FOGARATE
RAMÓN COLOMBO
En medio de la algarabía, busqué rostros cercanamente ausentes (Guillén, Pichirilo, Amaury y Leal Prandy). En medio del asfalto sin bocinas, recordé las memorables huelgas antibalagueristas, los golpes de Estado, las marchas constitucionalistas, y extrañé otros rostros: Efraim Castillo y sus largos discursos; Ayuso y sus versos erótico-incendiarios; los Botello fuertemente preparados para la lucha armada; Condecito buscando infructuosamente una pared limpia para hacerse urgentemente muralista. No. No es la primera vez que El Conde se abre a los viandantes. Y aunque hoy camino igual con todo y su orden municipal, esto no es El Conde.