1 El primero en hacer uso de la palabra es el camarada Lenin, quien indica que en la reunión del 8 (21) de enero se manifestaron tres puntos de vista sobre este problema. Pregunta si se debe discutir punto por punto las tesis que ha expuesto o abrir discusión general. Se acepta lo último y se concede la palabra al camarada Lenin. Empieza exponiendo los tres puntos de vista manifestados en la reunión anterior:
1) paz separada y anexionista,
2) guerra revolucionaria y
3) declarar el cese de la guerra, desmovilizar el ejército, pero no firmar la paz. En la reunión anterior, el primer punto de vista obtuvo 15 votos; el segundo, 32, y el tercero, 16.
El camarada Lenin señala que los bolcheviques jamás han renunciado a la defensa, pero esta defensa de la patria debería tener la situación determinada y concreta que existe en la actualidad, a saber: la defensa de la República Socialista frente al imperialismo internacional, excepcionalmente fuerte. La cuestión consiste sólo en cómo debemos defender la patria: la República Socialista.
El ejército está excesivamente cansado por la guerra; la tracción animal es tal que no podremos retirar la artillería en caso de ofensiva; la situación de los alemanes en las islas del Báltico es tan buena que, si pasan a la ofensiva, podrán tomar Reval y Petrogrado con las manos vacías. Si proseguimos la guerra en tales condiciones, reforzaremos en grado extraordinario al imperialismo alemán, habrá que concertar la paz de todas maneras, pero será una paz peor, pues no seremos nosotros quienes la concertemos. Indudablemente, la paz que nos vemos obligados a firmar ahora es una paz indecente; pero, si empieza la guerra, nuestro gobierno será barrido y firmará la paz otro gobierno. Ahora nos apoyamos no sólo en el proletariado, sino en los campesinos pobres, los cuales se apartarán de nosotros si continúa la guerra. La prolongación de la guerra corresponde a los intereses del imperialismo francés, inglés y norteamericano, como lo prueba, por ejemplo, la propuesta hecha en el Cuartel General de Krylenko acerca de los cien rublos que han ofrecido los norteamericanos por cada soldado ruso.
Quienes mantienen el punto de vista de la guerra revolucionaria señalan que, de esta forma, estaremos en guerra civil contra el imperialismo alemán y que, con ello, despertaremos la revolución en Alemania. Pero Alemania sólo está preñada de revolución, mientras que en nuestro país ha nacido ya un niño completamente sano —la República Socialista—, que podernos matar si empezamos la guerra. Tenemos en nuestro poder una circular de los socialdemócratas alemanes y disponemos de informaciones sobre la actitud adoptada ante nosotros por dos corrientes centristas, una de las cuales considera que estamos sobornados y que en Brest-Litovsk se representa actualmente una farsa en la que los papeles han sido repartidos de antemano. Esta parte nos ataca con motivo del armisticio. La otra parte de los kautskianos declara que está fuera de toda duda la honradez personal de los jefes bolcheviques, pero que la conducta de los bolcheviques es un enigma sicológico87.
Desconocemos la opinión de los socialdemócratas de izquierda. Los obreros ingleses apoyan nuestros anhelos de paz. La paz que vamos a concluir será, claro está, una paz indecente, pero necesitamos una dilación para llevar a la práctica reformas sociales (tomemos, aunque sólo sea, el transporte); necesitamos afianzarnos, y para ello hace falta tiempo. Tenemos que acabar de estrangular a la burguesía, mas para ello es menester que tengamos libres las dos manos. Después de hacer eso, tendremos libres las dos manos y entonces podremos hacer la guerra revolucionaria al imperialismo internacional. Los destacamentos del ejército revolucionario, voluntario, creados en la actualidad son los oficiales de nuestro futuro ejército. Lo que propone el camarada Trotski —cesar la guerra, negarse a firmar la paz y desmovilizar el ejército— es una manifestación política internacional. Con la retirada de nuestras tropas conseguiremos únicamente entregar a los alemanes la República Socialista de Estlandia.
Se dice que si firmamos la paz dejaremos las manos libres a los japoneses y los norteamericanos, los cuales se apoderarán en el acto de Vladivostok. Pero mientras llegan únicamente a Irkutsk, tendremos tiempo de fortalecer nuestra República Socialista. Al firmar la paz, traicionaremos, sin duda, a Polonia, que se ha autodeterminado, pero conservaremos la República Socialista de Estlandia y tendremos la posibilidad de afianzar nuestras conquistas. Está claro que damos un viraje a la derecha, a través de un establo sucio en extremo, pero debemos darlo. Si los alemanes empiezan la ofensiva, nos veremos obligados a firmar cualquier paz, y entonces, como es natural, será una paz peor. Una contribución de tres mil millones no es un precio demasiado elevado por salvar a la República Socialista.
Al firmar la paz ahora, mostraremos patentemente a las grandes masas que los imperialistas (de Alemania, Inglaterra y Francia) siguen peleándose después de tomar Riga y Bagdad, en tanto que nosotros nos desarrollamos, se desarrolla la República Socialista. 2 El camarada Lenin señala que no está de acuerdo en algunas cosas con sus correligionarios Stalin y Zinóviev88. De una parte, está claro que en Occidente existe movimiento de masas, pero la revolución no ha empezado todavía. Empero, si cambiáramos por ello nuestra táctica, seríamos unos traidores al socialismo internacional. No está de acuerdo con Zinóviev en que la firma de la paz debilite temporalmente el movimiento en Occidente. Si creemos que el movimiento alemán puede desarrollarse inmediatamente en caso de que se interrumpan las negociaciones de paz, deberemos sacrificarnos, pues la revolución alemana será, por su fuerza, muy superior a la nuestra. Pero el quid está en que allí no ha empezado todavía el movimiento, en tanto que nuestro país tiene ya un hijo recién nacido y chillón, y si no decimos claramente en este momento que estamos de acuerdo con la paz, pereceremos. Lo importante para nosotros es mantenernos hasta que surja la revolución socialista general, y esto sólo podremos conseguirlo firmando la paz. 3 El camarada Lenin propone que se ponga a votación que demoraremos por todos los medios la firma de la paz. T. 35, págs. 255-258.
TELEGRAMA AL CUARTEL GENERAL DEL COMANDANTE EN JEFE* [29 de enero (11 de febrero) de 1918.]
Anule por todos los medios a su alcance el telegrama de hoy sobre la paz y la desmovilización general del ejército en todos los frentes. Orden de Lenin89 . T. 50, pág. 364. TELEGRAMA AL CUARTEL GENERAL DEL COMANDANTE EN JEFE** [30 de enero (12 de febrero) de 1918.] Comunique a todos los comisarios del ejército y a Bonch-Bruévich que retengan todos los telegramas firmados por Trotski y Krylenko sobre la desmovilización del ejército. No podemos facilitarles las condiciones de paz, pues, de hecho, la paz no ha sido firmada todavía. Ruego retener hasta autorización especial todos los telegramas que informen de la paz. T. 50, pág. 364. * Transmitido por hilo directo por el secretario de Lenin. (N. de la Edit.) ** Transmitido por hilo directo. El texto del telegrama que publicamos está tomado del telegrama del Estado Mayor Naval al Comité Central de la Flota del Báltico. (JV. de la Edit.)
Fuente: Obras de V. I. Lenin