
POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL
El pasado fin de semana, y separados por las exigencias que impone el coronavirus, destacados líderes socialdemócratas de todo el mundo se conectaron a través de vías telemáticas con la finalidad de discutir el momento político presente, así como con el propósito de concertar posibles estrategias unitarias que ayuden a aliviar los efectos negativos del trágico paso Covid-19 por nuestro planeta.
El llamado «Grupo de Puebla» concertó las voluntades de diferentes líderes de América Latina y de España, que llamaron a la constitución de lo que se ha dado en llamar la «Primera Internacional Progresista», en cuyo marco se pretenden acordar estrategias y políticas para un mundo – dicen – «que afrontará cambios sustanciales después de la pandemia».
GALERÍA DE PERSONALIDADES
En el internáutico Encuentro participaron significados protagonistas
de experiencias políticas socialdemócratas que en el curso de las últimas décadas tuvieron como laboratorio a diversos países de América Latina y a la misma España.
La gran mayoría de los concertados estuvo constituida por políticos latinoamericanos y un español, que contaban con una larga experiencia en política institucional y que fueron desplazados por la derecha clásica en procesos electorales, o por simples putsch político-militares.
Entre estas figuras se encontraban los ex presidentes José Luis Rodríguez Zapatero, por España; Luiz Inacio Lula da Silva y Dilma Rousseff, por Brasil; Fernando Lugo, por Paraguay; el presidente Alberto Fernández, por la Argentina; el ex presidente José Mujica, por Uruguay; el ex primer mandatario Evo Morales, por Bolivia; el ex presidente Ernesto Samper, de Colombia, así como otras personalidades políticas continentales. Todos ellos fueron arropados por la presencia del economista keynesiano Premio Nobel de Economía, el estadounidense Joseph Stiglitz que, sin duda, marcó el perfil ideológico de este cónclave informático.
Como suele suceder en eventos de este carácter, el frontis del Encuentro estuvo también avalado por personalidades internacionales de conocido renombre, que cubrieron la llamativa ausencia de movimientos sociales. Tal fue el caso del conocido economista y malogrado ex miembro del gobierno de Syriza, Yanis Varoufakis. O de la escritora canadiense Naomi Klein. O del lingüista y filósofo estadounidense Noam Chomsky. O del ex presidente ecuatoriano Rafael Correa, que en conjunto, según las agencias de prensa, constituyeron el cartel de presentación de la «I Internacional Progresista».
UN PROGRAMA EN SINTONÍA CON LA TRAYECTORIA HISTÓRICA DE LOS PRESENTES
Paradójicamente, en la propuesta inicial de esta peculiar Internacional se realizó un llamamiento a la suma de estrategias orientadas a contrarrestar la ofensiva conservadora en América latina y en España, omitiéndose en ella una valoración autocrítica de las políticas económicas de derechas que caracterizaron las trayectorias gubernamentales de la mayoría de los ex mandatarios internáuticamente reunidos.
En el curso del Encuentro de la «I Internacional Progresista» apenas se enunció ningún tipo de proyectos de transformaciones sociales y económicas de los que tan necesitada están América Latina, España y el mundo .
En su tímida formulación final, los progresistas reunidos apenas alcanzaron a decir que:
«El Covid-19 ha hecho evidente la necesidad de estructurar verdaderas políticas públicas de reconocimiento del derecho al mínimo vital mediante programas que tuvieron éxito en el pasado reciente de gobiernos progresistas y otros nuevos como la garantía de una renta básica inicialmente extraordinaria, para garantizar con dignidad las condiciones del confinamiento que se han decretado en casi todos los países latinoamericanos»
Finalmente, la «I internacional Progresista» reiteró la necesidad de:
«entender a la salud como un bien público global, porque en caso contrario, tal y como se ha hecho hasta ahora, son los grupos más vulnerables los que terminan pagando los costos de la crisis».
La nada casual ambigüedad programática de la «I Internacional Progresista» no hizo más que corroborar la trayectoria política meramente asistencialista ejecutada por quienes, durante una década, tuvieron en sus manos la oportunidad de cambiar el destino de aquellas sociedades que en la letra escrita de sus programas electorales se habían comprometido a transformar.
http://canarias-semanal.org/art/27645/la-internacional-progresista-un-nuevo-proyecto-transformador