FOGARATE
RAMÓN COLOMBO
Hoy, orgullosa primera Capital de América, debo decirte nuevamente que te amo. A pesar de la violencia de tu piel de asfalto. Te amo. A pesar del cemento que rompe tu breve cintura vertical. Te amo. A pesar del humo que invade tu verde cabellera. Te amo. A pesar del olvido intencionado de tu propia historia. Te amo. A pesar del publicitario neón que ofende tus piedras centenarias. Te amo. A pesar de los gritos consumistas que hieren tu conciencia en los tejados. Te amo. A pesar del llanto y la miseria. Te amo. A pesar de tu absurdo desbordamiento de opulencia. Te amo…Hoy, Santo Domingo mía (no de ningún Guzmán), quiero decirte nuevamente que te amo.