
Por primera vez después de la caótica salida de las tropas estadounidenses de Afganistán, los jefes militares del Pentágono reconocen las razones de su catastrófica derrota.
Canarias Semanal recoge de la cadena «Al Jazeera» los pasajes más relevantes de la intervención en el Congreso de los altos jefes militares norteamericanos que dirigieron la guerra de Afganistán. «A estas alturas resulta obvio que la guerra en Afganistán no terminó en los términos que queríamos con los talibanes», reconoció el general Milley ante el Comité de Servicios Armados del Senado». «Necesitamos tener en cuenta algunas verdades incómodas que no comprendimos en el curso del conflicto”,agregó el Secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin(…)
DE «AL JAZEERA», TRADUCIDO POR LA REDACCIÓN DE CANARIAS SEMANAL
Según publicó este martes la cadena Al Jazeera, los jefes militares del Pentágono tuvieron que reconocer ante el Congreso estadounidense los graves fracasos militares cometidos por su país en el curso la retirada de sus ejércitos de Afganistán, que terminarían conduciendo a la ocupación fulminante de Kabul por parte del Ejército talibán.
De acuerdo con el reportaje de Al Jazeera, el Secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, y el presidente del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley, que fueron los militares que comparecieron ante el Congreso, admitieron en sus declaraciones ante esta institución que todo un conjunto de «errores» habían conducido a lo que ellos denominaron «una retirada caótica de las tropas estadounidenses de Afganistán».
«A estas alturas resulta obvio que la guerra en Afganistán no terminó en los términos que queríamos con los talibanes, ahora están instalados en el poder en Kabul», dijo el general Milley al Comité de Servicios Armados del Senado.
El general agregó que en su opinión, Afganistán parece «encaminarse hoy hacia una guerra civil».
“Necesitamos tener en cuenta algunas verdades incómodas que no comprendimos en el curso del conflicto”, agregó el secretario Austin ante los senadores.
“El hecho de que el ejército afgano que los Estados Unidos y sus aliados habíamos , simplemente se esfumó, en muchos casos sin disparar un solo tiro. Éste hecho constituyó una sorpresa para nosotros, y sería deshonesto afirmar lo contrario”, reconoció el mismo general.
Los comentarios de los principales oficiales militares estadounidenses, junto con el formulado por el general Frank McKenzie, que fue el jefe del Comando Central que supervisó la retirada, han sido las primeras declaraciones públicas extensas formuladas por líderes militares del Pentágono desde el 30 de agosto procedieron a la retirada de Afganistán.
Milley y McKenzie manifestaron que habían advertido previamente que de acuerdo con las evaluaciones militares realizadas, el gobierno respaldado por Occidente en Kabul caería si Estados Unidos retiraba todas sus tropas de ese territorio.
“Mi análisis -aseguró Milley– fue que con una retirada acelerada, sin cumplir las condiciones específicas y necesarias, se corría el riesgo de perder los logros sustanciales que se habían logrado en Afganistán, dañando así la credibilidad mundial de Estados Unidos y podría precipitar un colapso general de la NSF y del gobierno afgano, un hecho que tendría como resultado la toma total del gobierno por los talibanes, o una guerra civil generalizada ”.
Por su parte, el general McKenzie precisó que él también había considerado que Kabul caería en manos de los talibanes si Estados Unidos se retiraba.
«Mi opinión fue que 2.500 era un número apropiado de efectivos para seguir permaneciendo en aquel territorio. Y que si bajáramos de ese número, probablemente íbamos a presenciar un colapso del Gobierno y del Ejército afgano».
Un acuerdo alcanzado por la Administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con los talibanes, firmado en febrero de 2020, había fijado el día 1 de mayo de 2021 como fecha para que tuvieron lugar la retirada total de todas las fuerzas estadounidenses de Afganistán. Se suponía que la retirada de los Estados Unidos estaría basada en las condiciones que cumplieron los talibanes.
El general Milley manifestó por su parte ante en el Senado, que había recibido una orden del presidente Trump después de las elecciones estadounidenses en noviembre, para procediera con la retirada completa de las tropas estadounidenses. Después de haber discutido los riesgos con la Casa Blanca, se revisó la orden para reducir las fuerzas estadounidenses a 2.500 efectivos, precisó Milley. Pero según este mismo general, los talibanes no cumplieron las condiciones del acuerdo
Austin y Milley tuvieron que enfrentarse ante las preguntas particularmente duras provenientes de los representantes republicanos, que acusaban a la Administración Biden de haber interpretado mal la situación real que se estaba viviendo en Afganistán. Igualmente culparon a Biden de no haber previsto la rapidez con la que los talibanes se harían con la situación, dejando a losUn en un estado de alta vulnerabilidad frente los ataques de grupos afines al ISIS y al Qaeda.
Los republicanos exigieron, asimismo, más detalles sobre los efectivos con los que cuenta el Estado Islámico en la provincia de Khorasan. Igualmente solicitaron información sobre el atentado suicida del ISIS cerca del aeropuerto internacional de Kabul, que acabó con la vida de unos 175 afganos y de 13 miembros del ejército estadounidense en los últimos días de la evacuación.
Los referidos altos mandos militares estadounidenses habían afirmado inicialmente que el atentado del 29 de agosto había matado a los «facilitadores» afganos que prestaban servicios de ayuda a las tropas estadounidenses en ese territorio. Sin embargo, posteriormente se retratarían pidiendo disculpas por esa afirmación, alegando que se trataba de «civiles», entre los que se encontraban siete niños.
«Necesitamos una contabilidad completa sobre las decisiones que nos condujeron a donde hoy nos encontramos. Y un plan real para defender a Estados Unidos en el futuro», reclamó vivamente James Inhofe, el republicano de mayor rango del Comité, después de una larga lista de preguntas sobre múltiples aspectos del retirada de Afganistan
El Secretario de Estado Antony Blinken había testificado previamente sobre la retirada ante el Congreso, defendiendo incondicionalmente las acciones de la Administración, que incluyeron un transporte aéreo de última hora de unas 120.000 personas.
Los legisladores republicanos estadounidenses preguntaron cómo la comunidad militar y de Inteligencia estadounidense fue incapaz de predecir la velocidad con la que los talibanes se harían con la situación, después de una ofensiva ultrarrápida en todo el país, que tuvo poca resistencia de las fuerzas afganas que los EE. UU. durante años habían estado entrenando, invirtiendo y pertrechando.
“No preveía que fueran días. Pensé que tomarían meses”, dijo el general McKenzie sobre el colapso del ejército afgano
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Por su parte, senadora Jeanne Shaheen dijo a la agencia de noticias Reuters que los legisladores planeaban hacer preguntas puntuales sobre «la falta de coordinación y un plan real sobre cómo íbamos a sacar del pais a todos los afganos que nos habian ayudado durante llos 20 años que duró la guerra».
Si bien el carácter de las críticas en relación con la retirada de Afganistán respondían a la identidad partidaria de los legisladores, los demócratas argumentaron que Trump tiene una gran parte de la culpa, derivada de su acuerdo de retirada inicial con los talibanes, que no incluía al gobierno afgano en el poder en ese momento, ni tampoco requería una resolución política entre las partes en guerra.
Asimismo, los demócratas indicaron que el fracaso de los Estados Unidos en Afganistán responde a su incapacidad para construir un ejército afgano que pudiera hacer frente a los talibanes.