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El pequeño Trump que escaló con mentiras y padrinazgos, ¿Cuál es papel que juega Marco Rubio en la agenda imperial de Trump?
¿Cómo logró Marco Rubio ascender en la política estadounidense con una mentira? ¿Quiénes son los padrinos que han financiado su carrera? ¿Qué impacto tendrá su nombramiento como Secretario de Estado en la política exterior de EE.UU.?
POR VICTORIA MARTÍNEZ, DESDE MÉXICO. PARA CANARIAS SEMANAL
El ascenso de Marco Rubio dentro de la política ha estado marcado por mentiras, alianzas con el poder ultraconservador y una obediencia ciega a las élites republicanas. Esa ha sido la clave de su ascenso.
Desde sus primeros pasos en Florida hasta su actual cargo como Secretario de Estado bajo el gobierno de Trump, Rubio ha demostrado ser un operador político dispuesto a todo para avanzar su carrera, incluso traicionando los intereses de la comunidad latina a la que dice representar.
En un reciente artículo, el periodista latinoamericano Hernando Calvo Ospina ha desglosado la trayectoria de este político, exponiendo sus vínculos con el clan Bush, la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) y el lobby de las armas, así como su papel en la consolidación de la agenda ultraderechista de Trump.
La gran mentira del «hijo de exiliados»
Desde el inicio de su carrera política, Rubio construyó su imagen sobre una falsedad: la supuesta huida de su familia de la Cuba revolucionaria. Sin embargo, en 2011, una investigación del Washington Post reveló que sus padres habían emigrado a EE.UU. en 1956, tres años antes del triunfo de Fidel Castro, durante la dictadura de Fulgencio Batista.
A pesar de haber sido desenmascarado, Rubio siguió explotando su relato de «hijo de exiliados», un discurso esencial para cualquier aspirante a político en Florida que busque el apoyo del electorado cubanoamericano.
Los padrinos de Marco Rubio: la FNCA, los Bush y la NRA
Rubio no habría llegado tan lejos sin el respaldo de tres poderosos sectores de la política estadounidense:
- La Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA):
Creada en 1983 bajo la dirección de Ronald Reagan, la FNCA fue un instrumento de la política exterior de EE.UU. contra Cuba y Nicaragua. Sus miembros estuvieron implicados en actos terroristas, incluyendo los atentados con bombas en La Habana en 1997, donde murió el turista italiano Fabio Di Celmo. Rubio ha mantenido lazos estrechos con esta organización, alineándose con su agenda de agresión contra la Revolución Cubana. - El clan Bush:
El expresidente George W. Bush y, en particular, su hermano Jeb Bush, exgobernador de Florida, fueron mentores clave para Rubio. Gracias a su apoyo, escaló en la política local y luego nacional, hasta llegar al Senado en 2010. - La Asociación Nacional del Rifle (NRA):
Rubio ha sido uno de los principales defensores del libre acceso a las armas en EE.UU., recibiendo más de 3,3 millones de dólares en donaciones de la NRA. En un país donde hay más armas que habitantes y donde en 2024 se registraron 15.717 muertes por arma de fuego y 479 tiroteos masivos, Rubio sigue defendiendo el negocio armamentístico, priorizando los intereses de la industria sobre la seguridad de la población.
De rival de Trump a su más fiel servidor
En las primarias republicanas de 2016, Rubio intentó posicionarse como una alternativa a Donald Trump, atacándolo en debates y llegando a insinuar que tenía «manos pequeñas», lo que desató una grotesca disputa entre ambos. Sin embargo, cuando Trump lo derrotó, Rubio abandonó toda resistencia y se convirtió en su más leal aliado.
En noviembre de 2024, tras la reelección de Trump, Rubio fue designado Secretario de Estado, convirtiéndose en el latino que ha ocupado el cargo más alto en la historia del gobierno estadounidense. Desde entonces, ha seguido al pie de la letra las órdenes de su jefe, copiando incluso su retórica.
“Bajo el liderazgo del presidente Trump lograremos la paz a través de la fuerza y siempre pondremos los intereses de EE.UU. por encima de todo lo demás”, declaró Rubio tras asumir el cargo, repitiendo casi palabra por palabra el discurso de su líder.
Un halcón de la guerra al servicio del imperio
Rubio ha demostrado ser uno de los arquitectos más agresivos de la política exterior de EE.UU., especialmente en América Latina. Desde su posición en el Comité de Inteligencia del Senado, ha impulsado estrategias de presión contra Cuba, Venezuela y Nicaragua, promoviendo sanciones y medidas de desestabilización.
Trump lo eligió precisamente por su inclinación hacia la confrontación y la agresividad en política exterior. En su segundo mandato, la combinación Trump-Rubio promete una escalada de tensiones con China, América Latina y el Medio Oriente, consolidando un gobierno donde la diplomacia cede ante la imposición y la fuerza bruta.
Como señalaba Calvo Ospina en su artículo, Marco Rubio no es más que un ejecutor de la agenda imperialista estadounidense, un político ambicioso, sin escrúpulos y dispuesto a traicionar hasta a su propia madre en nombre del poder.