LA FACETA DE MARTIN LUTHER KING QUE EL ESTABLISHMENT NUNCA QUISO QUE CONOCIERAS

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«King comprendió que la discriminación racial no podía separarse de la explotación económica»

Este miércoles, 15 de enero, se cumplían 96 años del nacimiento de Martin Luther King Jr., una figura icónica cuya lucha fue mucho más allá de la integración racial. Su crítica al capitalismo, al militarismo y su enfrentamiento con el FBI lo convirtieron en un revolucionario incómodo para el poder (…).

Por ERNESTO GUTIÉRREZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-

  El pasado miércolers, 15 de enero, se conmemoraba el 96º aniversario del nacimiento de Martin Luther King Jr., una de las figuras más icónicas en la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos.

   Aunque su nombre está ligado al discurso «I Have a Dream» y a la defensa de la no violencia, King fue mucho más que un líder pacifista. Fue un crítico del capitalismodel militarismo y de las desigualdades sistémicas. Aspectos de su pensamiento que han sido convenientemente ocultados por el establishment que lo celebra como un héroe inofensivo. Esta efeméride nos invita a recordar su legado en toda su profundidad, especialmente su faceta más incómoda para las élites de su tiempo y de la actualidad.

 

Más allá del sueño: la crítica al capitalismo y la lucha por la justicia económica

   Cuando se menciona a Martin Luther King Jr., la imagen más recurrente es la de un defensor de la integración racial, alguien cuyo «sueño» de igualdad parecía limitarse al fin de la segregación en los espacios públicos y el acceso igualitario a los derechos civiles. Sin embargo, esta visión reducida de su vida y su obra desvirtúa su compromiso más amplio con la justicia social.

   King comprendió que la discriminación racial no podía separarse de la explotación económica. En sus discursos, describía el capitalismo como un sistema que priorizaba las ganancias sobre las personas, perpetuando un ciclo de pobreza que afectaba desproporcionadamente a las comunidades negras. Durante sus últimos años, King encabezó la Campaña de los Pobres, un movimiento destinado a unir a los trabajadores pobres, negros y blancos, en una lucha común contra la desigualdad.

   En uno de sus discursos más contundentes, señaló: «Debemos reconocer que hemos tenido un capitalismo sin restricciones, que ha llevado a vastas disparidades en riqueza. No puede haber justicia racial sin justicia económica.» Este compromiso lo convirtió en un enemigo para los sectores políticos y empresariales que temían que su mensaje radical desafiara el statu quo.

 

La oposición al militarismo y la guerra de Vietnam

   Un aspecto menos recordado del pensamiento de King fue su rechazo a la guerra y al militarismo. En 1967, un año antes de su asesinato, pronunció su famoso discurso «Más allá de Vietnam», donde condenó abiertamente la intervención estadounidense en este país. King describió la guerra como un ejemplo de cómo el capitalismo y el imperialismo utilizaban la maquinaria militar para subyugar a pueblos pobres mientras ignoraban las necesidades de los desfavorecidos dentro de Estados Unidos.

  Declaró que el gobierno gastaba «cientos de millones de dólares para matar a los pobres en el extranjero, mientras se niega a invertir en los pobres aquí». Esta postura le valió críticas no solo de las élites políticas, sino también de algunos aliados dentro del movimiento por los derechos civiles, que consideraban que abordar la guerra podía desviar el enfoque de la lucha racial.  A pesar de estas críticas, King mantuvo su posición.

 

El acoso del FBI y la figura de J. Edgar Hoover

   Otro aspecto fundamental para comprender el impacto  de King es el constante acoso que sufrió por parte del gobierno de Estados Unidos, especialmente del FBI bajo la dirección de J. Edgar Hoover. El FBI consideraba a King un «radical peligroso» y lo incluyó como objetivo prioritario en su programa de contrainteligencia conocido como COINTELPRO.

  Este programa tenía como objetivo desestabilizar a grupos y líderes que fueran percibidos como «subversivos». En el caso de King, esto incluyó la vigilancia constante de sus actividades, la grabación de conversaciones privadas e intentos de desacreditarlo públicamente. En 1964, el FBI llegó incluso a enviarle una carta anónima sugiriendo que debía suicidarse para evitar la exposición de supuestos escándalos personales.

  A través de estos métodos, el gobierno buscaba no solo desacreditar a King, sino también dividir al movimiento por los derechos civiles. Aunque no hay pruebas concluyentes que vinculen al FBI con su asesinato, la hostilidad del gobierno hacia él revela cómo su mensaje de justicia y equidad era percibido como una amenaza directa para el orden establecido.

 

El asesinato: silenciar una voz incómoda

  El 4 de abril de 1968, Martin Luther King Jr. fue asesinado en el balcón del Motel Lorraine en Memphis, Tennessee. Su muerte conmocionó al mundo, pero las circunstancias que rodearon el asesinato han sido objeto de debate durante décadas. James Earl Ray fue declarado culpable del crimen, pero numerosas investigaciones han planteado dudas sobre si realmente actuó solo.

  El propio FBI dirigió la investigación oficial sobre su muerte, lo que alimentó el escepticismo sobre su papel. Además, el hecho de que King estuviera en Memphis apoyando una huelga de trabajadores sanitarios afroamericanos al momento de su asesinato refuerza la idea de que su mensaje ya no se limitaba a la igualdad racial, sino que desafiaba directamente las estructuras económicas y políticas del país.

 

Un legado vivo, pero distorsionado

   El Martin Luther King Jr. que celebran las instituciones hoy en día es una versión edulcorada, despojada de sus críticas más radicales. Se le presenta como un pacifista heroico y soñador, pero se omite su denuncia del capitalismo, su oposición al militarismo y su compromiso con los trabajadores. Esta distorsión no es accidental; responde a la necesidad de neutralizar su mensaje, convirtiéndolo en un ícono inofensivo que no desafíe los intereses del poder.

  Sin embargo, como señaló el historiador Howard Zinn en su obra La otra historia de los Estados Unidos, entender a King en toda su complejidad es esencial para rescatar su verdadero legado. King no solo luchó por el fin de la segregación racial; luchó por un mundo donde las personas estuvieran por encima de las ganancias, donde el poder no estuviera concentrado en manos de unos pocos y donde la paz no se lograra a costa de la explotación de los más vulnerables.

 

   Su legado sigue vigente, no solo como un símbolo de resistencia, sino como un recordatorio de que el verdadero cambio social solo puede lograrse enfrentando las estructuras de poder que perpetúan la opresión. Recordar al King incómodo, al King radical, es un acto de resistencia en sí mismo frente a quienes intentan neutralizar su mensaje para hacerlo compatible con el sistema que él tanto criticó.

 

Fuentes utilizadas:

  1. Howard Zinn, «A People’s History of the United States»
  2. Artículos sobre COINTELPRO y el FBI
  3. Discursos de Martin Luther King Jr. («Beyond Vietnam»)
  4. Información biográfica y de contexto histórico sobre King.

https://canarias-semanal.org/art/37032/la-faceta-de-martin-luther-king-que-el-establishment-nunca-quiso-que-conocieras

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