Reflexiones marxistas sobre la izquierda y el proyecto socialista
Para facilitar su lectura, Canarias-semanal ha transformado el último artículo publicado por el el marxista estadounidense Greg Godels en «Marxism-Leninism Today», titulado «¿Hay futuro para la izquierda». Un lúcido análisis sobre la crítica situación en la que se encuentra la izquierda en los Estados Unidos y en Europa, en el que se apunta a algunas causas y a posibles rumbos de actuación para cambiar la actual correlación de fuerzas (…).
REDACCIÓN CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Greg Godels es un estadounidense que creció en el seno de una familia de la clase trabajadora en una comunidad minera rural. Se unió al Partido Comunista en 1975 y a partir de entonces sus artículos y reflexiones aparecen frecuentemente en el periódico «Daily World» y otras publicaciones del Partido Comunista de EE.UU., versando sobre Política, Sociedad, Pensamiento o Ecología política.
También aparecen artículos suyos en numerosas publicaciones como Comunist Review (Londres), People,s (Vancuver) o Socialist Voice (Dublín). Es autor, aismismo, de un gran número de folletos y libros.
Es fundador de la publicación digital «Marxism-Leninism Today», en la que publica de manera frecuente. Para facilitar su lectura, Canarias-semanal ha transformado su último artículo publicado en ese medio digital, titulado «¿Hay futuro para la izquierda», en una entrevista en la que se plasman algunas de sus ideas esenciales. El lector puede acceder también al artículo original pinchando en el enlace ubicado al pie de esta página.
C.S.: Hoy tenemos el placer de hablar con Greg Godels, un analista político conocido por sus lúcidos análisis marxistas sobre política internacional y de los Estados Unidos, los movimientos sociales o el socialismo. En el último de sus artículos usted hace referencia a la manera en la que la izquierda en Estados Unidos se ha centrado tradicionalmente en movimientos sociales específicos, orientados a reivindicaciones muy parciales y con un éxito limitado. ¿Podría profundizar en este tema?
Greg Godels: Claro. Lo que he observado es que, especialmente desde los años 60 y 70, hemos visto cómo el activismo se ha canalizado, efectivamente, hacia movimientos centrados en un solo tema. Si bien esto ha logrado algunos avances significativos, como en la época de la lucha por los derechos civiles o contra la guerra de Vietnam, todavía enfrentamos desafíos más amplios y sustanciales que no se han resuelto.
Entrevistador: En esta misma línea, ha señalado usted también las dificultades de unificar todas estas reivindicaciones en un movimiento de izquierda consecuente.
Greg Godels: Los llamamientos a la unidad son recurrentes, pero la unidad no vendrá simplemente de agrupar a diversos movimientos sociales. Necesitamos una organización política de izquierda real, que tenga un programa claro y una visión compartida del cambio social. Esta organización estaría en condiciones de dar coherencia a todas las reivindicaciones y luchas parciales hacia un objetivo común. Actualmente, muchos esfuerzos de la izquierda carecen de ese marco coherente o de un programa general. Por descontado, falta un programa revolucionario, pero tampoco las organizaciones reformistas que se pretenden de izquierdas presentan un programa y, a la postre, en los Estados Unidos, acaban confiando sus reclamaciones a la acción del Partido Demócrata. La mayor parte de la izquierda opera y actúa sin ningún programa general de reforma o revolución.
Obviamente, es más fácil hablar de constituir un partido revolucionario con un programa de cambio real que hacerlo, pero también es imprescindible para ganarse los corazones y las mentes de las clases trabajadoras y avanzar hacia el cambio de sistema que necesitamos. Los trabajadores deben tener como referente una propuesta real y no meras reclamaciones parciales y sin traducción para su realización. Sin ese referente claro se reproduce la confianza en los partidos tradicionales, como el Partido Demócrata en Estados Unidos, como supuesta alternativa para impulsar cambios sociales, lo cual ha demostrado ser absolutamente ilusorio.
C.S.: En este mismo sentido, usted apunta que manifestarse o presentarse exclusivamente como «anticapitalista» no es suficiente para promover una organización y ese programa político que favorezca el cambio necesario.
Greg Godels: Efectivamente, manifestarse exclusivamente como «anticapitalista» no es suficiente por varias razones. En primer lugar, porque este «anticapitalismo» carece justamente de una propuesta alternativa clara. Desde una vaga posición «anticapitalista» es frecuente criticar los «defectos y fallas del capitalismo» – obviando que estos supuestos fallos son en realidad parte de su esencia – pero no se propone ningún modelo concreto para reemplazar el sistema actual. De esta manera el anticapitalismo se convierte a menudo en una postura de oposición sin una dirección positiva hacia la cual moverse.
En la mayoría de las ocasiones, quienes se presentan como «anticapitalistas» expresan una resistencia o rechazo al sistema, o a sus aspectos más perniciosos, pero carecen de una propuesta de sociedad alternativa.
En realidad, el «anticapitalismo» no es una visión, sino un desafío; expresa hostilidad y resistencia, pero no rechazo radical. No nos ofrece ninguna alternativa al capitalismo. La mayor parte de la izquierda estadounidense se considera anticapitalista, pero sólo podemos adivinar lo que eso podría significar.
Algunos son más específicos. Se manifiestan contra el capitalismo neoliberal, el capitalismo racista o quizás el capitalismo monopolista. Pero, implícitamente, ¿están en favor de algún otro tipo de capitalismo? ¿Suspiran por la era anterior al neoliberalismo? ¿Se imaginan un capitalismo sin racismo? ¿Quieren hacer retroceder el reloj hasta la etapa anterior al capitalismo premonopolista? ¿Una época imaginada, porque realmente nunca ha existido, en la que el capitalismo no generara desastres? ¡Estas no son visiones políticas, son meras fantasías!
CS: ¿Y cuál sería la alternativa real al capitalismo?
Greg Godels: La visión alternativa dominante al capitalismo hasta el colapso del socialismo real existente a finales del siglo XX fue el socialismo marxista. Desde el surgimiento de los partidos socialistas de masas en las últimas décadas del siglo XIX, la visión esbozada por Marx y sus seguidores dominó las esperanzas de los trabajadores «anticapitalistas». Independientemente de lo que los primeros militantes marxistas entendían por el socialismo, estaban de acuerdo en que el socialismo debería poner fin a la explotación de los trabajadores por parte de los capitalistas. Imaginaron acabar con el capitalismo de una vez por todas y no simplemente gestionarlo o amortiguar sus peores aspectos.
Con el nacimiento del socialismo realmente existente, se puso de manifiesto que crear, dar forma y desarrollar la visión seria un proceso largo y a menudo confuso, aunque los analistas serios nunca esperaron que pudiera ser de otra manera.
Durante los procesos de construcción del socialismo se alcanzaron niveles de crecimiento económico, cultural y humano antes raros o inauditos. Se hicieron enormes sacrificios. Y se encontraron enemigos internos y externos. Algunos líderes se levantaron para enfrentar los desafíos, otros no lo hicieron. Los errores fueron abundantes, al igual que los actos de heroísmo incomparables. Los costos del cambio y del desarrollo fueron enormes, como esperaría también cualquier observador atento.
En última instancia, quienes viven en las tierras donde se ganó el socialismo, sin importar cuán breve o prolongado sea, deben sopesar los sacrificios con los logros obtenidos y descartar el juicio de críticos extranjeros engreídos y bien situados.
Lo que también sucede es que hay un anticomunismo profundamente arraigado y no examinado, que comparte muchos izquierdistas académicos e intelectuales.
CS: En la situación actual de las sociedades occidentales y de la izquierda, que usted analiza, qué papel cree que han desempeñado y desempeñan partidos reformista como Syriza en Grecia o Podemos en España?
Greg Godels: La seductora idea de que nuevos partidos políticos podrían construirse partiendo del mero hecho de su propia novedad con respecto a los viejos partidos de centro izquierda fallidos y en bancarrota de Europa y Estados Unidos ha quedado demostrada como incorrecta por la corrupción o el declive de la nueva ola europea. Desde los Verdes alemanes hasta Podemos en España, Cinco Estrellas en Italia o SYRIZA en Grecia, la promesa de un juguete nuevo y brillante que llena el vacío político dejado por una centroizquierda moribunda se ha roto. Sin una visión distintiva, sin un programa concreto, con sólo una promesa de más “democracia”, toda la nueva ola decepcionó a sus seguidores idealistas, dejando a muchos disgustados y desencantados con su acción política. El caso de Syriza, en Grecia, fue paradigmático. Un partido pretendidamente radical, autodenominado de nueva ola, capituló ante el capital sin luchar en absoluto.
CS: Finalmente, ¿cuál es su opinión sobre el futuro del socialismo y el papel de los partidos comunistas?
Greg Godels: A pesar de los desafíos y los errores del pasado, los partidos comunistas han jugado y pueden seguir jugando un papel decisivo en el cambio social. El futuro del socialismo dependerá de nuestra capacidad para adaptarnos, unirnos y luchar por una sociedad verdaderamente libre de explotación. Ciertamente, el fracaso de la izquierda y las numerosas fracturas actuales en la izquierda merecen una seria retrospección y evaluación. El camino a seguir bien podría surgir de ese estudio, pero fracasará si se le envenena desde el principio con un anticomunismo irreflexivo.
CS: Gracias por compartir sus reflexiones con nosotros y nuestros lectores. Su análisis ofrece una perspectiva crítica y necesaria en estos tiempos de tanta confusión y turbulencia.
Greg Godels: Gracias a ustedes.
– Enlace al artículo original de Greg Godels: https://mltoday.com/is-there-a-future-for-the-left/