Fuertes divisiones internas: una encarnizada batalla por el alma del MAS. ¿Cuál será el futuro del movimiento en Bolivia?»
En un análisis profundo y crítico, se exploran los retos y contradicciones del proceso de cambio en Bolivia. La lucha por el liderazgo dentro del MAS y los desafíos de renovación política ponen a prueba la estabilidad y el futuro del proyecto boliviano.
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG
En un artículo publicado por Vladimir Mendoza Manjón en el magazine Jacobin, titulado «Los frutos amargos del proceso de cambio en Bolivia», se expone una detallada crítica en relación con la actual situación en Bolivia, poniendo el foco en las consecuencias de las fortísimas luchas internas que se están produciendo en el seno del Movimiento al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP) y la figura de Evo Morales.
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El artículo de Mendoza Manjón pone en perspectiva cómo, desde la elección de Evo Morales en 2008, Bolivia ha vivido un periodo de cambios profundos, no exentos de conflictos y desafíos.
La crisis política de 2019 y la posterior división dentro del MAS pueden ilustrar muy bien los obstáculos en el camino hacia una transformación social y política más amplia.
Según afirma el autor, la figura de Morales, aunque históricamente significativa, ha sufrido un desgaste que repercute directamente en la estabilidad y cohesión del partido y, por ende, en la gestión del Estado.
Este panorama se complica aún más con las disputas internas por el control del partido, que enfrentan al sector liderado por Luis Arce contra el de Evo Morales. Esta batalla no solo amenaza con fragmentar aún más al movimiento, sino que también pone en riesgo la continuidad del proyecto político del MAS, en un momento crítico en el que Bolivia enfrenta retos tanto a nivel nacional como internacional.
De acuerdo con lo que expresa el autor del artículo, la judicialización de la política y el juego de intereses dentro de las instituciones estatales son reflejo de una crisis más profunda que afecta a la democracia boliviana. Los esfuerzos por mantener el poder, utilizando maniobras legales y políticas para desplazar a adversarios internos, evidencian una falta de visión estratégica y de un proyecto político inclusivo y renovador.
En este contexto, las recientes movilizaciones sociales en respaldo a Morales y contra las acciones del gobierno de Arce están mostrando la vitalidad de las bases populares y su gran capacidad de presión.
Sin embargo, estos eventos también destacan la urgencia de abrir espacios de diálogo y de reconstruir un proyecto político que trascienda las figuras individuales y se centre en las demandas y aspiraciones de las mayorías.
El análisis que realiza Mendoza Manjón en su artículo ofrece una perspectiva crítica esencial para entender los desafíos actuales de Bolivia. La situación boliviana nos recuerda la importancia de construir procesos políticos basados en la participación activa de las bases, la renovación constante y la búsqueda de consensos amplios que permitan avanzar hacia una sociedad que continúa estando a distancias kilométricas de haber sido mínimamente transformada.