La construcción del sitio se hizo de manera apresurada, similar a las instalaciones militares construidas en la frontera con México, con el objetivo de acelerar la represión y captura de inmigrantes.
En un acto bizarro, típico de villanos de dibujos animados de temática medieval, el ultrarreaccionario presidente de Estados Unidos, Donald Trump, inauguró este martes (01/07) un verdadero centro de concentración para 5 mil inmigrantes en el sur de Florida. En la inauguración, el presidente terrorista afirmó que, en caso de fuga, los inmigrantes podrían ser devorados por animales, ahorrando así dinero en el pago de guardias. «Hay muchos animales que sirven de guardias; ni siquiera hay que pagar», declaró.
El complejo penitenciario está compuesto por contenedores y tiendas de campaña improvisadas. En su interior, las literas estarán rodeadas de barrotes y alambres, y los presos serán vigilados por 200 cámaras de seguridad y más de 400 agentes. La estructura se construyó en un antiguo aeropuerto, ubicado a 60 km de la ciudad de Miami.
La construcción del sitio se hizo de manera apresurada, similar a las instalaciones militares construidas en la frontera con México, con el objetivo de acelerar la represión y captura de inmigrantes.
Los habitantes de Florida, de los cuales más del 21% son inmigrantes, según datos del Migration Policy Institute, protestaron activamente los días 28 y 29 de julio contra la construcción del centro de concentración. Los pueblos indígenas locales también criticaron la construcción porque, además de promover el terror contra los inmigrantes, se superpone con antiguas tierras indígenas.
En otro anuncio ridículo, el sitio web oficial de la Casa Blanca publicó en redes sociales una foto de caimanes con gorras de ICE junto a Trump. Similar a un póster de película de terror , la publicación sugiere que el lugar se eligió para promover el mayor terror psicológico posible entre los inmigrantes. En el anuncio del arresto, el gobernador de Florida y el secretario del Departamento de Seguridad Nacional utilizaron el arresto para chantajear a los inmigrantes, afirmando que podían «autodeportarse» y luego intentar emigrar de nuevo bajo otras condiciones.
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La prisión recibe el apodo de «Alcatraz de los Cocodrilos», en referencia a la antigua prisión de Alcatraz, ubicada en una isla frente a la costa de California, con una alta presencia de tiburones en sus alrededores. En los últimos meses, Donald Trump afirmó estar en contacto con empresarios interesados en contribuir a la renovación del complejo penitenciario de Alcatraz y transformarlo en un verdadero centro de terrorismo contra la población.
En los últimos meses, el gobierno reaccionario de Trump ha enviado a cientos de inmigrantes, entre ellos latinoamericanos, africanos, árabes y asiáticos, a verdaderos campos de concentración ubicados en países como El Salvador, Panamá, Guatemala y Costa Rica, cuyos gobiernos locales, lacayos del imperialismo yanqui, han aceptado el uso de su territorio como centro de concentración.
Inmigrantes congoleños, angoleños, vietnamitas y yemeníes fueron enviados a Costa Rica para ser concentrados en el Centro de Atención Temporal al Migrante, un centro con capacidad para 300 personas que ya ha recibido a más de 200 inmigrantes, incluidos 81 niños. De esta forma, estos países centroamericanos, gobernados por regímenes lacayos de los yanquis, se están transformando gradualmente en campos de concentración para inmigrantes al servicio de Estados Unidos.
Las nuevas cárceles están diseñadas para albergar al enorme contingente de inmigrantes detenidos por el gobierno estadounidense. El 21 de mayo, tras una reunión con los líderes estatales de inmigración, Trump se fijó la meta de arrestar a 3.000 personas al día. Los arrestos a gran escala se intensificaron rápidamente, y durante los primeros diez días de junio, las fuerzas del orden realizaron más de 1.100 arrestos diarios.
Las reacciones fueron espontáneas y casi inmediatas. Indignados por el aumento de secuestros, los habitantes de estados como California y Texas se movilizaron rápidamente y se enfrentaron activamente a las hordas de agentes de ICE y la Guardia Nacional, convocadas por Trump tras la rápida escalada de las protestas.
