FOGARATE
RAMÓN COLOMBO
Así como la vemos: chiquita y con carita de niña siempre sonreída, como si no rompiera un
plato; ciudadana común entre la gente, sea en la calle, el parque, la librería o el
supermercado; con su trato de buena amiga, respetuosa y sencilla; sin discursos de gran
retórica ni citas librescas…Así como la vemos, durante los últimos cuatro años, esa mijijita
ha sido la voz más alta en la Cámara de Diputados, la más valiente, la que más entuertos ha
denunciado, la más firme demandante de soluciones claras. ¡Cuánto necesitamos una voz
así en el Senado!…(Obviamente me parcializo con Faride Raful).