El pasado 30 de septiembre el denominado Núcleo Trotskista Internacionalista Cuarta Internacional publicó en su página de internet un comunicado frente al cual es necesario pronunciarnos por la andanada de imprecisiones, ataques y posturas; advirtiendo de entrada que el trotskismo es una variante del oportunismo, cuyas características son las frases vacías “izquierdistas” y una práctica derechista que sirve a la burguesía, como demostraremos.
Yendo al grano, en la parte final del mencionado comunicado, los trotskistas afirman que “la lucha por poner en pie (¿?) la dirección que los explotados colombianos y latinoamericanos necesitan y se merecen, sólo podrá triunfar como parte del combate por un reagrupamiento internacional de las fuerzas sanas del trotskismo”. Una afirmación rimbombante que cualquier lector desprevenido, pensaría de una organización con mucha influencia entre los explotados, cuyos postulados gozan de rigor científico y sus propósitos son radicales y en oposición a la democracia burguesa. Sin embargo, la realidad es otra.
Como es característico en el trotskismo la falta de rigor salta por doquier en su comunicado: ni siquiera saben que el paro histórico que impusieron las masas, por encima de las direcciones de las centrales sindicales, fue el 21 de noviembre de 2019 y se extendió hasta el día siguiente, realidad muy diferente a su afirmación de que fue el 19 de noviembre. Además, afirman que las protestas “amenazaban con sobrepasar los diques de contención de las direcciones burocráticas”, cuando la realidad, fue que sobrepasaron y con creces los límites que intentaron imponer los jefes traidores (no solo burócratas) de las centrales sindicales y demás fuerzas conciliadoras en la dirección del Comité Nacional de Paro, en contubernio con el régimen uribista de Duque. Esto solo para ubicar al lector y demostrar que a dicho grupo le pueden más las ganas de criticar sin fundamento para sabotear, que hacerlo de forma rigurosa para impulsar verdaderamente la lucha popular y revolucionaria.
Después, y no de menos importancia, atribuyen la causa de la “violencia sistemática contra los explotados” a la “derrota y el desvío de la Revolución Latinoamericana (¿?) a través de la estafa de la Revolución Bolivariana” y a la “política de colaboración de clases de las direcciones reformistas agrupadas en el Foro Social Mundial”. Una actitud muy poco autocrítica por parte de un sector que se autodenomina como una fuerza sana y como parte de “la dirección que los explotados colombianos y latinoamericanos necesitan y se merecen”. Los trotskistas del Núcleo buscan la fiebre en las cobijas. ¿Acaso esperan los señores del Núcleo que sectores de la burguesía y de la pequeña burguesía se maniaten y no hagan su trabajo de conciliación y concertación de clases como históricamente lo han hecho? Ellos hacen lo que saben y consideran deben hacer para defender sus intereses de clase, en este caso, tergiversar la experiencia histórica del Socialismo Científico para implantar donde puedan la caricatura del “Socialismo del Siglo 21” que no le da poder real a las masas populares, que denigra de la Dictadura del Proletariado, de la violencia como partera de la historia y que al final es un salvavidas para el moribundo capitalismo imperialista.
Basta de lloriqueos por lo que hagan las demás clases en el Foro Social Mundial u otros organismos que le salvan la vida al capital. Si el terrorismo de Estado, la opresión contra la mujer y la niñez, la superexplotación, el desplazamiento forzado y demás lacras del sistema han avanzado, es porque las fuerzas revolucionarias, el elemento consciente no ha hecho con la fuerza, audacia e intensidad suficiente el trabajo que debe hacer, el cual es organizar la revolución proletaria mundial, empezando por construir fuertes Partidos Comunistas en los países donde no existan, dirigir con la táctica revolucionaria los levantamientos espontáneos de las masas para que sirvan a la estrategia de avanzar en los preparativos de la Guerra Popular en cada país y en la construcción de la nueva Internacional Comunista. Qué fácil es recitar y decretar artificialmente“¡Que empiece la revolución!” como titulan su comunicado, o que “Hay que preparar una huelga general revolucionaria y una insurrección triunfante”, ¡sin agrupar las fuerzas revolucionarias que habrán de organizar la revolución! Qué fácil es responsabilizar a las demás clases y dejar en limpio a los regímenes y gobiernos criminales, ¡mientras no se hace una autocrítica sincera y con los correctivos necesarios e inmediatos para avanzar en serio hacia la Revolución Proletaria Mundial!
Luego repiten una mentira varias veces para justificar sus ataques. Dice el Núcleo, que tanto el Bloque por el Paro General Indefinido (BPGI) en el que participa Revolución Obrera, voz de la Unión Obrera Comunista (mlm), que frente al régimen de Duque -y esta es la mentira- “plantea[n] que a Duque se le derrota (…) con un ‘paro general indefinido’”; la repiten cuando afirman que “No se puede hablar tan livianamente, y menos en Colombia, de ‘un paro general indefinido’ para derrotar a Duque” . Vuelven a repetirla diciendo que “Los estalinistas maoístas de la Unión Obrera Comunista también se niegan a plantear la necesidad inmediata de armar al proletariado y se limitan a plantear, […] que a la violencia estatal y paramilitar se la derrota con ‘la denuncia, los bloqueos y la movilización en las calles’” citando un artículo publicado en nuestro Portal Digital usándolo con mala intención para justificar su mentira. Y de remate, de forma mentirosa y rebuscada aseguran que “Todas estas organizaciones (en la que incluyen a la UOC (mlm)) se niegan a plantear una perspectiva revolucionaria para las masas que se sublevan enfrentando a las fuerzas represivas y lo más avanzado que proponen es un ‘paro nacional indefinido’”.
La mentira y la calumnia no es de revolucionarios y mucho menos de comunistas: ¿por qué dicho Núcleo no cita un solo documento de la UOC (mlm) o del BPGI donde se afirme que “a Duque se le derrota con el Paro General Indefinido”? La respuesta es sencilla: ¡porque no existe tal exabrupto! La UOC (mlm) participa en el BPGI porque considera que este instrumento surgido de los combates de noviembre del 2019 hace parte de la táctica revolucionaria que favorece o hace avanzar la estrategia. Para más claridad, es necesario decir que desde hace años en Revolución Obrera se ha hecho propaganda sobre la necesidad de organizar la Huelga Política de Masas que hoy toma la forma de un Paro General Indefinido, no porque se pretenda derrotar con ella al otrora régimen de Uribe o al gobierno de Santos o al actual gobierno títere de Duque, ¡no! Lo que se ha dicho de diferente forma es que la Huelga Política de Masas, obedece al ascenso de la lucha de masas en el país, a la tendencia a radicalizar tanto en forma como en contenido los levantamientos populares que surgen contra las medidas antiobreras y antipopulares de los diferentes regímenes y gobiernos que administran por determinado tiempo los negocios de la burguesía; y que el Paro General Indefinido debe tener como objetivos, por un lado, echar para atrás las medidas del régimen en contra de las masas; conquistar más y mejores reivindicaciones para las masas populares; que esas victorias sirvan para que el pueblo pueda dar en mejores condiciones materiales la lucha contra la dictadura de las clases dominantes y el Estado burgués-terrateniente, especialmente, para impedir la degradación física y espiritual de la clase obrera, así como parte de la acumulación de fuerzas, escuela de lucha y entrenamiento con miras a la insurrección y la instauración del Socialismo en Colombia, como parte de la Revolución Proletaria Mundial.
Como bien se dijo sobre la vigencia de las Huelgas Políticas de Masas en Revolución Obrera: “exige que se le preste atención a lucha de las masas teniendo en cuenta que los cambios en la situación, especialmente la agudización de las crisis económicas y políticas, destacan nuevas formas de defensa y ataque, correspondiendo a los comunistas generalizar, organizar y hacer conscientes las formas de lucha que preparen a las masas para formas superiores de lucha (la guerra popular) y acerquen el movimiento a sus objetivos estratégicos: la destrucción del viejo Estado de los explotadores y la instauración del nuevo tipo de Estado que garantice la emancipación de los trabajadores. Tal debe ser la actitud de los comunistas frente a las Huelgas Políticas de Masas”.
Sin embargo, esa no es la única mentira y calumnia de los señores del Núcleo. Con cinismo plantean que la UOC (mlm) “también se niegan a plantear la necesidad inmediata de armar al proletariado y se limitan a plantear, […] que a la violencia estatal y paramilitar se la derrota con ’la denuncia, los bloqueos y la movilización en las calles’”. ¿Qué dice exactamente el artículo una pequeña columna de Agitación Política Viva- citado por el Núcleo?: “¡Frente al terror estatal que asesina al pueblo en medio de la impunidad de la justicia burguesa, hay que redoblar la denuncia, los bloqueos y la movilización en las calles! ¡Hay que juntar todas las iniciativas y esfuerzos avanzando en la preparación del Paro General Indefinido! ¡Hay que prepararse para construir una sociedad donde las masacres contra el pueblo sean cosa del pasado, donde las armas estén en sus manos y con ellas garantice acabar con las causas de las guerras: la propiedad privada y las clases sociales!” Como se puede ver, tampoco acá se habla de derrotar la violencia estatal y paramilitar a punta de denuncias o bloqueos, como falsamente afirma el Núcleo en su afán de tergiversar y desprestigiar a sus contradictores. En la columna citada que hace referencia a una serie de masacres contra el pueblo, que de por sí es limitada por el carácter que tiene, se afirma que éstas deben ser detenidas con la lucha popular, como se afirma desde el título mismo, todo con miras a preparar el Paro General Indefinido que sirve a la estrategia del proletariado revolucionario, el Socialismo, único sistema económico y político que le garantiza al pueblo la posesión de las armas en sus manos, el armamento general del pueblo o el pueblo en armas.
Al día siguiente del citado artículo –septiembre 23- se publicó en un Editorial de Revolución Obrera lo siguiente, a propósito de las lecciones del levantamiento contra los CAI de la policía el 9 y 10 de septiembre: “La segunda lección fundamental tiene que ver con la necesidad de preparar las fuerzas populares para el combate. (…) Por consiguiente, plantearse seriamente la necesidad de construir un nuevo Estado y nuevo orden de cosas al servicio del pueblo, lleva implícita la necesidad de derrotar y aniquilar el pilar central del Estado burgués: las fuerzas militares y paramilitares. En las condiciones actuales de la lucha de clases y del período de preparación y organización de las fuerzas para las batallas decisivas, surge la necesidad de construir las fuerzas armadas populares. Preparación que ahora exige: En primer lugar y tarea más importante, construir y generalizar los Grupos de Choque (…) En segundo lugar, y sin ser esta la tarea principal, empezar a construir la Guardia o Milicia Popular; que en momentos como los del 9 y 10 de septiembre, es decir, en las acciones militares ofensivas contra las fuerzas de la reacción, se propongan desarmar a los policías y se encarguen de liquidar físicamente a quienes disparen contra las masas.”. Por lo tanto, los ataques rastreros de los señores del Núcleo son totalmente falsos, se caen de su peso si se confrontan con lo que dicen y están haciendo los comunistas de la UOC (mlm).
Después de leer el artículo del Núcleo, cualquiera pensaría que propondrán una salida revolucionaria a la crisis política, económica y social actual que azota al pueblo colombiano y mundial. Sin embargo, las salidas que propone el Núcleo son ridículas: “¡Disolución del ESMAD, los CAI, la Policía Nacional de Colombia, los servicios de inteligencia y demás fuerzas represivas!” Lo cual no son más que lloriqueos al Estado de dictadura burgués-terrateniente cuyo pilar central sobre el que descansa todo su poder, es precisamente el aparato represivo militar y es de ilusos que van a renunciar a ello por las buenas. Hacerlo implicaría que las clases enemigas del proletariado renuncian al esqueleto sobre el que han construido todo su poder político y garantiza su poder económico. Esta prédica reaccionaria levantada por el Núcleo, busca condenar a la pasividad a las masas populares incitándolas a confiar en que las clases asesinas van a tener un instante de benevolencia, para disolver por arte de magia las fuerzas armadas con las que garantizan su poder en la sociedad. Una orientación ridícula que no tiene punto de comparación con la enarbolada por los marxistas leninistas maoístas: ¡Destrucción violenta del viejo Estado de los explotadores y construcción sobre sus ruinas del nuevo Estado de obreros y campesinos!
Los señores del Núcleo claman “¡Por una revolución agraria que expropie a los terratenientes! ¡Nacionalización sin indemnización del suelo y reparto agrario! ¡Por una Asamblea Nacional Constituyente que rompa con el imperialismo y resuelva el problema de la tierra!” Revolución agraria que no es compatible ni con los intereses del proletariado, ni con el análisis de la realidad del país, ya que en Colombia el problema de la tierra es el de la explotación capitalista de la agricultura, el de los monopolios agroindustriales y la minería a gran escala que explotan mano de obra barata en el campo y que acaparan las mejores tierras. La “revolución agraria” es una reivindicación burguesa que no se corresponde a la realidad colombiana donde el capitalismo ya está desarrollado en el campo y el tal “reparto agrario” en realidad significaría darle tierra a los capitalistas ¡que ya tienen! Una medida opuesta a la “nacionalización” que proponen.
Por el contrario, los revolucionarios proletarios levantan como medida del Estado proletario no solo la nacionalización de la tierra sino: “Expropiar y confiscar sin indemnización la tierra: de los terratenientes, de las instituciones religiosas, de las concesiones dadas al imperialismo, de la burguesía industrial y comercial en el campo; y si se oponen a la revolución, también la tierra de los campesinos ricos”. Medida que va ligada, entre otras a: “Dejar en estricto usufructo la tierra de los campesinos medios (pequeña burguesía agraria) y de los campesinos pobres (semiproletarios). En determinados casos, entrega en posesión de una parte de la tierra confiscada”.
Pero aparte de estar desfasados de la realidad, el interés de estos “radicales” es, en el fondo, hacer un acuerdo con las clases anti-imperialistas, reunirlas en una Asamblea Nacional Constituyente y también por decreto y sin el uso de la violencia revolucionaria de las masas, romper con el imperialismo y resolver el problema de la tierra. Es decir, su salida no es revolucionaria proletaria, sino burguesa y “anti-imperialista”. Por ello caracterizan al de Duque como un “régimen semi fascista”, una justificación para aliarse con sectores de la “burguesía nacional” que no existe en el país, para “enfrentar” en una Constituyente al régimen y al imperialismo. En eso termina toda su crítica rastrera y carente de verdad a los revolucionarios: apelar a un mecanismo de la democracia burguesa para ilusamente y de forma reaccionaria dizque resolver el problema del imperialismo y la tierra. Por lo tanto, si para ellos, eso resuelve el problema, queda claro que sus llamados a preparar la “huelga general revolucionaria” y la“insurrección triunfante”, es palabrería y frases muertas frente a sus reales propósitos de buscar en la democracia burguesa la supuesta solución a los problemas del pueblo.
Las masas populares se encuentran en lucha contra el régimen uribista de Duque y este 21 de noviembre se avecina un nuevo capítulo en el cual se tensan las fuerzas por hacerlo retroceder. Que esa jornada de lucha sirva para agrupar las fuerzas, vincular a las tareas por la Construcción del Partido del proletariado y de una nueva Internacional Comunista a los obreros, campesinos e intelectuales revolucionarios, para alumbrar el camino de la lucha revolucionaria, que conduzca a las masas populares a quitarse de encima el pesado yugo del capitalismo y a la victoria del Socialismo y el Comunismo en toda la tierra.
Finalmente, como se dijo al principio, el trotskismo es una variedad de oportunismo que tiene entre sus características una rimbombante fraseología “izquierdista” que esconde su esencia y práctica derechista; y aun cuando no era el propósito de desnudar en toda su dimensión el peligro que representa, es necesario finalizar con unas palabras: por su naturaleza, el trotskismo JAMÁS ha dirigido una lucha importante del proletariado. Su “cuarta internacional” es un muerto real que solo vive en la imaginación trotskista; sin embargo, sí fue un esperpento maltrecho creado por Trotsky y sus secuaces para aliarse con la reacción en contra de la URSS y del comunismo como demuestran los hechos históricos de ascenso del fascismo.
Según Trotsky: “La burocracia del Komintern, de acuerdo con la socialdemocracia, hacen todo lo posible por transformar a Europa y hasta el mundo entero en un campo de concentración fascista… El Komintern ha creado una de las condiciones más importantes para la victoria del fascismo. Por ello, para acabar con Hitler es necesario acabar con el Komintern…” Tales eran sus contrarrevolucionarios “consejos” al movimiento obrero en 1934 en pleno ascenso del fascismo. Por ello Trotsky y sus secuaces se sumaron a las huestes de la traidora socialdemocracia que, supuestamente, se “estaba desplazando a la izquierda” en aquellos años, y terminaron colaborando con el fascismo. Los hechos son los hechos y el avance de la construcción del socialismo en la URSS, el triunfo del proletariado en la Segunda Guerra Mundial y la creación del campo socialista mostró que el marxismo leninismo tenía la orientación correcta y no el trotskismo. Las piedras levantadas por Trotsky contra Stalin y contra nosotros, los seguidores de Lenin, Stalin y Mao Tse-tung, han caído sobre sus propios pies. Bien les cae la frase de su maestro a los trotskistas: “usurpadores del estandarte de Lenin, organizadores de derrotas y capitulaciones y corruptores de la vanguardia