales al contagio y a la muerte, como “algo necesario”
para salvar la economía. Desde el 27 de abril, el gobierno está empeñado en reactivar la totalidad de la
economía monopolista y restringir la economía no monopolista.
El manejo de la Pandemia en Colombia ha priorizado la economía capitalista/imperialista, ha fortalecido
las políticas fascistas utilizando la fuerza pública como herramienta de control político, ha continuado con la eliminación de la oposición (más de 80 líderes sociales y políticos asesinados en el aislamiento), ha colocado la vida del pueblo como una mercancía que se cotiza según la importancia que tengan estas para salvar el modo de vida capitalista, ha utilizado los créditos como política para golpear los sectores no monopolistas, ha mantenimiento los negocios “ilícitos” como fuentes de recursos y ha continuado con la agresión con Venezuela.

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La política demográfica de los fascistas se orienta a la eliminación de población no deseable por la vía de “dejar hacer y dejar pasar”, como la no atención de prevención de propagación del Covid 19 en las
cárceles, territorios indígenas y negritudes, los espacios territoriales de paz, los habitantes de calle, los
centros de refugio de inmigrantes venezolanos y clínicas de pacientes psiquiátricos, las trabajadoras
sexuales, etc. Un verdadero genocidio con el enriquecimiento vil de un sector de políticos, policías,
alcaldes, gobernadores y de más rufianes sobre la base de las ayudas, en dinero y en comida para los
sectores populares.
Es necesario afirmar que los impactos de la pandemia del COVID19 no son iguales para los y las
colombianas; están asociados a la clase, la raza, el género, al territorio y al carácter de las organizaciones políticas y sociales a que pertenecen. Es más vulnerable el más pobre, aquel que está ligado a la economía informal, el que se encuentra en los territorios de disputa, las mujeres o transgénero, los pueblos aborígenes, las negritudes, los líder o lideresas de oposición. Esto se ve reflejado en:
 Las políticas de las clases dominantes para paliar la crisis económica mundial surgida antes de la
pandemia y potenciada por esta, ha llevado al cierre de fábricas y a la paralización de las
economías, desempleo de millones de personas por todo el mundo. En Colombia podría llegar a fin
de año con 4 millones de desocupados que agrandará la ya precaria vida de los dedicados a la
economía informal, desplazados, y migrantes. Millones de familias caerán en la línea de pobreza
que, sin ocupación o ingresos serán expulsados de sus viviendas por no poder pagar arriendos,
cuotas hipotecarias y servicios básicos. El hambre ya ha hecho estallar luchas por comida y
saqueos a supermercados. La lucha es por la sobrevivencia, por la vida que no sólo la ataca el
Covid-19, sino también por el hambre y la miseria.
 Como todos los países, el neoliberalismo mercantilizó la salud, una prestación de salud construida
bajo un concepto de cobertura universal para captación de recursos, pero con una prestación de
calidad, de acuerdo con quien o quienes pueden aportar, lo que lleva a la crisis del sistema de
salud.
Todos los actos vandálicos contra la salud del pueblo han sido evidentes de forma flagrante y están
repercutiendo en la posibilidad de enfrentar de manera solidaria la pandemia. La concepción
neoliberal en la salud es: “tiene mayor posibilidad de sobrevivir quien puede acceder a servicios
contributivos, complementarios y prepagada”.
Se hace necesario una política de atención y prevención pública contra el Covid 19 que no
discrimine económica y socialmente a la población, sin embargo, el gobierno colombiano ha
mantenido la salud pública en manos de operadores privados, quienes se rigen por la relación
costo-beneficio, que sacrifican a un gran sector de la población y a los trabajadores y profesionales
de la salud.
 El manejo de los créditos en el sector agropecuario es un insulto para los pequeños y medianos
productores y un alivio para los grandes monopolios, no solamente están utilizando los créditos
para la concentración de capitales, sino para el control de los grandes gremios.
Los requisitos colocados para acceder a los créditos de las micro y pequeñas empresas son
imposibles de cumplir, entre tanto se discute la necesidad de trasladar dineros públicos a la
Aerolínea Avianca que es una empresa monopolista privada que compró además de los activos
estatales, el monopolio de las rutas aéreas en Colombia. ¡Que infamia!

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Lo que nos enseña esta situación de crisis y pandemia es que las políticas de privatización y
salvatajes a los monopolios No son la salida, y que debemos controlar los renglones vitales de la
economía y de la vida (salud, educación, vivienda).
 El gobierno de Duque, para darle gusto al gobierno fascista de Donald Trump, sigue hostigando al
gobierno venezolano. Sin ninguna vergüenza moviliza tropas colombianas y permite el paso de
tropas extranjeras a la frontera con Venezuela, amplía el tiempo obligatorio de prestación de
servicio militar y promueve la articulación con bandas de paramilitares para una posible invasión
y/o captura de los dirigentes del gobierno venezolano.
 El gobierno de Duque continua con la aspersión de glifosato en los cultivos de coca, avanza en los
permisos medioambientales sin consulta previa y da liquidez al sector financiero y a los bancos
para que administren los fondos y destinen recursos según sus intereses económicos y políticos;
haciendo caso omiso a las peticiones de varios sectores democráticos y progresistas en el sentido
de que el gobierno y el estado debe ser el garante de las soluciones sociales para el pueblo, por
ejemplo no pagando los intereses de la deuda o tomando parte de los dineros de la reserva
internacional.
 Duque tomó como medida el aislamiento social de los mayores de 70 años, con palabras dulzonas
e hipócritas: “cuidemos de nuestros viejos…” Pero la verdad, es que necesita que este sector
altamente vulnerable e “improductivo para ellos” NO le ocupe el posible salvamento de la
población que requieren mantener para su economía. En su mentalidad fascista plantean: “en
todo caso van a morir… pero a su debido tiempo”.
 El gobierno, los grandes medios de comunicación y las fuerzas armadas y de policía desarrollan
guerra psicológica implementando la teoría del pánico. La fuerza pública con su lema de “cuidar la
honra y bienes de los colombianos” se otorga el control social y político, militarizando la crisis
sanitaria. Además de control de la movilidad y de las protestas callejeras, reparten los mercados o
ayudas como benefactores y se otorgan el derecho de perseguir a jóvenes, violando mujeres en los
CAI y acosando a la comunidad LGTB+1. Todo esto genera una sensación de pánico, de rabia y a su
vez de necesidad de protección en la población.
 Un ministerio de Justicia y una Fiscalía de bolsillo que no quiso por físico odio, solucionar el pedido
de los internos e internas en las cárceles del país, como dijera el fiscal Barbosa “son más peligrosos
los presos que el coronavirus”. El 21 de marzo de 2020, fueron asesinados 23 presos y heridos otros
83 durante un acto de protesta por reclamar acciones de prevención contra el Covid 19. Hoy se
presenta un alto nivel de contagio y muerte en las cárceles colombianas, el asunto lo solucionaron
a la manera fascista, es decir, la eliminación del indeseable por negligencia y el fusil, en especial de
los presos políticos que fueron dispersados para controlar las protestas.
 En las mujeres ha recaído con mayor fuerza el cuidado y el trabajo del hogar que aumenta los
niveles de cansancio y depresión, durante este periodo de aislamiento. Se presenta un incremento
de los diferentes tipos de violencia contra las mujeres, los niños y las niñas ejercidos dentro de las
familias y fuera de ellas, como expresión de la lógica patriarcal del sistema capitalista.
 En todo el país, se ha incrementado la violación de los derechos laborales: despidos colectivos,
terminaciones de contratos, amenazas a los trabajadores para que acepten vacaciones anticipadas,
licencias no remuneradas o reducciones de salarios. Los decretos y anuncios del gobierno nacional
que supuestamente protegen el empleo son puras palabras vacías, las empresas siguen pasando

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por encima de los trabajadores y el gobierno, a pesar de tener conocimiento de esta situación, ¡No
hace nada!
 Los trabajadores y trabajadoras de la salud, de la industria y de muchos otros sectores de la
economía siguen exponiendo su vida, siguen en sus puestos de trabajo sin contar con protocolos ni
con adecuados elementos de bioseguridad, una vez más, ¡No hace nada!
 Millones de trabajadores están siendo vinculados al Teletrabajo, para que las empresas sigan
funcionando y para que las trabajadoras y los trabajadores no pierdan sus puestos de trabajo,
improvisando un sistema que aún no está suficientemente organizado, sometiendo a sus
trabajadores a unas jornadas todavía más extensas, en donde las condiciones de salud ocupacional
son mínimas y cuyos efectos los vamos a empezar a ver.
 El gobierno apuesta por la educación virtual sin calidad ni planificación, una educación que
profundiza las desigualdades pues no todo estudiante o familia tiene esa posibilidad de conectarse
a internet y además no es lo mismo en las grandes ciudades que en poblaciones pequeñas y en
zonas rurales. Se avecina una crisis de contenidos, conectividad y financiera en la educación.
El gobierno de Iván Duque está fortaleciendo al sector financiero y a las clases sociales más poderosas del país e intentarán desde su poder, trazar ese plan de dominación sobre el pueblo colombiano. En el país se está impulsando una gran campaña de aporofobia, es decir de odio a los pobres, quienes para las clases dominantes: “los pobres, al fin y al cabo, son los responsables de todo”.
Es evidente el descontento y la necesidad de las masas populares, y es también evidente la incapacidad
del gobierno y del modelo económico para atender la emergencia y preservar la vida de los colombianos:
Los “trapos rojos” en las ventanas de miles de colombianos solicitando ayuda, las protestas en la calle, los saqueos para obtener comida, los universitarios solicitando condonación de matrículas académicas, los levantamientos y cacerolazos, los plantones y cierre de vías de los migrantes venezolanos, los desplazados y trabajadores presionando para retornar a sus territorios de origen, la indignación por los lideres asesinados en sus sitios de aislamiento y la resistencia de los obreros, trabajadores y campesinos contra las medidas del gobierno y los patrones.
El acumulado de masas del levantamiento popular del 21N está presente: Es necesario luchar por la
vida, luchar contra el hambre, contra el control social, contra la violencia patriarcal y resistir las
medidas antipopulares.
¡Hay que estar alertas¡
Debemos prepararnos, porque el imperialismo, el capital financiero y los gobiernos van a apostarlo todo
por la reactivación de la economía, se preparan para un periodo de mayor explotación de los pueblos del
mundo, están decididos a llevar a las masas populares a la miseria y la muerte, Así que la cuestión hoy es:

¡Socialismo o barbarie!

PARTIDO COMUNISTA DE COLOMBIA – MAOISTA
PCC-M
1 de mayo 2020

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