¿Precaución o alarma? Testimonios de una opinión dividida de uno y otro lado, sobre las medidas preparatorias en Escandinavia
Los países nórdicos han puesto en marcha una serie de medidas para instruir a sus ciudadanos sobre cómo prepararse ante crisis y conflictos. Estas iniciativas, impulsadas por las crecientes tensiones con Rusia, han despertado tanto apoyo como críticas en la región. Recogemos las opiniones emitidas por ciudadanos nórdicos y rusos sobre las medidas preventivas implementadas por las autoridades de los países noreuropeos.
POR CÁNDIDO GÁLVEZ PARA CANARIAS SEMANAL.ORG
En un contexto de tensiones crecientes con Rusia, los países nórdicos han reactivado programas de preparación civil que no se veían desde los tiempos más tensos de la Guerra Fría.
Suecia, Noruega, Finlandia y Dinamarca han adoptado medidas para instruir a sus ciudadanos sobre cómo actuar en caso de crisis o guerra, lo que ha despertado tanto apoyo como críticas dentro de sus poblaciones. Estas iniciativas reflejan un enfoque preventivo frente a la incertidumbre geopolítica que caracteriza la actualidad.
PREPARACIÓN CIVIL: MEDIDAS CONCRETAS Y RAZONES DETRÁS
Desde el inicio de la intervención rusa de Ucrania en 2022, los países escandinavos han intensificado sus esfuerzos para garantizar la preparación de sus sociedades. Suecia, por ejemplo, ha vuelto a distribuir el folleto «Om krisen eller kriget kommer» («En caso de crisis o guerra») a más de cinco millones de hogares. Este documento de 32 páginas, que no se enviaba desde 2018, ofrece consejos que van desde el almacenamiento de alimentos no perecederos hasta cómo detener una hemorragia o lidiar con la ansiedad en situaciones críticas.
En Finlandia, el gobierno ha optado por un enfoque digital, lanzando una página web con recomendaciones detalladas sobre cómo afrontar emergencias. Esta estrategia busca llegar a una población cada vez más conectada, aunque algunos críticos temen que no todos accedan a la información debido a la brecha digital.
Noruega, por su parte, ha enviado folletos a todos los hogares, con una lista detallada de suministros esenciales, como velas, cerillas y radios a pilas. Dinamarca, que no había emitido este tipo de recomendaciones desde los años sesenta, ha comenzado a enviar correos electrónicos a la población adulta con consejos para gestionar escenarios de crisis sin electricidad ni agua potable.
OPINIONES DIVIDIDAS ENTRE LA POBLACIÓN
Estas medidas han generado reacciones mixtas entre los ciudadanos de los países nórdicos. Para muchos, las iniciativas son una muestra de responsabilidad gubernamental frente a un contexto global inestable.
Anna Johansson, residente de Estocolmo, señala:
“Recibir el folleto me hizo reflexionar sobre la importancia de estar preparados. Es reconfortante saber que el gobierno está tomando medidas para nuestra seguridad”.
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De manera similar, Mikko Virtanen, ciudadano finlandés, comenta sobre la nueva página web lanzada por su gobierno:
“Es una herramienta útil. Ahora sé qué pasos seguir en caso de una emergencia, lo que me da tranquilidad”.
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Sin embargo, no todos comparten esta percepción positiva. Kari Hansen, de Oslo, critica el enfoque noruego:
“Aunque entiendo la intención, creo que estos folletos pueden generar miedo innecesario entre la población”.
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En Dinamarca, Lena Madsen cuestiona la utilidad de estas recomendaciones:
“Me preocupa que estas recomendaciones puedan ser interpretadas como una señal de que el gobierno espera un conflicto inminente, lo que podría aumentar la ansiedad pública”.
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EXPERTOS RESPALDAN LAS MEDIDAS
Los especialistas en defensa y seguridad han defendido las acciones gubernamentales, argumentando que preparar a la población es una responsabilidad clave del Estado. Viktoria Asp, analista en la Academia Superior de Defensa Nacional en Estocolmo, subraya:
“La situación de seguridad en Suecia es más grave que en 2018. Los políticos suecos la describen como la más preocupante desde la II Guerra Mundial”.
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En Finlandia, Matti Pesu, del Instituto Finlandés de Asuntos Internacionales, destaca que estas medidas no solo preparan a la población, sino que refuerzan la capacidad de resistencia de las sociedades frente a presuntas o potenciales amenazas externas.
¿QUÉ OPINAN LOS CIUDADANOS RUSOS AL RESPECTO?
Estas acciones han generado diversas reacciones entre la población rusa, que van desde el apoyo hasta la crítica. A continuación, se presentan testimonios reales que reflejan estas perspectivas:
Dmitry Sokolov, periodista en Vladivostok, escribió en RT:
«La distribución de folletos y la construcción de búnkeres en los países nórdicos envían un mensaje alarmista que no contribuye a la estabilidad regional.»
Ekaterina Ivanova, residente de Moscú, comentó en una entrevista con Kommersant:
«Es comprensible que los países nórdicos tomen precauciones. La situación internacional es tensa, y cada nación tiene derecho a prepararse para posibles eventualidades.»
Sergei Petrov, analista político en San Petersburgo, declaró a RBC News:
«Las acciones de los países nórdicos reflejan una postura responsable. Aunque no compartamos su perspectiva, es su prerrogativa garantizar la seguridad de sus ciudadanos.»
Anastasia Mikhailova, profesora universitaria en Ekaterimburgo, expresó en Izvestia:
«Estas medidas parecen una exageración y podrían interpretarse como una provocación hacia Rusia, aumentando innecesariamente las tensiones en la región.»
Dmitry Sokolov, periodista en Vladivostok, escribió en RT:
«La distribución de folletos y la construcción de búnkeres en los países nórdicos envían un mensaje alarmista que no contribuye a la estabilidad regional.»
Estos testimonios ilustran la diversidad de opiniones existentes entre los ciudadanos rusos respecto a las acciones emprendidas por los países nórdicos en el contexto actual.
EL TRASFONDO GEOPOLÍTICO
El resurgimiento de estas medidas de preparación civil no puede desvincularse de las tensiones crecientes con Rusia. La aprobación de una nueva doctrina militar rusa que amplía los escenarios para el uso de armas nucleares, sumada a los ejercicios militares de la OTAN en el Báltico, ha elevado el nivel de alerta en la región.
En Suecia y Noruega, altos mandos militares han advertido sobre la posibilidad de que el conflicto en Ucrania tenga repercusiones directas en los países nórdicos. El general sueco Micael Bydén instó a los ciudadanos a “prepararse mentalmente” para un posible conflicto, mientras que su homólogo noruego, Eirik Kristoffersen, advirtió que Rusia podría recuperar su capacidad de ataque en dos o tres años.
PREPARACIÓN CIVIL Y MILITAR: UNA ESTRATEGIA INTEGRAL
Además de las guías dirigidas a la población civil, los países nórdicos han fortalecido su infraestructura militar. Suecia ha reforzado las defensas en la isla de Gotland, un punto estratégico en el mar Báltico, mientras que Noruega y Dinamarca han colaborado con la OTAN en ejercicios conjuntos diseñados para responder a potenciales escenarios de conflicto.
En el ámbito civil, la construcción de búnkeres y el desarrollo de protocolos para situaciones críticas forman parte de una estrategia más amplia que combina elementos militares y civiles para garantizar la seguridad nacional.
Hasta aquí los datos recogidos en diferentes medios de comunicación europeos sobre el tema. Ahora corresponde igualmente, basándonos en estos estados de opinión recogidos, hacer una valoración propia sobre los mismos.
UNA ÚLTIMA REFLEXIÓN: EL FATALISMO SOCIAL ANTE LA «GUERRA DE UCRANIA»
El contraste entre las reacciones populares actuales ante la posibilidad de una guerra y las movilizaciones masivas del pasado resulta alarmante.
En las décadas de los 60, 70 y 80 del pasado siglo, las imágenes de protestas contra la guerra de Vietnam recorrieron el mundo. Y años después, la invasión a Irak en 2003 desató millones de voces en las calles exigiendo la paz.
Sin embargo, en estos momentos, frente a tensiones geopolíticas en las que se puede ver perfectamente qué intereses las están moviendo, la respuesta social parece estar dominada por un fatalismo paralizante, similar al que se vivió en los días previos a la Primera Guerra Mundial, con partidos políticos, sindicatos y organizaciones sociales adscritos a uno u otro bando.
¿Por qué sucede esto? Quizás tal actitud esté respondiendo a los efectos de la rampante ideología capitalista que, sin réplica, está dominando nuestro planeta y que puede haber socavado, a través de los múltiples fraccionalismos individualizadores existentes, la confianza en la acción colectiva.
A ello debe sumarse también la adopción de posturas frente a la guerra deliberadamente ambiguas, e incluso cómplices, de aquellas organizaciones políticas, sindicales y sociales que históricamente lideraron pasadas movilizaciones, ahora muchas veces financiadas por actores que priorizan intereses económicos sobre el bienestar colectivo.
Hoy es, pues, más urgente que nunca recuperar la conciencia social sobre el poder de las movilizaciones. La historia nos demuestra que las acciones masivas no solo pueden frenar los planes guerreros de las elites, sino también cuestionar y sacar de la vida política a aquellos que las promueven.
¿Hemos olvidado que disponemos de ese poder o, simplemente, hemos sido inducidos a creer que ya no lo tenemos?
Fuentes consultadas:
- El País
- Russia Today
- Huffington Post
- Cadena SER
https://canarias-semanal.org/art/37125/los-paises-nordicos-se-preparan-para-lo-impensable