MISIÓN VERDAD
Las cifras ahogan el triunfalismo antichavista, tanto en Venezuela como en los medios europeos :: Solo 67% de las mesas tendrá un representante de la derecha
En una reciente entrevista la periodista de derecha y especialista en materia comicial, Celina Carquez, dejó en evidencia la realidad sobre la falta de organización por parte del sector de la derecha venezolana que ha postulado a Edmundo González Urrutia como su candidato, a escasas semanas de la jornada electoral.
Su argumento se enfoca en los datos negativos para la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) y Vente Venezuela respecto a los testigos de mesa, figura crucial del proceso.
“Aunque se ha hablado mucho de los comanditos y ha circulado información de que cerca de cincuenta mil comanditos están registrados, la realidad es que a 55 días del 28 de julio las cifras para la defensa del voto de los testigos electorales que estarán en los centros de votación son bastante bajas. En algunos estados son cifras alarmantes”.
La periodista mencionó que, en total, solo 67% de las mesas tendrá un testigo presente de la PUD y Vente Venezuela, mientras que 35% contará con dos. Esto deja un déficit de 9 mil 913 mesas, es decir, aproximadamente 35% de los centros de votación que carecerán completamente de testigos.
Los datos resultan aun más dramáticos para ese sector de la derecha cuando se consideran ejemplos específicos de la falta de testigos en algunos estados. En el Zulia, 52% de los centros no tendrá ningún testigo, mientras que en Miranda esta cifra alcanza 42%. En el Distrito Capital, donde la derecha espera tener una cobertura completa, todavía falta 5% de testigos por designar. En Amazonas y Aragua, aproximadamente 33% de los centros de votación también carecen de testigos.
No solo falta personal en las filas derechistas para dar cobertura a la observación de las mesas electorales, señala la periodista, sino que el actual no está debidamente capacitado para su función.
“Las elecciones no se ganan con mítines y marchas. Las elecciones se ganan en los centros de votación. En una visita sorpresa que hizo Maduro junto con el presidente de la Asamblea Nacional, dejó claro que no van a salir de los centros de votación hasta conquistar la victoria. Estamos hablando de un gobierno que tiene una maquinaria electoral aceitada, con una inteligencia electoral y un sistema casi infalible. ¿Y a cincuenta y cinco días de las elecciones, tú (la derecha) no tienes los testigos y no están adiestrados?”.
La crítica de Carquez se extiende a la falta de unidad y coordinación entre los partidos de la derecha:
«Hay partidos que no están trabajando, que no están haciendo absolutamente nada y otros, supongo, que tienen mucha soberbia y creen que no necesitan ayuda. Ellos creen que no necesitan ayuda, que los demás partidos solo tienen que registrar los comanditos (…) están dejando de lado a gente que tiene veinticinco años en las mesas electorales”.
Carquez hace especial énfasis en la actitud de Vente Venezuela, que nunca ha probado su maquinaria electoral, pero prefiere controlar unilateralmente el proceso en vez de llegar a un consenso con organizaciones políticas más experimentadas en eventos de esta especie.
En otro artículo en el que trata el mismo tema, la periodista menciona específicamente la inacción de dos partidos: Un Nuevo Tiempo y Acción Democrática.
“En el caso de UNT, las cifras de mesas sin testigo en el Zulia son un indicador, tomando en cuenta que el gobernador del estado es Manuel Rosales, y preside ese partido. En el caso de la AD liderada por Henry Ramos Allup no hay una explicación del porqué no están trabajando para las presidenciales”.
Allí también indica problemas tanto logísticos como políticos que ha habido para la asignación de testigos a centros electorales, definición de sus funciones y formación, en los que han prevalecido las tensiones y enfrentamientos entre Vente Venezuela, la PUD y la facción de Manuel Rosales.
A este déficit de conocimiento práctico en el terreno electoral al que ha sido arrastrada la derecha agrupada en la PUD por otorgarle el control a María Corina Machado, quien históricamente ha tenido una tendencia hacia la antipolítica y la confrontación, se suma el hecho de que la narrativa triunfalista no está precisamente reflejando las proyecciones para las elecciones, y analistas de derecha lo están señalando.
Francisco Bello, presidente de la encuestadora Pronóstico, indica que, según las estimaciones de su consultora, el presidente Nicolás Maduro cuenta con una base de cinco millones de votos para el 28 de julio, por lo que insta a la derecha a «no caer en triunfalismo».
Si hay algo en lo que las declaraciones de Celina Carquez tienen un mayor acierto es que la organización de la maquinaria electoral tiene mayor peso que las convocatorias a marchas al momento de lograr una victoria en unos comicios. En este ámbito, las fuerzas del chavismo tienen mucha más experiencia y resultados eficientes que las derechistas, que en los últimos años han sido conducidas por los caminos de la desmovilización, el abstencionismo y la violencia política.
Con el tiempo en contra para formar una estrategia electoral sólida que integre a sus diferentes facciones, la dirigencia derechista tiene el camino cuesta arriba para lograr la victoria con la que han hecho tanta propaganda. En consecuencia, se vislumbra cada vez más plausible el escenario —nada sorprendente— del desconocimiento de los resultados y las autoridades electorales, lo que podría dar lugar a un nuevo ciclo de violencia política, aguas en las que sí están acostumbrados a navegar.
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