Un botón de muestra de lo que nos enseñan los Sanders, los Sánchez, los Iglesias, los/las» yolanders»…
En un giro que no ha sorprendido a aquellos que ya conocían los vaivenes de su biografía, Bernie Sanders ha elogiado a Joe Biden como «el presidente más pro-clase trabajadora en la historia moderna de Estados Unidos». Esta declaración choca frontalmente con el auténtico historial de Biden, marcado por políticas pro-elites, y neoliberales, plantea algunas preguntas sobre la coherencia ideológica de Sanders. ¿Qué hay detrás de este inesperado respaldo?
POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-
El conocido senador Bernie Sanders, famoso en los EEUU por sus posturas «muy izquierdistas» y su papel como ex candidato demócrata, ha desempeñado un papel de figura polarizadora en la política estadounidense de los últimos años.
Hace apenas unas pocas horas, Sanders ha hecho un público agradecimiento a Joe Biden, alabando su trayectoria y describiéndolo insólitamente como «el presidente más pro-clase trabajadora en la historia moderna de Estados Unidos».
Con esta declaración, Sanders no ha hecho más que añadir un peso más a las ya abultadas paradojas que ha acumulado en su mochila este político norteamericano a lo largo de toda su trayectoria política y personal .
EL PECULIAR «DEFENSOR DE LA CLASE TRABAJADORA»
Sin embargo, Joe Biden, pese a la imagen que Sanders le atribuye de haber sido un recalcitrante «defensor de la clase trabajadora» y critico de la elite multimillonaria norteamericana, su carrera ha estado fuertemente marcada por la aplicación y defensa de políticas que han beneficiado en gran medida a las elites económicas y corporativas de ese país.
Desde su apoyo a la Ley de Bancarrota de 2005, que dificultó que los individuos corrientes y molientes se pudieran declarar en bancarrota, favoreciendo así a un enjambre de buitres, acreedores que aprovechavan para que pudieran caer con la legalidad en la mano, sobre los más vulnerables, hasta su abierto respaldo al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que hizo posible la pérdida de miles y miles de empleos en Estados Unidos.
Biden ha sido, asimismo, un firme valedor de las políticas neoliberales que se han aplicado en su país. Políticas que, en esencia, han profundizado en las desigualdades económicas y han socavado los derechos de los trabajadores norteamericanos, lo que hace aún más que cuestionable la abracadabrante caracterización que ahora hace el senador Sanders, al calificarlo como «pro-clase trabajadora».
LAS CONTRADICCIONES DE SANDERS
La alabanza de Sanders a Biden plantea varias preguntas sobre su propia coherencia ideológica y política. ¿Cómo puede un político que se ha posicionado reiteradamente en contra del establishment, alabar a una figura emblemática de ese mismo establishment? Esta paradoja refleja la contradicción inherente en la carrera del propio Sanders, Es decir, su intento de trabajar dentro de un sistema que, en muchos aspectos, representa los intereses opuestos a los que él mismo alega defender.
LA ESTRATEGIA POLÍTICA
Para entender esta flagrante contradicción de Sanders, es crucial considerar la estrategia política de Sanders. Al prestarle su apoyo a Biden, el senador trata de hacer un «esfuerzo pragmático» para de esa forma lograr avances incrementales dentro de los marcos del Partido Demócrata.
Al reconocer implícitamente las limitaciones del sistema político y económico estadounidense y la dificultad para realizar reformas radicales, Sanders está convencido de que al adoptar una postura más conciliadora logrará asegurar algunas victorias parciales para los estadounidenses más pobres, aunque sean limitadas.
Sin embargo, esta estrategia lleva implícito el riesgo de alienar a sus seguidores más fervientes, quienes esperan un cambio más profundo y radical. Al final, como siempre, terminan fallando las dos posibilidades: la de lograr «algunas victorias» y lograr «el apoyo de los fervientes» que, hastiados de tanto desengaño, terminan apartándose de la lucha política.
EL SISTEMA POLÍTICO ESTADOUNIDENSE
La verdad es que el sistema político estadounidense, al igual que del conjunto de las llamadas «democracias burguesas», ha sido deliberadamente diseñado de tal manera que las alternativas radicales, es decir, que vayan realmente a la raiz de los problemas tengan que tropezar necesariamente con gigantescos obstáculos.
En los EEUU, la dependencia del dinero en las campañas políticas, el enorme poder de los lobbies corporativos, el férreo control de los medios de comunicación y las barreras institucionales hacen que cualquier intento de reforma levemente significativa sea extremadamente difícil. Sanders, al intentar navegar este complejo panorama, se encuentra en una posición en la que sus principios – si realmente los tuviera-, a menudo chocan con las realidades políticas.
LO QUE NOS ENSEÑAN LOS SANDERS, LOS SÁNCHEZ, LOS IGLESIAS, LOS/LAS YOLANDERS…
La alabanza de Bernie Sanders a Joe Biden subraya las paradojas y desafíos inherentes a su propia trayectoria política. Mientras que su compromiso con la clase trabajadora y su crítica al establishment son innegables, su apoyo a figuras como Biden pone de manifiesto las complejidades y contradicciones a la hora de intentar operar dentro del sistema político estadounidense. Para aquellos que buscan un cambio verdaderamente transformador, esta situación abre interesantísimas interrogantes sobre las limitaciones del reformismo y la necesidad de una radical ruptura con el sistema y sus trampas, con estrategias más audaces y coherentes.
https://canarias-semanal.org/art/36533/las-paradojas-de-sanders
