8M EN DEFENSA DE LOS INTERESES DE LA MUJER TRABAJADORA: ¡COMBATAMOS LA LEY BURGUESA!

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ITAIA

«Aunque cada vez más mujeres a altos cargos, las mujeres trabajadoras vivimos una extrema proletarización»

Es destacable -apuntas desde la organización socialista de Mujeres Itaia – que el gobierno «más progresista y feminista» de la historia del Estado español esté haciendo declaraciones a favor de la transición feminista en el mundo empresarial, en un momento en el que las condiciones de vida de las mujeres más proletarizadas son cada vez más penosas (…).

   Por ITAIA-ORGANIZACIÓN SOCIALISTA DE MUJERES PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-


   Es de gran importancia política poner en primer plano la denuncia en contra de la miseria diaria que sufre la mujer trabajadora. No hemos parado de repetir que el modo de vida de las mujeres trabajadoras es consecuencia de la realidad social.

   Dicho de otra manera, el papel que desempeñamos en cuanto a las funciones reproductivas que se nos asignan limita nuestra participación en la producción social y nos vuelve económicamente dependientes de las instituciones burguesas, a lo que se suma el aislamiento social que conlleva dicha carga de trabajo. Esto salta a la vista al observar los niveles de paro, las relaciones laborales precarias, el cuidado de la familia, el sentimiento de soledad y el carácter dócil que mostramos las mujeres trabajadoras.

«El gobierno hace declaraciones a favor de la transición feminista  en el mundo empresarial en un momento en el que las condiciones de vida de las mujeres más proletarizadas son cada vez más penosas»

   Cuando decimos que la situación de miseria en la que nos encontramos las mujeres trabajadoras es consecuencia de la realidad social, como quiera que esta sociedad está dividida en clases, nos referimos a que la opresión de las mujeres está subordinada a la acumulación de capital, siendo esta ley la fuerza motora de la sociedad burguesa. Por tanto, la explotación de la clase trabajadora, y la opresión de la mujer trabajadora en concreto, son el sustento de la clase burguesa, de tal modo que hablar de la mujer como categoría universal pierde sentido, puesto que une a dos sujetos de carácter antagónico.

   Vemos a diario que, aunque estén llegando cada vez más mujeres a altos cargos, las mujeres trabajadoras estamos viviendo una extrema proletarización de nuestro modo de vida.

   A lo largo de la historia, dicho modo de vida ha adoptado diversas formas. Por mucho que en los comienzos del capitalismo la mujer fuera excluida de la producción social, su desarrollo la ha incorporado al mundo laboral, y esto ha servido para crear las condiciones económicas para su emancipación. Aunque muchos hayan visto en ello la posibilidad de que la opresión desaparezca, no ha resultado así; solamente ha cambiado de forma.

«Debemos seguir trabajando en la construcción de la solidaridad entre las mujeres trabajadoras, en la mejora de nuestras condiciones de vida y de trabajo, y en el desarrollo de nuestras capacidades políticas»

   Sin embargo, participar en el mundo laboral ha permitido a la mujer trabajadora ser más consciente de su situación y desarrollar su posición en cuanto a los derechos civiles y políticos. Ejemplo de ello es el auge del feminismo a partir de la década de los 70, a medida que la mujer se iba incorporando de forma generalizada al mundo laboral.

   En este contexto, el capital necesita controlar los movimientos de masas que han surgido frente a las opresiones que ejerce para garantizar sus intereses. Para ello, le resulta imprescindible integrar a la lógica del Estado los movimientos de masas que se forman ante las divisiones sociales generadas  a través de las opresiones. Esto muestra una tendencia a integrar ciertos sectores sociales en la ciudadanía universal. Un ejemplo de ello es la oportunidad que han tenido las mujeres de la clase media para liberarse de sus funciones sociales, definiendo su voluntad política egoísta y reaccionaria.

   De este modo debemos entender el intento de radicalidad que escenifican en nombre del feminismo tanto las instituciones burguesas como los partidos políticos institucionales, siendo estos agentes del Estado. La voluntad de las instituciones consiste en representar a las mujeres oprimidas en las instituciones burguesas, es decir, en integrar a la mujer en el capitalismo. No asumen el compromiso de superar la opresión de la mujer trabajadora, solo pretenden que la mujer se sienta representada en el seno de la ley burguesa.

   En este sentido, proclaman a los cuatro vientos consignas para blanquear su rostro, y los complementan con herramientas y leyes del estilo. Porque, en realidad, aceptan una y otra vez medidas para mantener a la mujer trabajadora oprimida. Es destacable, por ejemplo, que el gobierno más progresista y feminista de la historia del Estado español esté haciendo declaraciones a favor de la transición feminista que se puede poner en marcha en el mundo empresarial en un momento en el que las condiciones de vida de las mujeres más proletarizadas son cada vez más penosas.

   Como se ha mencionado, la situación de las mujeres más proletarizadas no ha conseguido ninguna mejora a lo largo del desarrollo del capitalismo: nuestra vida aún está definida por relaciones laborales lamentables y por la carga de trabajo familiar, a lo que debemos añadir, además, el empeoramiento de las condiciones de vida como consecuencia de la crisis.

   Ante esta situación, resulta de especial urgencia desarrollar una propuesta basada en los intereses de las mujeres trabajadoras. Nos corresponde abandonar aquellas que favorecen los beneficios de unos pocos sectores para garantizar los intereses económicos de la clase propietaria, y desarrollar una propuesta que tenga como base el principio de universalidad.

   En este sentido, es imprescindible que las mujeres trabajadoras se conviertan en un activo militante como parte fundamental del sujeto revolucionario, por lo que es de vital importancia la lucha contra la ley burguesa que mantiene la opresión y contra los agentes que expresan su voluntad.

   Asimismo, debemos seguir trabajando en la construcción de la solidaridad entre las mujeres trabajadoras, en la mejora de nuestras condiciones de vida y de trabajo, y en el desarrollo de nuestras capacidades políticas e integración de las mismas en el seno de la organización comunista. Sólo esto puede crear las condiciones para definir nuestro futuro al margen de las formas que nos vienen dadas.

https://canarias-semanal.org/art/29924/8m-en-defensa-de-los-intereses-de-la-mujer-trabajadora-combatamos-la-ley-burguesa

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