La escalada bélica provocada repetidamente por el Estado sionista de Israel, bien podría cambiar de una vez por todas, el curso de la decadencia del imperialismo yanqui y su declive global, acelerando la constitución de un mundo multipolar de manera abrupta. La elevación de la guerra de exterminio que lleva a cabo Israel contra Palestina, hacia un conflicto regional reconocido, parece inevitable. Mientras tanto, la sociedad sionista se encuentra enardecida por el fracaso de la expansión de su brutal proyecto de ocupación que lleva a cabo por más de 76 años en Oriente Medio. Tal parece que por el momento, Irán resulta ser el factor que contiene la guerra total en Medio Oriente.
La política demencial y genocida que representa el sionismo, no solo por su alfil Netanyahu, retrata una sociedad supremacista, encaminada a desatar el genocidio total sobre el pueblo palestino y los pueblos árabes. En su momento, este mismo expansionismo lo planteó el nazismo. El “Lebensraum” germánico como concepto y práctica imperialista, se asemeja de manera brutal al “Gran Israel” ideado por el supremacismo blanco-europeo sionista. Adicionalmente, se enmarca en la antigua práctica imperialista británica de establecer colonias blanqueadas para expandirlas por medio de la extrema violencia, como en su momento India, Sudáfrica, Rodesia, Argentina y los propios EE.UU. Consiste en diezmar a la población indígena de sus colonias, empujándolas a reservas o bien también campos de concentración a cielo abierto, como los Townships en Sudáfrica o los nuevos guetos de Gaza y Cisjordania.
A días de que se dictaron órdenes de prisión contra Netanyahu y el ex Ministro de Defensa Yoav Gallant -el 21 de noviembre de 2024- por crímenes en contra de la humanidad y crímenes de guerra, se denota una escalada belicista del sionismo. La estrategia de responder al fracaso en la guerra con más guerra, no solo alimenta la vorágine industrial capitalista, sino que acelera y eleva el proceso de pugna interimperialista. En el marco un declive paulatino del imperialismo occidental, resulta innegable que las bestias caen con furia. Trump por su parte amenaza a la Resistencia palestina, de “desatar el infierno en Medio Oriente” de no ser liberados los rehenes hasta el 20 de enero de 2025.
El pasado 27 de noviembre se anunció un cese al fuego de 60 días entre Hezbollah y las Fuerzas de Ocupación Israelíes IOFs. A menos de 12 horas de firmado el acuerdo, el Ejército de Israel inició una serie de ataques violatorios a la tregua, que hasta el momento suman al menos 74. El Estado impune de Israel confirmó haber atacado con aviones de caza un depósito de cohetes de media distancia perteneciente a Hezbollah, así como mantiene tanques y vehículos de asalto frente a 6 ciudades en la línea fronteriza con el Líbano, que se extiende por 2km. Así mismo Israel sostiene tropas y drones de vigilancia, así como el toque de queda al sur del río Litani. Las IOFs publicaron por medio de comunicaciones oficiales, las violaciones al pacto en el sur del Líbano, justificando sus operaciones con “la obervación de actividad sospechosa”. Las agresiones en medio del cese al fuego han dejado al menos 11 heridos y 2 muertes.
Más allá de la cobardía que implica la violación sistemática de un cese al fuego que fue planteado por el mismo sionismo, la lectura respecto a este pacto temporal es compleja. Por un lado, el Secretario General de Hezbollah, Naim Qassem, plantea a este acuerdo temporal, como “una victoria que supera a la victoria del julio 2006”, donde la agresión de Israel al Líbano, que duró 33 días, terminó en la retirada desmoralizada de las IOFs. Este evento se convirtió en la primera derrota militar del ejército de Israel, que hasta ese momento no conocía límites. Este evento histórico significó también una victoria exponencial de las fuerzas árabes, que por un lado lograron destruir las “capacidades disuasivas” de Israel, pero también generaron que las IOFs se concentrara en la ofensiva en la Franja de Gaza, que a mediano plazo potenciaron el desarrollo de la capacidad militar de la Resistencia, en la lucha contra el colonialismo sanguinario del sionismo. Hezbollah y todo el pueblo libanés han logrado vengar el asesinato de Nasrallah el pasado 27 de septiembre.
El Ejército de Israel llegó a un callejón sin salida, y no le queda más que reconocer que ha sido derrotado por el pueblo libanés y su infinita dignidad y solidaridad. En la campaña bélica de Israel contra el Líbano, Israel no logró ni desmantelar a Hezbollah ni desgastar a la Resistencia palestina. Todo lo contrario, han confirmado que su desgaste es extenso e irreparable en términos materiales como morales. Hezbollah destruyó al menos 60 tanque de 3.5 millones de dólares cada uno, 2APC de 3 millones, 6 drones Hermes 450 de 2 millones cada uno, 2 drones Hermes 900 de 10 millones por unidad, 9 Bulldozers militares de 9 millones cada uno, y otros tantos equipos bélicos. Por otro lado, desde el inicio a la agresión contra el Líbano, se multiplicaron las deserciones, los levantamientos en cuarteles militares israelíes, así como fricciones elevadas entre el gobierno de Netanyahu y judíos ortodoxos en Palestina ocupada.
Por otro lado, a tres días del pacto del cese al fuego entre Israel y el Líbano, se desató una repentina reactivación de ISIS en Siria.
El contexto histórico es el siguiente: después de la ola de levantamientos liberales de la Primavera Árabe, orquestados desde el Departamento de Estado yanqui, Siria se enfrentó a una guerra civil encarnizada. La Primavera Árabe fue la oportunidad perfecta para la instrumentalización del Yihadismo, presente en territorio sirio como remanente reaccionario a la experiencia socialista liderada por Bashar al-Ásad. Esta radicalización del Yihadismo instrumentalizado, decantó en la constitución del Estado Islámico ISIS, ejército paramilitar ideado y financiado directamente por Hillary Clinton y el Mossad, como revelaron los cables liberados por Wikileaks en 2016. El Estado Islámico recibió financiamiento y entrenamiento militar por parte de Estado Unidos, Israel, Arabia Saudita, Katar, Kuwait y Turquía. Por su parte, Rusia, Irán y Hezbollah apoyaron militar y políticamente al gobierno sirio.
En este contexto, el pueblo kurdo del norte de Siria declaró en 2012 la autonomía de Rojava, un extenso y rico territorio, que comparte 900km de frontera con Turquía. Bajo el paradigma del Confederalismo Democrático, propuesta política del Partido de los Trabajadores del Kurdistán PKK, el pueblo Kurdo se organizó en los ejércitos populares como las Unidades de Protección del Pueblo YPG y las Unidades de Protección de las Mujeres YPJ, quienes resistieron heroicamente a las arremetidas del Estado Islámico en Kobane, hasta declarar la victoria absoluta sobre el territorio. Más de 20.000 vidas de combatientes de la resistencia kurda se perdieron en la Revolución de Rojava. Se ha demostrado una vez más la superioridad militar y moral de lxs revolucionarixs, sobre los yihadistas y el imperialismo turco y occidental.
Para 2018 el gobierno Sirio de Bashar al-Ásad, con el apoyo militar de Rusia, logró retomar el control de Damasco y Daraa, declarando al poco tiempo el fin de la guerra civil. Es en este contexto que una nueva arremetida del Estado Islámico sorprende a Alepo a dos días del cese al fuego en el Líbano.
Para Israel, derrocar al gobierno de Bashar al-Ásad ha sido una de sus prioridades. Técnicamente Siria e Israel se encuentran en guerra desde el 2013, pero es un conflicto que se sostiene desde 1948. El Golan es una región de Siria bajo ocupación israelí desde 1967, en el contexto de la construcción del proyecto colonial sionista llamado El Gran Israel. En una coyuntura de desgaste de las IOFs, la estrategia de encender un conflicto con el Estado Islámico en un país refugio de las varias comandancias de la Resistencia palestina y otros partidos comunistas y revolucionarios del mundo árabe -radicadas en Damasco- genera gran preocupación. Así mismo, las rutas de suministro para la Resistencia palestina y Hezbollah cruzan Siria, especialmente por los territorios atacados por ISIS.
El Estado genocida de Israel, con el apoyo de Occidente y Turquía ha decidido intentar otra estrategia para someter a la Resistencia palestina, que hasta el momento ha humillado a las IOFs. Así, Israel trata de desatar una guerra de múltiples frentes en la región, que le permitiría más probabilidades de justificar la intervención directa de la OTAN, a lo que Rusia e Irán responderán, escalando los alcances del conflicto. Por su parte, las kurdas y los kurdos de Rojava han hecho un llamado masivo a la movilización militar en defensa del territorio autónomo y el Confederalismo Democrático.
El nuevo orden multipolar que emerge con el fortalecimiento de los BRICS – una alianza que en un principio incluía a Brasil, Rusia, Indica, China y Sudáfrica, pero que actualmente engloba a nueve países, incluyendo a Etiopía, Egipto, Irán, y los Emiratos Árabes Unidos- parece comenzar a sellar el fatídico destino de EE.UU. Ante el anuncio de la creación de una moneda común y la desdolarización comercial del grupo de los BRICS, el flamante nuevo presidente yanqui, Donald Trump, amenaza de manera tibia con la imposición de impuestos del 100% a productos de países miembros del BRICS. Trump ignora que EE.UU. perdió de forma definitiva la contienda comercial con China y sin comerciar con el gigante asiático, además de la economía migrante de la que depende EE.UU., el país implosionaría súbitamente y de forma definitiva.
En medio del masivo movimiento telúrico que se encuentra ocasionando el inicio del fin del sionismo y la escalada armamentista y militar entre Occidente y el bloque multipolar, la OTAN amenaza con la Tercera Guerra Mundial. Inglaterra, Dinamarca, Suecia y demás países occidentales, se encuentran nuevamente construyendo bunkers y alertando masivamente a su población sobre una inminente amenaza nuclear, además de multiplicar sus presupuestos armamentísticos. Por primera vez en la guerra sustituta en Ucrania, en la que Occidente intencionalmente sacrifica al pueblo ucraniano, Biden permitió la utilización de misiles hipersónicos en territorio ruso. Putin respondió con salvas balísticas intercontinentales con potencial de transportar carga nuclear. Una vez más, la maquinaria de guerra capitalista en tiempos de crisis sistémica terminal, reclama millones de muertes a nombre de la perpetuación del capital.
Por su parte, la Resistencia palestina se encuentra triunfando frente al genocidio a pesar de las bajas inconmensurables, defendiendo su territorio en unidad, mientras las fuerzas de ocupación sufren una desmoralización tras otra. Mientras Netanyahu prometía el retorno de lxs rehenes y la liquidación de Hamas en menos de tres meses, las gloriosas defensas populares resisten por la liberación nacional y el derecho a la autodeterminación. Como parte del exterminio, el pueblo palestino sufre vejaciones y bombardeos permanentes, mientras Israel confisca decenas de camiones con donaciones y las reemplaza con cargamentos de arena, o encarcelando niños, reflejando su profundo antisemitismo, islamofobia, y perversidad. Más pronto que tarde, Palestina será libre.
La Revolución Palestina, vanguardia de los pueblos libres del mundo, se constituye en el hito definitivo del catastrófico devenir del sistema capitalista en su fase imperialista terminal. El imperialismo occidental -en el que se incluye a la perversidad genocida llamada Israel- se encuentra dando sus últimas patadas de ahogado. Sin embargo, sería ingenuo asumir este diagnóstico con autocomplacencia: una vez más, las bestias caen con extrema violencia, con la diferencia categórica de que esta vez, tienen sus días contados. Gloria eterna al pueblo palestino, estandarte global de la liberación definitiva de los pueblos del capitalismo. Palestina será la tumba del fascismo.
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