«¿Hasta podrá llegar el ajuste sobre los hombros de los jubilados?»
¿Es posible encontrar un equilibrio entre la salud fiscal del país y la justicia social? Frente a la difícil encrucijada que enfrenta Argentina, el análisis del impacto de las políticas económicas sobre las jubilaciones nos obliga a reflexionar sobre las prioridades y los costos sociales de las decisiones gubernamentales.
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG
Tras una atenta lectura de un artículo publicado por el digital argentino «Página 12» sobre las políticas económicas del presidente Javier Milei y su impacto en las jubilaciones, parece evidente que pronto los jubilados argentinos se encontrarán ante una situación realmente crítica . En este comentario, analizaremos las ideas fundamentales expuestas por «Página 12», poniendo de relieve la complejidad de la problemática que enfrentan los jubilados argentinos bajo la actual administración .
El artículo titulado «La motosierra de Milei apunta ahora a los jubilados» pone de manifiesto una realidad alarmante. Desde la asunción de Javier Milei al poder, se ha observado una aceleración en la tendencia negativa del poder adquisitivo de los jubilados y pensionados, una situación que no es nueva pero que ha encontrado en las recientes políticas económicas un catalizador para su agudización.
Según datos del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), la jubilación mínima ha alcanzado el valor real más bajo desde la crisis de 2002, y se augura que esta tendencia negativa continuará deteriorándose.
La estrategia de ajuste fiscal implementada por Milei, lejos de presentarse como una solución viable a largo plazo, parece ser un parche temporal que tiene un costo social muy elevado. El recorte en las jubilaciones y pensiones, justificado en la necesidad de alcanzar un superávit financiero, no solo ha reducido el poder adquisitivo de los jubilados sino que, además, ha generado un escenario de tensiones políticas y un aumento en las demandas judiciales contra la Anses. Este enfoque en las finanzas públicas, que privilegia el equilibrio fiscal por encima del bienestar de los ciudadanos más vulnerables, revela una falta de equidad en las medidas económicas adoptadas.
El informe de IDESA es contundente al afirmar que la caída en el valor real de las jubilaciones llegará a niveles inéditos, superando incluso los momentos más críticos del siglo XXI. Esta realidad no solo es preocupante por sus efectos inmediatos en la calidad de vida de los jubilados sino también por lo que significa en términos de justicia social. La licuación de jubilaciones como estrategia para lograr un superávit financiero es una medida que, históricamente, ha demostrado ser insostenible y que termina siempre – y como siempre- por afectar a los sectores más desfavorecidos de la sociedad.