
Las autoridades argelinas advirtieron severamente a Madrid de la prohibición expresa de revender gas a la Monarquia marroquí
En el marco de las tensas relaciones que están teniendo lugar entre Marruecos y Argelia, esta prohibición no es más que un posible adelanto de las repercusiones económicas y políticas que acarreará a España su relación mendicante con Marruecos
REDACCION CANARIAS SEMANAL
De acuerdo con las informaciones difundidas por algunos medios españoles, Argelia ha prohibido expresamente a España que revenda los suministros de gas argelino a Marruecos.
Argelia había anunciado ya desde el pasado mes de octubre, la finalización del contrato con Marruecos, que permitía el transporte de gas hacia España a través del gaseoducto Magreb-Europa (GME).
Éste gaseoducto fue puesto en marcha hace 25 años . Durante ese tiempo el gaseoducto ha unido Argelia con la península Ibérica. Tiene una longitud de 1.400 kilómetros, 540 de los cuales atraviesan territorio marroquí.
El pasado 30 de octubre, a través de un comunicado, la presidencia argelina había expresado que
“En vista de las prácticas de carácter hostil del reino de Marruecos, que atentan a la unidad nacional de Argelia, y después de consultar al primer ministro, al ministro de Finanzas, al ministro de Energía y de Minas, el presidente de la República ha dado instrucciones a la sociedad nacional Sonatrach para que cese toda relación comercial con la sociedad marroquí y no renueve el contrato»
Argelia claramente no desea que el gas pueda revenderse a Marruecos. Las autoridades argelinas advirtieron severamente a Madrid de la prohibición expresa de que revenda el gas suministrado al gobierno de Rabat.
En el marco de las tensas relaciones que están teniendo lugar entre Marruecos y Argelia, la prohibición a España de que revenda el gas argelino a Marruecos no significa más que un posible adelanto en la cadena de repercusiones de carácter económico y político que podrá acarrear a España la continuidad de una relación mendicante con Marruecos, que ha empujado a sus sucesivos gobiernos a abandonar, incluso, sus responsabilidades como administradora del actual territorio del Sáhara Occidental, hoy ocupado por Marruecos.