Especial para Quisqueyaseralibre.com
Joaquín Balaguer Ricardo, escritor y estadista dominicano
El título de este escrito confirmará a muchos de quienes me lean que es verdad que siempre se ha querido fusionar las dos naciones de la isla de Santo Domingo o Española, por lo que existe una conspiración internacional para ello. Confirmará quien es antipatriota y traidor; quien es «sargento político del haitianismo»; confirmará que hay un plan diáfano de invasión pacífica por la frontera para desvertebrar la cultura dominicana de «herencia hispánica», y que a la postre terminaremos hablando creol y perdiendo la patria y la dominicanidad.
Confieso que el encabezado es una provocación con algo de guasa dirigido a quienes creen y difunden todo eso: a otroras izquierdista-revolucionarios, los más radicales de su época, que ahora no son solidarios; a supuestos apolíticos que compran esos discursos que no son nada apolíticos y a gente con buenas intenciones confundidas pese a sus capacidades intelectuales y académicas; todos hacen de tontos útiles de la propaganda ultraderechista. Y, ¡rianse!, el título de mi artículo no es mas que la reproducción del encabezado del último capítulo del libro La Isla al Revés del expresidente y escritor dominicano Joaquín Balaguer.(1) Para ser más preciso, el rótulo de Balaguer versa así: HACIA LA CONFEDERACION DE AMBOS PUEBLOS. *(LIAR,223)
Joaquín Balaguer con el dictador Rafael L. Trujillo del que fue ministro en varias ocasiones, «un cortesano de la era de Trujillo» como el mismo se autodenominó en sus memorias.
¿De qué va la obra? El subtítulo lo clarifica sobradamente: Haití y el Destino Dominicano.
La Isla al Revés pretende demostrar que los haitianos sólo pueden aportar cosas negativas a los dominicanos, de hecho ya lo han hecho en el pasado. Balaguer parte de una premisa fundamental: la raza, y como todo dominicano de la actualidad, niega el racismo anti-haitiano, pero todo lo que esgrime como argumento nunca puede separarlo del factor racial, aunque hace esfuerzos por convencer que no, aspectos que más adelante iremos descubriendo y desenmascarando. Para él, ser español y dominicano es una simbiosis, pero esa asociación hoy va en franca «disminución de sus caracteres somáticos primitivos» lo cual «es sólo el signo más visible de la desnacionalización del país que va perdiendo poco a poco su fisonomía española»(LIAR,45)
Entonces, el lector se preguntará cómo es posible que tras esos postulados Balaguer proponga tal desafuero, tal tropelía, y nunca haya sido tildado de traidor; él, uno de los teóricos de Trujillo que elaboró toda es ideología racista de la Era. ¡Una confederacion domínico-haitiana, una constitución común! Confieso que tal giro deja estupefacto a cualquiera, pero Joaquín Balaguer Ricardo no fue un idiota e ignorante, por lo que su propuesta da pie a pensar que trae un as bajo la manga, que aquí hay truco y unas razones que debemos desentrañar.
El libro de Balaguer, pese a su primera fecha de publicación(1983), hoy cobra gran importancia su relectura por la agresividad con la que los dominicanos tratamos la problemática haitiana. Es importante y relevante porque ha sido uno de los últimos que ha escrito en el siglo xx la intelectualidad pro-hispanista.(2) No fue hasta la época del dictador Trujillo cuando la concepción anti-haitiana se sistematizó de una manera asombrosa. Una serie de intelectuales cumplieron esa misión desde diferentes áreas. Manuel Arturo Peña Batlle creando discursos históricos como Orígenes del Estado Haitiano; Francisco Ortea haciéndolo como estudioso de la lengua en El Lenguaje Castellano Sustituido por el Patois y claro, Joaquín Balaguer con diferentes obras.
Luego, los diferentes contenidos intelectualizados de esos estudiosos fueron llevados a la prensa, a los políticos, periodistas, profesores y religiosos que se encargaron de acomodarlo para que las masas lo asimilasen y lo hicieran como propios. Y fue logrado ese objetivo.
A finales de siglo xx se plagia esa propaganda trujillista con La isla al Revés y con el mismo modus operandi de la tiranía perpetuándose hasta lo que va de siglo xxi. Es el mismo y viejo discurso que se activó a partir de 1930. Una gran mayoría del pueblo dominicano y diferentes estratos sociales, sin jamás haber leído su texto, repiten sus contenidos, calcados a pie juntillas, de boca en boca, hoy con las facilidades, rapidez, profusión y grandilocuencia que ofrece internet en el que cada uno se erige gran patriota chauvinista, propagandista entusiasta, pseudo-periodista y medio de información o desinformación.
El Dr.. Manuel Núñez Asencio, posterior a Balaguer
escribió El Ocaso de la Nación Dominicana con la misma
premisa antihaitiana del libro de Balaguer pero mas extenso.
Antes de pasar al asunto de la Confederación entre República Dominicana y la República de Haití, veremos uno a uno todos los puntos que Joaquín Balaguer expone como argumentos y que son los mismos que se hinchan en la red y en conversaciones directas de intelectuales, estudiantes, profesionales y obreros, ultraderechistas e izquierdistas, gente instruida y el pueblo llano.
El autor de La isla Al Revés para exponer sus criterios raciales sin duda ha leído y se ha valido(porque los menciona) del antropólogo Suizo Eugene Pittard que escribió Las Razas y la Historia y del tenebroso francés Joseph Arthur Gobineau; el primero sí tenia estudios científicos, pero el segundo simplemente era un aristócrata y diplomático que escribió Ensayo Sobre la Desigualdad de las Razas Humanas que sirvió posteriormente de inspiración a los nazis.
El libro de Pittard es interesante pero dejó unos flecos, tales como lo positivo o no de unir personas de razas distintas que fueron utilizados por los racistas; por eso no es raro que Balaguer lo aprovechara también en su ensayo. El de Gobineau, tal y como expresa su título(y contenido) es directamente tendencioso porque expresa tajante que los comportamientos de los seres humanos están determinados inexorablemente por su raza, que son hereditarios por la sangre y que no pueden modificar por voluntad del individuo. De ahí se inspira Balaguer para despreciar lo que es el haitiano, la imposibilidad de unirse racialmente porque son así y siempre lo serán por raza. Y los dominicanos, «el pueblo más español de América», para «defenderse de la labor desnaturalizante realizada contra él por el imperialismo haitiano» se ha aferrrado a su «abolengo español».(Liar 63, subrayado del blog porque Balaguer seguirá usando este término, claramente desfasado históricamente, a lo largo de su libro). ¿Se quiere discurso más arcaico y racista?
Ahora, en el libro hay todo un recuento histórico acerca de los esfuerzo que hicieron diversos presidente del país para traer otras razas, caucásica por ejemplo, o núcleos de españoles de diferente regiones de la Península, para salvarnos de la «raza haitiana».
Siempre inspirado por el ensayista suizo, el francés y otros, Joaquín Balaguer como una gran mayoría en República Dominicana, va negando el racismo, pero graciosamente va postulando que los haitianos afectan la salud. Los afrohaitianos que emigran a Dominicana son seres tarados por lacras físicas, no conocen la higiene, por tanto hacen bajar el índice sanitarios de la República; los haitianos que emigran a la parte este de la isla de Santo Domingo hacen que la moral descienda, que se relajen costumbres: enseñaron el robo a los dominicanos, la pereza, que se traduce como vagancia, la promiscuidad sexual, el concubinato, el amor incestuoso. Luego también el dominicano se ha aficionado a la magia y a la superstición asunto que se explica por que en «la mayoría de dominicanos existe un fondo supersticioso que no puede explicarse sino como la presencia en nuestra sangre de rasgos característicos del primitivismo de la raza africana»(liar 209, subrayado del blog). Después de esa frase ¿se puede seguir negando que eso es racismo puro y duro?
La mayoría del pueblo de Haití y República Dominicana es cristiano-católico, pero ambos tiene gran mestizaje religioso. El vudú es una religión también, solo que no tiene origen judeo-cristiano y occidental, sino africano, de ahí el rechazo que suscita, y como todas las religiones se basa en mitos y supersticiones y éstos se creen o no se creen ciegamente, sin embargo, el mestizaje, el mito y las supersticiones malos son los del haitiano ¿No se desgalillan también en Internet los cristianos evangélicos integristas, maldiciendo a los haitianos, «un pueblo que adora a Satanás» al que querrían ver desaparecer?
El contacto con el haitiano además ha influido a través de los tiempos en la constitución física del pueblo dominicano, y ese es uno de los peligros de la actualidad porque reduce la Eugenesia, es decir, el mejoramiento biológico del ser dominicano en desventaja porque, según Balaguer, el negro haitiano es más prolífero y fecundo, mas resistente a enfermedades, y lanza como si tal cosa, esta floritura: «La raza negra se reproduce en progresión geométrica muy semejante a la de las especies vegetales más prolíficas»(LIAR,147); no compara siquiera con otro ser humano si no con plantas, lo mismo podría haberlo hecho con animales. ¿No suena esto a los lamentos en internet que he leído de que se reproducen como conejos?
En consecuencia, sigue argumentando Balaguer, ese exceso de población de Haití es la amenaza creciente para Dominicana. Todo esto al final da el fruto de la decadencia en la constitución física, léase racial, la disminución del sentido patriótico y solidaridad nacional, por lo que también retarda la evolución social, y puede influenciar políticamente a la hora de tomar partido. Lo que esconden estas palabras es la posible consecución de derechos electorales para los haitianos nacionalizados o descendientes y el interés de cercenarlos.
¿No les suena a las campañas que se difunden en internet? Quiza les sonará como se escandalizaban que en la última campaña electoral municipal una candidata a regidora(concejal) del municipio de Higüey del partido País Posible de Milton Morrison(3), mandase mensajes en creol, situación que era una tragedia, «ya eso era lo último» decían, algo intolerable, a la vez que pedian suspensión de esa forma de campaña y sanción para la candidata y el partido. Sin embargo no cuestionan que los candidatos de Estados Unidos se dirijan en español al electorado hispano para ganarse sus votos.
Y todo lo resume el autor de El Cristo de la Libertad así: «La República, para poder subsistir como nación española, necesita afianzar las diferencias somáticas que la separan de Haití puesto que de lo contrario éste acabará por absorber la población dominicana asimilándola a la suya propia»(LIAR 96, el subrayado es del blog)
De ahí que consciente e insconsciente, mi querido pueblo dominicano tenga ese afán incesante en aparearse para tener hijos con personas mas claras, sobre todo los hombres. Vaya, eso sí es practicar la eugenesia.
Pero Joaquín Balaguer llega al punto de suavizar al tirano Rafael Leónidas Trujillo y sin mencionarla, la matanza(de1937) de más de 15 mil haitianos en la frontera y diversos municipios y ciudades. «El empeño de depuración racial que animó en ciertos momentos a la dictadura de Trujillo no obedeció, pues, a un absurdo prejuicio de casta(sic) que ni existe ni puede existir en un país cuya población es eminentemente mestiza.»(ibid)
Como no podía ser menos, la obra aquí comentada trata el asunto fronterizo. La delimitación de la frontera ya no es un problema, hace tiempo fue zanjado. Para Balaguer es obvio que se debe plantear el asunto de las interrelaciónes humanas en ese área. El expresidente de la República Dominicana expone prohibir o impedir el paso ilegal por ella, (aspecto en el que todos estamos de acuerdo, pero sin solución a la vista mientras militares, policias y funcionarios trafiquen con todo en la frontera: con personas, armas, drogas, alimentos…). Luego plantea vigilancia eficaz, dominicanización y refuerzo de la economía fronteriza para que no predomine la interrelación social con los haitianos ya que, como hemos visto antes en el texto de Balaguer, eso expone no sólo a perder «el carácter nacional sino también a corromper sus costumbres y rebajar el nivel de su moralidad» (Liar,74). Para él está por encima de todo el sagrado estatus ciudadano(ser dominicano) y por él hasta sobra eso de ser humanitario: «No hay razón(…) alguna de justicia ni de humanidad que pueda prevalecer sobre el derecho del pueblo dominicano a subsistir como pueblo español y como comunidad cristiana»(Liar,74) ¿No es acaso el resultado de eso la actitudes crueles e implacables contra los «animales» haitianos que se ve en las redes sociales?
Esto se replica en las opiniones de la mayoría de ciudadanos dominicanos que no comprenden como se desenvuelven las fronteras y lo ven con una simpleza absoluta. Pretendemos los dominicanos que nuestro territorio fronterizo sea tan depurado como no ha conseguido ninguna nación del mundo
Ignoran que las influencias mutua son imposibles de evitar y más si en esas fronteras hay un ingente comercio. En la zona del Río de la Plata el español y el portugués brasileño se mantienen influenciados; en la zona norte de Uruguay se habla portugués y en el sureste una lengua mixta español-portugués; en Francia una franja en la frontera con Euskadi es vascohablante y viceversa. Lo más reciente ha pasado en España ante unas reclamaciones de Portugal sobre el municipio de Olivenza de la Comunidad Autónoma de Extremadura que de lado a lado de su frontera se han intercambiado por siglos su lengua y cultura. El expresidente de la Junta de Extremadura, oriundo de Olivenza, Guillermo Fernández Vara, ha dicho que su localidad es una «ciudad extremeña y española, orgullosa de su pasado portugués. Nos sentimos hijos de España y nietos de Portugal.»
Pero no, un pueblo afrodescendiente como el dominicano quiere ser el más puro de influencias, eso sí, exclusivamente haitianas; ideal que fue impregnado desde Trujillo por el núcleo de intelectuales blanco, y de cierta descendencia española, de las clases gobernantes como Balaguer.
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El teórico del anti-haitianismo ya mencionado al principio, Manuel Arturo Peña Batlle después de la matanza de 1937 justificaba la actuación del gobierno de Trujillo de esta manera: «Si no actuamos con mano dura y ánimo fuerte, llegará el momento en que el mal será irremediable entre nosotros»(3) para concluir: «Estamos consolidando las esencias de nuestro futuro destino nacional»(4)
A 82 años de esas expresiones, su trasfondo ideológico es repetido de forma masiva por todos los estamentos sociales dominicanos…»nuestras raíces suplantadas por una mayoría de población que se introduce poco a poco»… «en 50 años los dominicanos estaremos hablando creol»…»nos estamos haitianizando»…»los alumnos haitianos desplazan a los dominicanos»…
¿Y entonces..? ¿Y después..? ¿Qué queremos..? ¿Que la historia se repita..?
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NOTAS
1) Editora Corripio, Santo Domingo Rep. Dominicana, 4ta edición 1987. Toda referencia a la obra se hará con las siglas LIAR, seguido del número de página.
2) Posterior a la obra de Balaguer, Manuel Núñez, profesor, lingüista y ensayista, escribió la obra El ocaso de la Nación Dominicana(1990) que aunque mas extensa que la de Balaguer, porque casi va de enciclopedista del tema(600 páginas), sin embargo reitera en las mismas ideas de éste. También en 2007 Euclides Gutiérrez Félix, político, jurista e historiador, publica Haití y República Dominicana: Un Origen y dos Destinos.
3) Este ingeniero, empresario y político es hijo del conocido poeta-escritor dominicano Mateo Morrison.
4) «Discurso de Elías Piña», Manuel Arturo Peña Batlle, 16 de noviembre de 1942. Reproducido por el Periódico El Sol, Santiago, Rep. Dom., 7 de mayo de 1981.
5) «Carta a Jorge Mañach, idem, 1945, reproducido por el periódico El Sol, Santiago, R.D. 8 de mayo de 1981.
Publicado por ESCRITOS EN LA INMIGRACIÓN