Absorta, ella lavaba en la parte transera de su casa cuando de repente vio a su exmarido entrar. Minutos después sintió el olor a gasolina, se dio cuenta de que había un fuego incipiente, tomó a sus dos niñas y salió de la casa.
Hoy, producto de ese intento de homicidio, Alexander de la Cruz Zabala está en La Victoria donde purgará apenas cuatro años de cárcel. ¡Eso vale la vida de su exposa y sus dos hijas para los jueces del Tercer Tribunal Colegiado de Santo Domingo Oeste!
El caso de esta mujer, cuyo nombre fue omitido en la nota que enviaron informando que la “Fiscalía del distrito judicial Santo Domingo Oeste logró una condena”, nos dice qué tan mal estamos: una condena de cuatro años es un logro, a pesar de que fue un intento de homicidio.
Esta realidad muestra que debemos insistir en la modificación del Código Penal, que duerme en el Congreso a causa de las tres causales. ¿Hasta cuándo esperaremos?
Las estadísticas de la Fiscalía del Distrito Nacional gritan cuál es la dimensión del problema: en los primeros 9 meses del 2020 recibió 3 mil 373 denuncias de violencia de género e intrafamiliar, es decir, que fueron 375 cada mes y 12 cada día (por tanto, ¡2 cada hora!).
¿Se imaginan ustedes la cantidad de denuncias diarias que se recibirán en todo el país? ¡Da grima imaginarlo!
Vale recordar que en el 2018 un informe del BID arrojó que el 68.8% de las mujeres de más de 15 años había experimentado algún tipo de violencia en RD. Eso implica que 7 de cada 10 mujeres ha sufrido alguna vez. Algo está fallando y hay que remediarlo. Urge, de verdad.