NEPAL.- Cinco tesis sobre la situación en Nepal

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Vijay PrashadAtul Chandra

Fuentes: Peoples Dispatch [Imagen: Escena de las protestas en Nepal en septiembre de 2025. Créditos: RRSS, tomada de Peoples Dispatch] 

Si tu casa no está limpia, las hormigas entrarán por la puerta y atraerán a las serpientes

Tras la renuncia del primer ministro nepalí KP Oli en medio de protestas masivas impulsadas por la juventud del país, han circulado diferentes relatos que simplifican y tergiversan las complejidades y la realidad sobre el terreno en Nepal que están en el origen de esta crisis.


La crisis en Nepal se agravó a principios de septiembre y derrocó al gobierno de centro-derecha del primer ministro KP Oli (Proveniente del Partido Comunista). El detonante inmediato fue la regulación y prohibición de las redes sociales el 4 de septiembre. Las protestas por esta medida fueron reprimidas por la policía con disparos, que dejaron 19 manifestantes muertos. Fueron aumentando las protestas, que se convirtieron en manifestaciones masivas y ataques a las casas de políticos, al edificio del Parlamento nacional y a la residencia presidencial.

Circulan varios relatos sobre la agitación actual, pero dos son los que predominan:

  1. Fracaso sistémico de la gobernanza: Los años de promesas incumplidas, corrupción y alianzas oportunistas han provocado una crisis de legitimidad no de este o aquel partido, sino del establishment. El auge actual se explica como una reacción popular debido al descuido acumulado.
  2. Tesis de la revolución de colores: que las protestas están orquestadas por una fuerza externa, y la mayoría de los dedos apuntan a los Estados Unidos y a la financiación del Congreso de los Estados Unidos a través de la Fundación Nacional para la Democracia a Hami Nepal (creada en 2015).

Ambas teorías permiten a las partes implicadas en Nepal eludir fácilmente su responsabilidad, ya sea achacándola a intromisiones extranjeras o a una idea vaga de la “clase política”. En estas teorías no se aborda el orden burgués subyacente y sus problemas en Nepal: una economía clientelar de con más de un siglo de historia, el control de la tierra, las finanzas y los contratos gubernamentales en manos de un oligopolio estrechamente vinculado a la monarquía, y un paradigma de crecimiento que depende de la exportación de trabajadores migrantes y del desarrollo de infraestructuras financiadas con deuda. Las causas estructurales de las reivindicaciones de la población se simplifican en conceptos simplistas, pero evocadores, por ejemplo, “corrupción” y “revolución de colores”.

Ninguna de estas teorías es totalmente incorrecta o correcta, sino que son solo parciales y su parcialidad puede ser muy engañosa. Este artículo no pretende corregir esa parcialidad por sí solo, pero espera ofrecer algunas ideas para el debate. Las cinco tesis que se exponen a continuación solo pretenden enmarcar el debate que esperamos se dé no solo sobre la difícil situación de Nepal, sino también sobre la de muchos países del Sur Global.

1. Mal manejo del momento de oportunidad

Después de que se promulgara la nueva Constitución en Nepal en 2015 había una gran esperanza de que la izquierda amplia pudiera mejorar la situación social de la población nepalí. Por lo tanto, en 2017, los distintos partidos comunistas obtuvieron el 75% de los escaños en el Parlamento nacional.

Al año siguiente los partidos comunistas más grandes se unieron para formar el Partido Comunista de Nepal, aunque la unidad no era muy profunda porque los partidos tenían sus propias estructuras y sus propios programas y no podían formar realmente un partido unificado, sino principalmente un bloque electoral unificado. La falta de un programa común para la actividad política comunista y de una agenda común para resolver los problemas del pueblo a través del instrumento del Estado condujo a la disipación de la oportunidad que se le había brindado a la izquierda.

El partido unificado se dividió en 2021 y desde entonces los distintos partidos de izquierda se han ido turnando en el poder, lo que el pueblo ha visto como practicas individualistas y oportunistas. Cuando el ministro del Interior Narayan Kaji Shrestha (2023-2024), del Centro Maoísta, intentó utilizar los instrumentos del Estado para investigar las prácticas corruptas, incluso en su propio partido, fue expulsado de su cargo.

Desde 2024 el Gobierno de Nepal incluía una facción derechista de la izquierda (liderada por KP Oli) y una facción de la derecha (el Congreso Nepalí), lo que lo convertía en un Gobierno de centro-derecha. La larga lucha por la democracia que comenzó con la Revolución de 1951, se intensificó con el Jana Andolan (Movimiento del Pueblo) de 1990 y luego pareció consolidarse con el Loktantra Andolan (Movimiento por la Democracia) de 2006 solo parece haber sido derrotada, cuando en realidad esa larga lucha reaparece bajo otras formas.

2. Incapacidad para abordar los problemas básicos de la población

Los problemas de Nepal en 2015, cuando se adoptó la nueva Constitución, eran graves. Un terremoto masivo en Gorkha habia devastado la provincia, dejó más de 10.000 muertos y cientos de millas de personas sin hogar. Al menos una cuarta parte de la población nepalí vivía por debajo del umbral de la pobreza. La discriminación por motivos de casta y etnia creó una gran sensación de desesperanza. La provincia de Madhesh, situada en la frontera entre Nepal y la India, estaba especialmente indignada por la sensación de desventaja y por el análisis de que la Constitución de 2015 la marginaba aún más. La débil sanidad y educación pública, que llevaban un siglo sin recibir la financiación necesaria, no podía satisfacer las aspiraciones de la clase media emergente.

Los gobiernos de izquierda propusieron diversas políticas para abordar algunas de estas cuestiones y sacaron a amplios sectores de la población de la pobreza (la pobreza infantil pasó del 36 % en 2015 al 15 % en 2025) y del abandono de las infraestructuras (el acceso a la electricidad es ahora del 99 % y se ha registrado una mejora en el Índice de Desarrollo Humano).

Sin embargo, sigue existiendo una enorme brecha entre las expectativas y la realidad, ya que las tasas de desigualdad no disminuyen lo suficiente y la migración se mantiene en niveles alarmantemente altos. Los niveles de corrupción también siguieron siendo demasiado elevados en el país, ya que la percepción de la corrupción se deterioró (ocupa el puesto 107 de 180 en 2024). El gobierno no ha podido contener la corrupción, la desigualdad y la inflación, y ha cerrado acuerdos muy desfavorables en materia comercial y financiera con el FMI (el retorno al Servicio de Crédito Ampliado del FMI ha reducido sus posibilidades fiscales).

3. La tendencia a buscar refugio en la idea de la monarquía hindú

La pequeña burguesía nepalí, que envía a sus hijos a escuelas en inglés y que a menudo procede de castas hindúes oprimidas o “atrasadas”, se siente frustrada por el continuo dominio de las castas superiores y se inspira en la política de la pequeña burguesía hindutva de derecha de Uttar Pradesh, uno de los estados que limita con Nepal. Por eso en las marchas había muchos carteles con la imagen de Yogi Adityanath, líder del partido derechista Bharatiya Janata Party (BJP) de la India y jefe del gobierno de Uttar Pradesh. Esta fracción de la población también está dispuesta a “volver” a la monarquía, que es una monarquía hindú. Varias fuerzas políticas respaldan estas tendencias, por ejemplo, el partido promonárquico (Partido Rashtriya Prajatantra o RPP) y sus personas aliadas (Comité Conjunto del Movimiento Popular, formado en marzo de 2025 como parte de las protestas por el retorno a la monarquía, Shiv Sena Nepal, Vishwa Hindu Mahasabha).

Desde la década de 1990 el Hindu Swayamsevak Sangh (HSS), afiliado internacional del RSS indio, ha creado discretamente shakhas (grupos) y cuadros. El HSS, junto con un grupo tentacular de organizaciones, por ejemplo, el Shiv Sena y el RPP, ha hecho campaña contra las políticas laicas y a favor del retorno al Raj hindú. En lugar de limitarse a atacar el laicismo, el bloque Hindutva ha centrado su atención en lo que denomina una puerta giratoria de élites en Katmandú que ha mantenido el poder desde que se abolió la monarquía en 2008. Enmarcan su retórica civilizatoria en torno a la lucha contra la corrupción y la caridad, con movilizaciones a través de festivales hindúes y de personas influyentes en Internet, así como con una divulgación selectiva entre las castas marginadas y oprimidas en nombre de la unidad hindú. Este bloque, poderosamente organizado a diferencia de los jóvenes, tiene la capacidad de tomar el poder y restaurar el orden en nombre del Estado hindú y la monarquía, y de recuperar el autoritarismo en nombre de la lucha contra la corrupción.

4. Cansados ​​de la válvula de escape de la migración

Si omitimos países pequeños, por ejemplo, Montserrat y San Cristóbal y Nieves, Nepal es el país con la tasa per cápita más alta de migración por motivos laborales. Con una población de 31 millones de habitantes, actualmente hay 534 500 nepalíes (registrados) que trabajan en el extranjero, lo que supone 17,2 personas por cada 1000 nepalíes. Las cifras han aumentado considerablemente en los últimos años. En 2000 la cifra registrada de nepalíes que obtuvieron permisos de trabajo en el extranjero era de 55 000; ahora es diez veces mayor. En 2022-23 se alcanzó un nuevo récord con 771 327 permisos expedidos.

Gran parte de la juventud está enfadada por no haber podido satisfacer sus necesidades de empleo dentro de Nepal, y haberse visto obligado a emigrar y, a menudo, a aceptar trabajos horribles. En febrero de 2025 se produjo un terrible incidente en Yeongam (Corea del Sur), cuando una persona migrante de 28 años, Tulsi Pun Magar, probablemente se suicidó porque el empleadores de la granja porcina en la que trabajaba no dejaba de revisar a la baja su salario. Tulsi procedía de la comunidad gurkha de Pokhara. Tras su suicidio, se supone que 85 nepalíes han fallecido en Corea del Sur en los últimos cinco años, la mitad de ellos por suicidio. Noticias como estas aumentan la frustración y la ira hacia el gobierno. Muchas personas compartieron en internet la opinión de que el gobierno se preocupaba más por los inversores extranjeros directos que por las personas migrantes propias, cuya inversión en Nepal a través de las remesas es mucho mayor que cualquier capital extranjero.

5. Las influencias externas de Estados Unidos y la India

El Gobierno de centro-derecha de KP Oli había mantenido una estrecha relación con Estados Unidos. Nepal se había unido a la Millennium Challenge Corporation (MCC) del Gobierno de Estados Unidos en febrero de 2017, una decisión tomada por un Gobierno de izquierda que fue muy controvertida para gran parte de la izquierda. Debido a la presión desde abajo, el gobierno de Nepal se mantuvo al margen de la MCC, pero el gobierno de centro-derecha de Oli recibió a John Wingle (vicepresidente adjunto de la MCC) en Katmandú en agosto de 2025 para mantener conversaciones sobre la reanudación de la ayuda de Estados Unidos y discutir la continuación de los proyectos de infraestructura. Mientras tanto, el gobierno de extrema derecha de Narendra Modi de India trató de promover el papel del partido nacionalista hindú de extrema derecha en Nepal, que hasta ahora había estado al margen. Si hubo alguna actividad externa en las protestas de 2025, es más probable que India, y no Estados Unidos, tuviera algo que ver en los acontecimientos. Sin embargo, incluso en este caso, es posible que la extrema derecha nepalí se limite a aprovechar el colapso del gobierno de Oli y el enorme sentimiento anticorrupción.

Es importante reconocer que ninguna vivienda u oficina del RPP (Ndt: Partido pro-monarquía) fue atacada, mientras que en marzo los cuadros del RPP atacaron una oficina comunista, lo que prefiguraba lo que ocurre ahora en septiembre.

El ejército parece haber restablecido cierta calma en Nepal. Pero se trata de una calma que es sinónimo de desorden y peligro. Queda por ver qué sucederá a continuación. Llevará tiempo que se calme la situación. ¿Invitará el ejército a alguna de las celebridades de internet a asumir el poder, por ejemplo, el alcalde de Katmandú, Balendra Shah? Los manifestantes han sugerido a Sushila Karki, una muy respetada expresidenta del Tribunal Supremo de Nepal (2016-2017), que ha desarrollado su carrera manteniéndose al margen de los partidos políticos. Se trata de opciones provisionales. No tendrán el mandato de realizar cambios significativos. Fingirán estar por encima de la política, pero eso solo hará que la población se desilusione de la democracia y sumirá al país en una crisis a largo plazo. Un nuevo primer ministro no resolverá los problemas de Nepal.

Vijay Prashad es director del Tricontinental: Instituto de Investigación Social, donde Atul Chandra es coordinador adjunto de su programa para Asia.

Fuente: https://peoplesdispatch.org/2025/09/11/cinco-tesis-sobre-la-situacion-en-nepal/

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