Es mejor que esto termine por Rafael Peralta Romero

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Voces y ecos

RAFAEL PERALTA ROMERO
rafaelperaltar@gmail.com

Especial para Quisqueyaseralibre.com

El momento de quebranto que lo agita debe estar apurando a
Leonel Fernández para que desee el fin del proceso electoral.
Está en la situación de quien pide “pase de mí este cáliz”.
Fernández necesita que la fecha de las elecciones, de la que hoy
estamos a 30 días, acabe de llegar. Hay cargas tan pesadas a
veces…
Todo candidato, incluso Roque Espaillat, encuentra cómo
alimentar su esperanza en el combate electoral. El peculiar
“Cobrador” lo evidenció a propósito de su detención en la
frontera, por miembros del Ejército. El otro discurso de un
político va hacia adentro, se trata con estrategas y jefes de
campaña, quienes señalan debilidades.
Fernández necesita salir del escenario, dado que los resultados
de las elecciones municipales le son demasiado demostrativos
de lo que le espera. A eso se agrega la tozudez de las encuestas,
en las que se proyectan los números de Fernández más los Abel
Martínez con la mitad de lo que se vislumbra para el presidente
Luis Abinader.
Hay quienes dicen que los políticos carecen de sentimientos y
creen que todo en ellos es simulación. Y de cierto, que el
histrionismo cuenta entre los actos de los candidatos. Ellos
desempeñan papeles como actores, siguiendo pautas de
directores de campaña, pero también sufren y son golpeados por
los reveses.

Fernández ha sido un político de suerte. Esta columna lo ha dicho
muchas veces, pero su hado ha cambiado y él lo sabe, aunque el
guion que tiene que seguir le haga mostrar otra cara. Y recuerda
la historia del cómico Garrick, “actor de la Inglaterra”, según
narra el poema de Juan de Dios Peza.
También es comparable a la del hablante lírico que dice: “Ante el
mundo estoy riendo y dentro de mi pecho mi corazón
sufriendo”. Aun reconociendo las adversidades que se
aproximan, Fernández no puede declinar, porque falta definir
quién será el líder de la oposición y él podría alzarse con ese
trofeo.
La angustia de Fernández se refuerza con la posible derrota de su
hijo Omar Fernández, aprendiz de político que tercia por la
senaduría del Distrito Nacional. Ahora se advierte que fue error
sacarlo de la diputación en la que podía repetir para encauzarlo
por una senda escabrosa.
Ningún padre quiere el fracaso para su hijo y el líder de Fuerza
del Pueblo no es excepción. La angustia roe la paz interior del
candidato presidencial de FP y su caso trae a la memoria la vieja
canción del Jibarito de Lares: “Es mejor que esto termine, es
mejor para los dos”. No es grato lo suyo.

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