Era domingo y la tarde, brillante y espléndida, se convirtió en un dolor de cabeza para los conductores que decidieron cruzar la calle C. Mayor E. Valverde (la de los Ferreteros) en rojo para tomar la avenida Máximo Gómez: los agentes de la Digesett los multó uno por uno.
Como ellos, muchos conductores se van en rojo porque es de noche, nadie viene del otro lado, “da tiempo para cruzar”, están tarde y muchas otras excusas injustificables que se traducen en temeridad, desorden y accidentes viales.
Aunque es imposible multar a todos los que violan los semáforos y las señales de tránsito cada día en nuestras calles porque se necesitaría multiplicar a la enésima potencia la cantidad de agentes, es un buen indicio que se esté comenzando a aplicar la ley en algunas intersecciones.
Reeducar a los conductores será difícil en una selva en la que saltarse las normas se apluade porque “te la comiste” y eres un “montruo” al rebasarle a los demás y no ser tan pendejo de hacer la fila que los ciudadanos más cívicos sí hacen aunque les moleste que vengan esos avivatos a ponerse delante so pena de chocarles.
La batida que anunció la ministra Faride Raful contra los violadores de la ley será ardua. Ojalá consiga imponer el orden y controlar el caos. Sería enorme legado.
