FUEGO CONTRA REPRESENTANTES ACREDITADOS. CUANDO NI LA DIPLOMACIA ES CAPAZ DE FRENAR LAS BALAS

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El ejército israelí abre fuego contra una delegación internacional en Cisjordania sin que haya consecuencias. Un episodio que revela el verdadero rostro de la ocupación.

El ejército israelí disparó contra una delegación diplomática en Cisjordania. No hubo heridos, pero el mensaje fue claro: aquí no se toleran testigos. Un nuevo episodio que refleja el creciente autoritarismo de la ocupación y la pasividad de la comunidad internacional.

 

REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG

      No hay heridos. Esa parece ser la línea que permite que el mundo pase rápidamente la página de un suceso que, en cualquier otro lugar del planeta, habría generado una crisis diplomática de primer nivel. Una patrulla militar israelí disparó el lunes contra una comitiva de diplomáticos europeos y árabes que se dirigía a visitar una aldea palestina recientemente desmantelada por el ejército. Las balas silbaron durante 45 segundos —un video lo confirma—, impactaron contra el suelo, los vehículos, los nervios. No impactaron en cuerpos. Por ahora.

     En la caravana iban representantes de España, Irlanda, Bélgica, Francia y varios países árabes. Aun así, no se disparó una sola alarma diplomática de verdad. No hubo declaraciones contundentes, ni notas de protesta con consecuencias, ni medidas de presión reales. Todo quedó en la categoría de “incidente”.

     Pero lo que pasó en Wadi Siq no es un incidente. Es una fotografía, en alta resolución y sin filtros, del modo en que opera la ocupación israelí de los territorios palestinos: sin control, sin respeto, sin miedo a sanción alguna.

 

DIPLOMÁTICOS EN LA LÍNEA DE FUEGO

     Los diplomáticos se dirigían a una comunidad beduina que había sido desalojada y cuyas casas y estructuras fueron destruidas por el ejército israelí hace unos días. Iban a comprobar los hechos, a hablar con las familias desplazadas, a documentar. Pero eso, parece, ya es demasiado.

     Las fuerzas israelíes, según diversos testimonios, bloquearon el acceso y luego dispararon. Las placas diplomáticas eran visibles. No hubo provocación. La escena fue clara: vehículos de representación internacional recibiendo disparos de un ejército aliado.

    ¿Por qué disparar entonces? Porque en ese momento, esos diplomáticos ya no eran representantes de países amigos, sino testigos incómodos de una política sistemática de demolición y desplazamiento. Testigos que podían hablar. Y a las autoridades israelíes no les gusta que se hable de lo que ocurre en Cisjordania más allá de su relato oficial.

 

UN ESTADO QUE NO RINDE CUENTAS

      Este no es un hecho aislado. No es la primera vez que fuerzas israelíes agreden a periodistas, cooperantes, observadores internacionales o trabajadores humanitarios en territorios ocupados. A menudo se les niega el acceso. A veces se les intimida. Y, como ha ocurrido ahora, otras veces se les dispara. Lo excepcional en este caso es que los agredidos tenían pasaporte diplomático.

    Sin embargo, nada indica que esto vaya a traducirse en consecuencias reales. El gobierno israelí no ha ofrecido disculpas oficiales, y la mayoría de los países afectados han optado por declaraciones mesuradas o el silencio. Una vez más, se impone una lógica de impunidad garantizada por una red de alianzas políticas, intereses geoestratégicos y contratos militares.

     Israel, con uno de los ejércitos más sofisticados del mundo, no puede escudarse en la excusa del error. Si dispararon, fue porque podían hacerlo. Porque sabían que no pasaría nada.

 

LA DIPLOMACIA DEL MIEDO

     Lo ocurrido pone en cuestión no solo el comportamiento del ejército israelí, sino también el papel y la relevancia de la diplomacia internacional en un conflicto que lleva más de medio siglo sin solución. ¿Para qué sirven las visitas oficiales si no se traducen en protección real? ¿De qué valen las palabras si no hay acciones que las respalden?

   La pasividad de los gobiernos occidentales contrasta con la crudeza de lo que viven cada día las comunidades palestinas en Cisjordania: despojo, acoso, vigilancia, control militar permanente. La comunidad de Wadi Siq no es una excepción. Es solo un ejemplo más de una estrategia sistemática de fragmentación territorial y desplazamiento forzoso.

 

    UNA FOTOGRAFÍA DE LA IMPUNIDAD

    Las imágenes del ataque a la delegación diplomática ya han circulado por redes sociales y medios internacionales. En ellas se ve con claridad cómo los soldados disparan sin que haya provocación, cómo los vehículos intentan dar marcha atrás mientras las balas impactan en el pavimento.

     En otra parte del mundo, en otro contexto, esto podría haber sido considerado un acto hostil, un ataque directo contra representantes internacionales. Aquí, no. Aquí se absorbe como parte del paisaje.

     Pero cada uno de estos episodios va sumando, en la memoria colectiva de los pueblos y en los archivos de la historia, pruebas de una realidad que los gobiernos prefieren no mirar de frente: la ocupación de Palestina no solo expulsa a quienes habitan la tierra, sino también a quienes intentan acercarse con honestidad a ver qué está ocurriendo.

Video 1 y 2

https://canarias-semanal.org/art/38074/fuego-contra-representantes-acreditados-cuando-ni-la-diplomacia-es-capaz-de-frenar-las-balas

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