El Lince
Cuando Trump fue elegido presidente de EEUU os dije que nos adentrábamos en una historia inquietante y que su mandato puede ser bueno o malo, sin términos medios. Terminaba diciendo «ya veremos» a lo que dice que va a hacer, con cosas que contienen muchas irrealidades y contradicciones. Lo que no se puede negar es que el tipo tiene un absoluto control del espectáculo y las cosas que dice no pasan desapercibidas.
La penúltima ocurrencia es la compra de Groenlandia (por las tierras raras, ahora en manos casi totalmente de China) y recuperar el control de Panamá «para que no caiga en manos chinas». ¿Alguna duda de cuál va a ser su prioridad en política exterior? Os ayudo: tiene cinco letras y empieza por c.
Puede que más tarde me ocupe de lo de Groenlandia, que tiene su miga. Pero lo del canal de Panamá viene a cuento porque hace poco más de un mes se inauguró un puerto, Chancay, en Perú, que pone patas arriba todo el dominio estadounidense en América Latina. Porque al hilo de esa inauguración, Nicaragua saltó con lo de relanzar la construcción de un canal alternativo a Panamá a través del lago Cocibolca, con invitación expresa a China -que ya inició algo que no siguió adelante- y Rusia para su desarrollo. No es una idea nueva, se propuso por primera vez en 2013, pero sí lo de que Rusia esté en ella.
Chancay ha sido construido por China y será este país quien lo administre. Es un puerto totalmente automatizado, con grúas no tripuladas, camiones portacontenedores eléctricos sin conductor y equipos de control inalámbrico 5G de Huawei. Todo ello de origen y fabricación china. Está en un sitio clave porque no solo conecta la carretera Panamericana (mirad por ahí lo que es) y lo más importante, Brasil a través de la Interoceánica del Sur hasta Porto Belo. O sea, que se unen los océanos Atlántico y Pacífico. A ver si lo pilláis: es un proyecto BRICS, con mayúsculas.
Por eso lo de la invitación a Bolivia como «país socio» de los BRICS que se hizo en la cumbre de octubre de Kazán (y por eso, también, el reciente ataque neonazi del país 404, antes conocido como Ucrania, a Kazán: los BRICS hacen mucho daño a la hegemonía occidental). Bolivia se convierte en el tercer elemento porque además de las carreteras hay el proyecto de construir un ferrocarril que ayude al transporte desde los dos lugares, Chancay y Porto Belo, y dé oxígeno a Bolivia también.
Formalmente, Chancay es parte de la Ruta de la Seda china y con la conexión con la carretera Panamericana se abre a la práctica totalidad de los países latinoamericanos. Pero también es una puerta de entrada para los BRICS en América Latina. Eso es algo que EEUU no puede tolerar bajo ningún concepto, que China entre en su patrio trasero con esta potencia y que lleve de la mano a los BRICS.
Si, condicional, se suma a ello la iniciativa de Nicaragua el canal de Panamá queda prácticamente obsoleto porque sería una vía mucho más fácil de transitar para los grandes buques y no habría problemas de sequía como los hay en Panamá, aunque ahora se está recuperando un poco. Lo curioso del caso es que EEUU ya barajó la idea de construir un canal por Nicaragua casi con el mismo trazado que ahora se propone, pero desistió de la idea al aceptar Francia la compra del canal de Panamá.
En estos momentos hay una disputa diplomática entre EEUU y China por la neutralidad del canal de Panamá, dado que EEUU (Biden) viene diciendo desde hace tiempo que China lo utiliza para «aumentar su creciente influencia política y económica sobre Panamá» y que, con ello, «extiende su influencia por América del Sur». Otra vez eso del «libre comercio» a la mierda cuando a Occidente no le conviene. Lo dicho, su orden y sus reglas. Estos son sus valores. Hay que mencionar que EEUU entregó el control del canal a Panamá en 1999 con la condición de que permaneciese «políticamente neutral». Así ha sido hasta ahora, cuando la presencia china es considerada «no neutral».
Pero esto tiene también su trastienda: Taiwán. En 2017 Panamá rompió relaciones con la isla y las estableció con la China continental. A partir de ahí, las inversiones chinas en el canal, en el país y en la zona no han dejado de crecer. Con altibajos, en función de los cambios de presidentes. Unos son más pro-estadounidenses que otros y así unos los paran, otros los aceleran y así va la cosa, a tirones. Pero avanza. O mejor dicho: no se pueden parar, aunque vayan más lentos esos proyectos. Y China tiene la razón económica de su parte, incluyendo las normas internacionales. Pero ya se sabe, las normas solo le interesan a Occidente si son suyas o le favorecen. Su orden y sus reglas. De ahí lo de acusar ahora a Panamá de incumplimiento del acuerdo de cesión del canal porque su uso «no es neutral».
Pero esto no es todo. También entra en juego Colombia. Aquí los dos países, China y Colombia, discuten un ferrocarril al que llaman «canal seco» porque iría también desde el Atlántico hasta el Pacífico.
La cuestión es que por el canal pasa el 70% de los barcos que tienen origen o destino en EEUU y el 40% de ellos son contenedores de mercancías. El retraso por la situación del canal, por la sequía, es considerable y EEUU, además, ya está sufriendo el bloqueo del Mar Rojo que están haciendo mis amigos en zapatillas, Ansarolá. Y ahora esto de Chancay y lo de Nicaragua. De ahí la historia con la que sale Trump, con eso de que «el Canal de Panamá es considerado un activo nacional vital para los EEUU, debido a su papel crítico para la economía y la seguridad nacional de EEUU». Trump parte de una premisa vieja, que el canal le da a EEUU «el control de la ruta comercial más importante del mundo, además de influencia sobre el comercio con países de Asia y América Latina». Pero eso fue antes, ya estamos en otros tiempos, con otras realidades.
Trump es un histriónico, pero no por eso hay que dejar de tener en cuenta sus historias.
Como dato al margen, y es una hipótesis, para que todo esto tenga algo de realidad primero hay que solucionar el colapso del Mar Rojo, de ahí que no sea descartable una mayor agresión de EEUU y sus vasallos a Yemen durante la etapa Trump.
P.D.- Como dato añadido a la crisis de Alemania, sobre todo la automovilística, y la decadencia de Occidente en este aspecto, un gráfico demoledor. La ola de la desindustrualización alemana y la crisis automovilística ya se está sintiendo en Bélgica, donde se acaba de anunciar el cierre de fábricas de coches alemanes. Es el caso de Audi (3.000 trabajadores), aunque hay una pequeña posibilidad de que continúe la fábrica si los trabajadores aceptan una sustancial reducción de salarios, una reducción significativa de las garantías sociales y, al mismo tiempo, sacrificar puestos de trabajo para las próximas generaciones: no se contratarán nuevos empleados para reemplazar a los jubilados. Esto, por otra parte, es lo que acaban de pactar los sindicatos alemanes en Volkswagen. Como contrapartida, y esto aún está en negociación, la empresa ofrece para los despedidos (10.000) una indemnización de 125.000 euros por al menos 17 años de trabajo (190.000 piden los sindicatos).
Son cosas como esta las que Trump tiene en su cabeza, sabe que vive en un mundo que ya no existe aunque quiere volver a él con eso de «América primero».
El Lince
Publicado por Lynx Pardinus en 2:38 6 comentarios:
Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
jueves, 19 de diciembre de 2024
El frigorífico o la guerra
El lunes, un psicópata y fanático (no hay nadie más fanáticos anti-rusos que Los Verdes alemanes), el vicecanciller y ministro de Economía, reconoció que en Alemania «existe una caída en el nivel de vida, lo que está produciendo un aumento de las tensiones sociales» y que una de las causas de ello es la amenaza de desindustrialización que se cierne sobre el país desde que decidió ser uno de los vasallos más dóciles de EEUU y ponerse del lado de los neonazis del país 404, antes conocido como Ucrania. Una de las consecuencias de esa caída del nivel de vida y del aumento de las tensiones sociales son los despidos masivos que está habiendo, sobre todo en la crucial industria automovilística.
No es que haya mucha contestación social por ello, aborregados como estamos los europeos, pero sí hay una huelga en marcha de los 100.000 trabajadores de Volkswagen por los recortes salariales, los despidos y el cierre de fábricas de esta empresa.
La rebelión obrera de Volkswagen es la primera a gran escala en bastante tiempo. Como siempre, las direcciones sindicales pronto aceptaron negociar con la empresa para que la cosa no se desmadrase. Se hicieron un poco los gallitos diciendo que la empresa «iba por detrás de los chinos» (es de suponer que en innovación) y que eso no era culpa de los trabajadores, sino de «los millonarios que están en la cúpula». Hasta aquí bien, ¿no? Pues no, porque una vez llegados aquí están por la labor de recortar salarios para mantener los empleos, una propuesta de la dirección, con lo que ellos mismos aceptan la culpa de que la empresa esté como está.
¿Perdiendo dinero? Para nada. El beneficio neto en el tercer trimestre de este año cayó de los 4.340 millones de euros a 1.570 millones. Sigue habiendo unas ganancias colosales, pero para la empresa eso es pérdida y todo el mundo, trabajadores incluidos, tienen que apechugar. Esta reducción de beneficios se debe a que donde sí está perdiendo terreno es en China, donde apenas vende 2 millones de coches cuando hace un par de años eran casi 4’5 millones.
No es una situación que atraviese solo Volkswagen, sino otras muchas empresas emblemáticas, lo que ya os he comentado en varias ocasiones, la penúltima hace un mes. Para que se pueda visualizar el desastre que es hoy Alemania, aquí tenéis un cuadro de los despidos que se han producido solo este año.
Espero que os sirva para entender el por qué de la obsesión de los psicópatas con lo de las sanciones a los coches eléctricos chinos. Se pasan eso de «libre mercado» por el forro, como tantas otras cosas. Es lo de «orden basado en reglas», su orden y sus reglas.
No es solo Volkswagen. Todas las empresas automovilísticas están igual, como podéis ver. Este sector emplea a unas 800.000 personas directamente, además de un par de millones de puestos de trabajo indirectos.
No he podido conseguir otro gráfico y este es de hace un año, pero es más que suficiente para daros una idea de cómo está el mundo y el por qué de la obsesión occidental con China, incluida la OTAN. Entre los 19 vehículos eléctricos más vendidos en el mundo, solo hay uno europeo y es precisamente Volkswagen, en el puesto 16. Este gráfico es solo de matriculaciones en un mes, pero también da una idea de las ventas. Ni que decir tiene que en un año han cambiado las cosas y ahora Tesla está por debajo de la china BYD puesto que son seis los modelos de esta marca los que están en esa lista. Y, si os fijáis bien, más de la mitad de esta lista son coches chinos.
¿Por qué se ha llegado a esta situación del otrora considerado «país motor de Europa»? La sangre de la industria, guste o no, es el petróleo y el gas natural, que llegaba a precios muy bajos desde Rusia. Eso saltó por los aires con la voladura del gasoducto Corriente del Norte 2. Alemania vio cómo EEUU lo voló (o, como dicen ahora, el país 404, al que apoya) y no hizo nada. Fue la sentencia de muerte para esta potencia europea y para su industria, no solo automovilística. Alemania demostró que no es nadie, solo fachada. Si llegó a donde llegó fue por ser apoyada por EEUU, al igual que Japón, tras la II Guerra Mundial porque había que combatir el comunismo. Y, al igual que está pasando ahora mismo con Siria, a EEUU le daba igual el tipo de personajes con los que se codeaba. Los científicos nazis fueron muy bien acogidos en EEUU.
Cuento todo esto porque supongo, también, que sabéis que Scholz ha perdido la moción de confianza y habrá nuevas elecciones a finales de febrero. Y lo que me cuentan mis amigos alemanes es que no hay que vender la piel del oso antes de cazarlo. O sea, que no hay que dar por muertos todavía a los socialdemócratas. No es que vayan a ganar, no, es que va a condicionar lo que pase con el país 404.
Quien aparece como su sustituto, un democristiano, aboga por más apoyo a los neonazis del país 404. Eso se traduce en más armas y más dinero. Pero la gente no está por la labor. El 67% de los alemanes del este están en contra, el 47% en el oeste. La cámara de Comercio e Industria de Alemania también alerta sobre el declive alemán una y otra vez y pide una vuelta a lo de antes, al petróleo y gas rusos baratos.
Teniendo en cuenta lo de la crisis manufacturera y automovilística, el rubro en que se basa el «éxito económico alemán», está claro que los alemanes van a tener que elegir entre el frigorífico, si lo llenan o no, y la guerra con Rusia.
Un dato: los Verdes ya están negociando con los democristianos una posible coalición tras las elecciones. Los llamados ecologistas alemanes, Los Verdes, son los más belicistas y rusófobos del planeta, a parte de desideologizados, y no están incómodos con los democristianos.
Alemania es el principal sostén en la llamada Unión Europea de los neonazis del país 404 y eso le está pasando factura. Pero según están las cosas, el frigorífico perderá frente a la guerra. La economía alemana se verá presionada por la ruptura con Rusia, el aumento de la competencia con China y la alta probabilidad de que estalle una “guerra arancelaria” con EEUU bajo Trump. Ahora casi todos admiten que el modelo orientado a la exportación se ha agotado en tales condiciones. Y nadie tiene idea de cómo solucionarlo. O peor aún: siguen creyendo que se solucionará con la derrota de Rusia.
No es un problema solo de Alemania, sino de todo el zombi conocido como Unión Europea. Es algo que ya reconoce todo el mundo, menos nosotros, los europeos. El jardín tiene una valla tan alta que nos imposibilita ver otra cosa que nuestro ombligo. Ni siquiera cuando el estercolero mediático lo recoge, en un raro gesto de honradez.
Curiosamente, lo que aquí se dice es de cajón: «Los europeos se encontrarán con un duro despertar a medida que las perspectivas económicas de la región empeoren. Los gobiernos se verán obligados a recortar generosos programas sociales. Esto conducirá a un aumento de la popularidad de los partidos de oposición. Su éxito actual es aún más preocupante dado que lo peor aún está por llegar para la UE desde el punto de vista económico. (…) El problema es que cuando los europeos se den cuenta de su nueva realidad, será demasiado tarde. El futuro de Europa no es envidiable: será un museo al aire libre en ruinas, pero hermoso y endeudado para los turistas estadounidenses y chinos».
Ni que lo hubiera escrito yo.
Con este panorama, el nauseabundo y psicópata mayor, el secretario general de la OTAN, pide que se reduzcan las pensiones, la sanidad y las prestaciones sociales para aumentar el gasto militar. Porque a medida que el año termina se van conociendo más datos del inexorable declive del zombi europeo: la actividad manufacturera en la eurozona cayó bruscamente en noviembre, situándose en el 45’2%. Desde que la mal llamada Unión Europea decidió suicidarse siguiendo a EEUU con su irracional apoyo a los neonazis del país 404 ha caído casi 5 puntos. Cuando Rusia decidió plantar cara a la arrogancia occidental, con la OTAN a la cabeza, en febrero de 2022, ese índice era del 50%. Ya Europa estaba en el límite de lo que se considera expansión industrial y contracción, ese 50%. Ahora el hundimiento es mayor y ya hay quien augura que esto «va a tener un impacto significativo en la economía del bloque europeo durante los próximos dos o tres años».
Así que os recuerdo que el nauseabundo psicópata secretario general de la OTAN acaba de pedir más dinero para la guerra y menos para pensiones, sanidad y prestaciones sociales.
Lo dicho: o el frigorífico o la guerra. Si lo dejamos en manos de los psicópatas será lo segundo, si lo tomamos en nuestras manos será lo primero. La elección es nuestra.
P.D.- Como dato a tener en cuenta, y en contraposición al zombi europeo, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) dice que Venezuela encabeza el crecimiento económico en América Latina con un aumento en su Producto Interno Bruto (PIB) de 6’2% durante el año 2024. Y eso a pesar de satanización del gobierno y las sanciones (ilegales, según el derecho internacional) y de la parafernalia occidental apoyando a la llamada «oposición».
El Lince
Publicado por Lynx Pardinus