Voces y ecos
RAFAEL PERALTA ROMERO
rafaelperaltar@gmail.com
Especial para Quisqueyaseralibre.com
Cuando se dio a conocer el pasado viernes el otorgamiento del
Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado, ferviente
luchadora por la democracia venezolana, ni me alborocé ni gruñí.
Escribí en Facebook: “El Nobel de la Paz a María Corina es guerra
a la dictadura madurista. Es la alegría de Venezuela. Sea nuestra
alegría”.
En poco tiempo, apareció la descontrolada reacción de Maduro y
sus beneficiarios. Soltaron su rezongo y para nada ocultaron -o
no pudieron ocultar- la desazón que le causaba el laudo del
Comité Noruego del Nobel. Pese a la capacidad histriónica
mostrada en otras circunstancias, no pudieron fingir indiferencia.
Para proclamar ante el mundo su enfado, el dictador dictó cerrar
su embajada en Noruega, pues en ese país se falla y entrega el
galardón, mientras los de literatura y ciencias tienen sede en
Suecia. El cierre de una embajada puede conducir al
rompimiento de relaciones entre dos Estados.
Parece paradójico, el berrinche del dictador muestra una veta de
aliento político. El reconocimiento a la lideresa venezolana ha
provocado turbulencias en el ánimo de Maduro, y eso es bueno.
Así se acerca al modo de vida que su gobierno ha proporcionado
al pueblo venezolano. Quien sojuzga a su pueblo no merece vivir
en paz.
Mientras los voceros de Maduro insisten en desmeritar el Premio
Nobel de la Paz, la opinión mundial sigue viendo en el galardón
un apoyo a quienes se esfuerzan por el mejoramiento de la
convivencia humana. Esto incluye la participación política como
una prerrogativa fundamental. Los gobiernos autocráticos están
contraindicados.
Respecto del Nobel a Machado, el Consejo de Derechos
Humanos de la ONU ha considerado “una oportunidad para
recordar a las víctimas y su derecho a la justicia, así como para
redoblar todos los esfuerzos necesarios en la lucha contra la
impunidad, la protección de los derechos civiles y políticos de
todas las personas en Venezuela…”.
Nayib Bukele, presidente de El Salvador, felicitó a María Corina
y al valiente pueblo venezolano por el Premio. Opinó que el
reconocimiento simboliza el profundo anhelo de libertad, el
sueño de una Venezuela democrática y el compromiso de
construir un futuro digno para todos…
Algo similar hizo el artista y político Rubén Blades: “Felicitamos a
María Corina Machado por haber sido galardonada con el Premio
Nobel de la Paz como reconocimiento a su valor y a su labor
oponiéndose a la dictadura de Nicolás Maduro”. El Nobel de la
Paz es guerra para la dictadura madurista.