La violenta biografía política de Maria Corina Machado, una agitadora ultraderechista que en Europa estaría en prisión por terrorismo
Las recientes elecciones en Venezuela evidenciaron, por una parte, la fuerza que conserva el chavismo en las calles. Pero que también refleja las contradicciones internas de un proceso político que ha terminado haciendo concesiones al capital y que enfrenta ahora duras críticas, incluso desde sectores situados a su izquierda. ¿Cuál es el futuro le espera al proyecto popular fundado por Hugo Chávez hace más de dos décadas?
POR JORDI RUIZ PARA CANARIAS SEMANAL.ORG
La reciente elección en Venezuela, que según algunos auguraba una victoria para la oposición, terminó con una contundente derrota de la derecha y un inesperado resurgimiento del chavismoen las calles y en las urnas. Sin embargo, este triunfo no se puede analizar sin entender también las profundas contradicciones internas que atraviesan al proceso bolivariano, muchas de las cuales son producto de la gestión del gobierno de Nicolás Maduro, criticado incluso por sectores marxistas a su izquierda que en el pasado fueron parte integrante y activa del chavismo.
EL ESPEJISMO DE UNA «DERECHA FUERTE» Y SU FRACASO EN LAS CALLES
Desde semanas antes de las elecciones, los grandes medios de comunicación internacionales proyectaron una imagen de fortaleza de la oposición, con María Corina Machadoliderando encuestas y presentándose como la figura capaz de, finalmente, desalojar al chavismo del poder.
Sin embargo, esa narrativa chocó de frente con la realidad. En el propio terreno venezolano, las manifestaciones convocadas el pasado fin de semana por la derecha fueron un fracaso. En el Este de Caracas, donde tradicionalmente la oposición ha tenido mayor fuerza, la concentración fue pequeña y simbólicamente débil, con tomas cerradas y ángulos seleccionados para disimular la falta de asistencia. En contraste, el chavismo volvió a movilizar a miles, demostrando que continúa conservando un apoyo popular que la derecha, a pesar de su discurso triunfalista, no logra alcanzar.
Este fracaso ilustra una realidad reiterada y clave: la oposición venezolana tiene mayores apoyos fuera del país que dentro de él. A nivel internacional, cuenta con el respaldo de Estados Unidos, de la Unión Europea y varios gobiernos latinoamericanos. Pero dentro de las fronteras del país, sus esfuerzos por conectar con las masas populares son inútiles. Las hondas contradicciones internas de la derecha, sumadas asu dependencia de narrativas extranjeras la han convertido en un movimiento sin arraigo social real.
LAS LIMITACIONES DE LA FIGURA DE MARÍA CORINA MACHADO
María Corina Machado, que emergió como la líder de la derecha venezolana tras el colapso del increíble «proyecto Juan Guaidó», representa una facción abiertamente golpista y alineada con la intervención extranjera. Desde su participación en el golpe de Estado de 2002 hasta su respaldo a operaciones como «Gadeón», Machado siempre ha optado por una vía violenta y antidemocrática para intentar tomar el poder. Este perfil, aunque atractivo para los sectores ultraderechistas de la oposición, se convirtió en su mayor debilidad en las elecciones, pues alienó a amplios sectores que, aunque descontentos con el gobierno de Maduro, no estaban dispuestos a apoyar un proyecto tan extremista y carente de propuestas concretas.
María Corina Machado es una figura clave de la derecha venezolana, conocida tanto por su retórica extremista como por su participación activa en varios intentos de desestabilización del gobierno bolivariano. A lo largo de su carrera, ha cultivado un perfil marcadamente antichavista, con un historial de apoyo a medidas violentas y antidemocráticas para conseguir uncambio de régimen en Venezuela.
Ya desde la tentativa golpista «cívico-militar» de abril de 2002 contra el gobierno presidido por Chávez, María Corina Machado desempeñó un papel virulentamente activo. Machadofue uno de los personajes que firmó el «Decreto Carmona», un documento en el que Pedro Carmona, líder de la patronal y del propio golpe, se autoproclamó presidente y disolvió los poderes del Estado, suspendiendo la Constitución de 1999. Este hecho la consolidó como una figura radical dentro de la oposición venezolana.
SU VINCULACIÓN CON ORGANIZACIONES FINANCIADAS DESDE EL EXTERIOR
Machado también ha estado vinculada a «Súmate», una organización no gubernamental que lideró la campaña para unreferéndum revocatorio contra Chávez en el 2004. «Súmate»recibió una sustanciosa financiación de la National Endowment for Democracy (NED), una organización estadounidense conocida por su papel en la financiación de movimientos opositores en varios países, lo que generó justas acusaciones de injerencia extranjera en los asuntos internos de Venezuela.
Y es que Machado no se ha recatado a la hora de defender abiertamente la intervención extranjera en Venezuela como una solución para derrocar al Gobierno. En 2014, durante una sesión de la Organización de Estados Americanos (OEA), ocupó temporalmente el asiento de Panamá y solicitó una intervención militar en Venezuela, una medida que fue ampliamente rechazada incluso por los sectores moderados de la oposición.
Corina Machado ha sido, asimismo, una promotora activa de las «guarimbas», las protestas violentas y bloqueos de calles que se produjeron en Venezuela entre 2014 y 2017. Estos movimientos dejaron cientos de muertos y fueron denunciados como intentos de generar caos y presionar para imponer un cambio de régimen. Aunque las guarimbas fueron presentadas por la oposición como manifestaciones pacíficas, algo que se ha vuelto a producir en los disturbios provocados al día siguiente de las pasadas elecciones, lo cierto es que fueron protagonizadas por jóvenes delincuentes que, según sus propios testimonios, habían sido previamente financiados para cometer todo tipo de actos vandálicos, agresiones y asesinatos.
Tampoco se privó Machado en un pasado reciente, de prestar su apoyo a la fallida «Operación Gadeón» en 2020, un intento de incursión armada en Venezuela con el objetivo decapturar o asesinar a figuras del gobierno de Maduro.Aunque no se la vinculó directamente con esa operación, su discurso alentó la intervención extranjera y la violencia como formas legítimas de enfrentar al gobierno bolivariano.
A lo largo de su carrera política, Machado ha mantenido un discurso radical en el que ha llamado públicamente a «la toma de Miraflores»(el palacio presidencial), sugiriendo que la única negociación posible con el chavismo debe comenzar después de desalojarlos por la fuerza. Esta retórica ha sido criticada incluso dentro de la oposición por promover una agenda de confrontación constante, sin espacio para el diálogo o las soluciones democráticas.
RELACIÓN CON SECTORES EMPRESARIALES Y LA BURGUESÍA TRADICIONAL
Ni que decir tiene que la violenta trayectoria de esta señora no tiene origen en una simple vocación conspirativa. Machado es integrante de una destacada familia de la élite empresarial venezolana y como tal es una defensora contumaz y representante de los intereses de la oligarquía local. Su postura política está alineada con la defensa de las políticas neoliberales, clónicas de las de Milei, Trump o Bolsonaro, en contraposición radical con el modelo popular propuesto por el chavismo desde sus primeros tiempos. Esta conexión de María Corina Machado con el poder económico tradicional refuerza su posición como representante de los sectores que históricamente se han opuesto al proyecto bolivariano.
Tras el estrepitoso fracaso de Juan Guaidó como líder de la oposición, que en España contó con el apoyo personal del presidente del gobierno Pedro Sánchez, Corina Machado ocupó un vacío de liderazgo, intentando capitalizar el descontento de lasbases derechistas del país. Sin embargo, su perfil intransigente y su violento e histérico historial han limitado su capacidad para ampliar sus bases de apoyo, especialmente entre sectores más moderados y, desde luego, entre el electorado popular, que ha rechazado la violencia y la intervención extranjera.
Pese a sus acciones y su apoyo explícito a la violencia y a las intervenciones militares desde el exterior, María Corina Machado, al igual que ocurriera con Juan Guaidó, el gobierno de Maduro fue incapaz hacer recaer sobre ellos el peso de las leyes venezolanas. Tanto en los EEUU como en cualquier país europeo, a cualquier Ejecutivo le hubiera faltado tiempo para enviarla directamente a Prisión, por sus flagrantes delitos de subversión y terrorismo.
A lo más que se atrevió el gobierno de Maduro, sin embargo, fue a inhabilitarla para postularse a cargos públicos. Sorprendentemente, esta leve sanción solo sirvió para que los medios de comunicación europeos, a coro y por unanimidad, la terminaran presentando como a una «víctima de la dictadura».
EL CHAVISMO, ENTRE LA RESISTENCIA POPULAR Y LAS CONCESIONES AL CAPITAL
A pesar de este triunfo electoral, que no fue ni mucho menos arrollador como fuera en el pasado, es innegable que el chavismo enfrenta hoy serias contradicciones y peligros. Desde la izquierda marxista venezolana, entre la que se encuentra el histórico y en trance de ilegalización Partido Comunista de Venezuela, se señala que el Gobierno de Maduro está haciendo importantes concesiones a laburguesía local y al capital internacional para tratar de mantenerse en el poder. Estas concesiones van desde la liberalización económica y la aceptación de políticas de ajuste duramente lesivas para los trabajadores venezolanos, hasta acuerdos con sectores empresariales que fueron parte de la oligarquía históricamente enfrentada por Chávez. Estas decisiones gubernamentales han terminado debilitando el proyecto bolivariano, haciendo que éste se centre más en la gestión del poder político que en la transformación social.
El desmantelamiento de algunas conquistas de la etapa de Chávez, como la expropiación de tierras o la estatización de empresas, es una muestra de la deriva del Gobierno actual. Críticos dentro del propio chavismo, como algunos sectores comunales y colectivos de trabajadores, han señalado que el Gobierno está priorizado la estabilidad política a costa de abandonar la construcción del poder popular. A esto se suma la represión contra dirigentes sindicales, lostrabajadores y el propio Partido Comunista que han exigido mejoras laborales y transformaciones sociales, y que se abandone un deslizamiento gubernamental hacia la derecha que contradice los principios originales del proceso bolivariano.
LAS ORGANIZACIONES POPULARES COMO BASTIÓN DEL CHAVISMO
No obstante, a pesar de este contexto de concesiones y retrocesos, el chavismo logró movilizarse gracias a las organizaciones de base que siguen activas en los territorios. Los Consejos Comunales, las comunas y los CLAP, aunque seriamente debilitados por la crisis económica y la pérdida de recursos, demostraron que continúan siendo un pilar fundamental del proceso político. Estas estructuras, previamente diseñadas por Chávez para empoderar al pueblo, fueron las que en última instancia lograron revertir el panorama electoral. En los barrios y comunidades, donde estas organizaciones mantienen una presencia fuerte, la campaña chavista se tradujo en una participación activa y en un rechazo a la violencia opositora.
Esta capacidad de organización popular fue clave para neutralizar la campaña de miedo promovida por la derecha.Mientras sectores más moderados de la oposición optaron porla abstención, ante la falta de confianza en la figura de Machado, el chavismo logró conservar su base de apoyo, incluso sumando a ex chavistas desilusionados que, frente a la amenaza de un regreso a la era pre-chavista, decidieron darle una nueva oportunidad al gobierno.
LAS RAZONES DETRÁS DE UNA ABSTENCIÓN MASIVA EN LA OPOSICIÓN
Un aspecto central de esta elección fue la alta abstención,especialmente entre quienes podrían haber votado contra Nicolás Maduro. Este fenómeno revela que, a pesar del desgaste, los graves errores del gobierno, y los efectos de las brutales sanciones impuestas a Venezuela por los Estados Unidos, una parte significativa de la población continúa viendo a la derecha como la peor de las opciones. La memoria de las «guarimbas», los intentos de golpe y la dependencia de la oposición respecto a potencias extranjeras, pesan en la conciencia popular. Este sentimiento, unido a la percepción de que la derecha carece de un proyecto soberano, hizo que muchos decidieran no participar.
LAS CONTRADICCIONES DEL GOBIERNO Y EL FUTURO DEL CHAVISMO
El resultado de la contienda electoral reafirma el control del chavismo sobre el aparato estatal y su capacidad para movilizar a las masas. Sin embargo, las críticas desde dentro del propio movimiento revelan una tensión constante entre la necesidad de mantener el poder y el abandono de los principios socialistas. En este sentido, la gestión de Maduro ha optado por una «estrategia de supervivencia» que, aunque efectiva a corto plazo, pone en serios riesgos el proyecto a largo plazo. La centralización del poder y las concesiones al capital contradicen los objetivos originales de la empoderación popular y la construcción de unasociedad socialista más justa.
No obstante, la confrontación electoral venezolana nos ha dejado lecciones importantes. Por un lado, demuestra la fuerza que el chavismo continúa conservando, aunque ésta no sea comparable a la que tuvo en el pasado. Ha podido resistir años de bloqueo, de crisis económica, de sanciones económicas por parte de EEUU y de la UE, así como una perseverante campaña de desestabilización instrumentalizada por ese mismo bloque de países. Por otro lado, también ha puesto de relieve las profundas contradicciones internas por las que atraviesa el proyecto político bolivariano.
Sectores marxistas críticos, así como corrientes afines al Partido Comunista Venezolano, advierten que la supervivencia política no puede ser el único objetivo de un proyecto como el que un día encabezara Hugo Chávez, sino que es necesario retomar la construcción de un verdadero poder popular y avanzar hacia la vía socialista, si se desea evitar que el proceso concluya convirtiéndose en un mero aparato de gestión capitalista de muy incierto desenlace.