Por Amy Goodman y Denis Moynihan
Israel está utilizando el hambre como arma de guerra, imponiendo una hambruna a los más de dos millones de palestinos atrapados en Gaza, un millón de los cuales son niños. Veintisiete niños ya han muerto de hambre desde que el Ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, declaró el 9 de octubre: «No habrá electricidad, ni comida, ni combustible, todo está cerrado… Estamos luchando contra animales humanos».
El 1 de abril, Israel atacó un convoy humanitario de World Central Kitchen con tres ataques separados con misiles mientras se encontraba en una ruta llamada «sin conflicto» en Gaza, matando a siete de los trabajadores del grupo de ayuda mientras coordinaban la entrega de cientos de toneladas de alimentos.
«Desafortunadamente, el último día hubo un caso trágico en el que nuestras fuerzas atacaron involuntariamente a personas inocentes en la Franja de Gaza», dijo el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en un mensaje de vídeo. «Sucede en la guerra».
El chef de renombre mundial José Andrés, fundador de World Central Kitchen, que ha trabajado en muchas zonas de conflicto, contó una historia diferente. Dijo que el convoy había coordinado su ruta con el ejército israelí. Dijo a Reuters: «Fueron atacados sistemáticamente, coche por coche… a nosotros nos atacaron deliberadamente, sin parar, hasta que todos murieron en este convoy».
El periódico israelí Haaretz publicó una cronología del ataque, describiendo al menos tres ataques con misiles. Después del primer ataque, informó Haaretz, “se vio a algunos de los pasajeros saliendo del automóvil después de que fuera impactado y cambiando a uno de los otros dos… segundos después, otro misil impactó su automóvil”. Entonces, “se acercó el tercer vagón del convoy y los pasajeros comenzaron a trasladar en él a los heridos que habían sobrevivido al segundo ataque para ponerlos a salvo. Pero entonces les alcanzó un tercer misil”.
Los trabajadores de World Central Kitchen asesinados eran Saifeddin Issam Ayad Abutaha, de 25 años, de Palestina, Zomi Frankcom, de 43 años, de Australia, Damian Soból, de 35 años, de Polonia, Jacob Flickinger, de 33 años, con doble ciudadanía estadounidense y canadiense y tres veteranos militares británicos que proporcionaban seguridad: John Chapman, 57 años, James Henderson, 33 y James Kirby, 47.
Por supuesto, estos no son los únicos trabajadores humanitarios asesinados hasta ahora en Gaza. Jamie McGoldrick, Coordinador Humanitario de la ONU para el Territorio Palestino Ocupado, declaró: “Hasta el 20 de marzo, al menos 196 trabajadores humanitarios habían sido asesinados en el Territorio Palestino Ocupado desde octubre de 2023. Esto es casi tres veces el número de muertos registrado en cualquier conflicto. en un año… No queda ningún lugar seguro en Gaza”.
La gran mayoría de los muertos eran palestinos que trabajaban para la UNRWA , la principal agencia de ayuda de la ONU en Gaza. La revista +972 informó esta semana que el ejército israelí ha estado utilizando sistemas de objetivos impulsados por IA, uno llamado «Lavender» y otro llamado «¿Dónde está papá?» que “atacó sistemáticamente a las personas objetivo mientras estaban en sus hogares, generalmente por la noche, mientras sus familias enteras estaban presentes”. De este modo, familias enteras quedan exterminadas.
José Andrés criticó el envío de “armas proporcionadas por Estados Unidos, no para defender al propio Israel de los ataques con misiles, sino simplemente armas que están matando a civiles”, dijo José Andrés a Reuters. “Creo que la mejor y única manera de avanzar es tener esperanzas de un acuerdo de paz que al menos permita a las partes comenzar a hablar. No diré que seguiremos bombardeando a cada persona que se mueve dentro de Gaza, matando a cada niño. Y si no los matas con bombas, los matas de hambre por falta de alimentos”.
Neve Gordon, israelí de tercera generación, es profesor de derecho internacional en la Universidad Queen Mary de Londres y vicepresidente de la Sociedad Británica de Estudios de Oriente Medio. En un artículo reciente del New York Review of Books titulado “El camino hacia la hambruna en Gaza”, escribió:
“Como la mayoría de las hambrunas, también es producto de una historia más larga. Desde 1967, cuando Israel ocupó por primera vez la Franja de Gaza, ha controlado la canasta de alimentos palestina, diseñando la ingesta nutricional de sus habitantes y utilizando los alimentos como arma para controlar a la población. Durante décadas, Israel ha dañado sistemáticamente la capacidad de la Franja de producir sus propios alimentos, disminuyendo su acceso al agua potable y a alimentos nutritivos. Comprender estas políticas a largo plazo es crucial para dar sentido a la hambruna que se está desarrollando actualmente en Gaza”.
World Central Kitchen ha suspendido su trabajo en Gaza, donde la hambruna impuesta por Israel está empeorando. El chef Andrés se emocionó en su entrevista con Reuters. “Parece que esto ya no es una guerra contra el terrorismo. Parece que es una guerra contra la propia humanidad. No se puede destruir todos los edificios. No se puede destruir cada hospital, cada escuela. No se puede atacar a los trabajadores humanitarios. No se puede apuntar a los niños. No se puede luchar contra las bases de lo que la humanidad debería defender”.
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