
Según nuestro colaborador Maximo Relti todo parece augurar que la estrategia seguida por los países del Occidente capitalista en contra del coronavirus, tropezará con serias dificultades, y seguirá provocando en sucesivos rebrotes ,miles de muertos. ¿Cuál es la razón por la que China, que es también un país capitalista , ha logrado quebrar la expansión de la pandemia? ¿Posee, acaso ,una fórmula secreta que le permite bloquear de manera fulminante la expansión de este virus letal?
POR MÁXIMO RELTI PARA CANARIAS SEMANAL
Como desgraciadamente terminará sucediendo en una buena parte de las Comunidades autónomas españolas, la de Madrid sufrió este martes el incremento de casi un centenar de personas contagiadas por el coronavirus . Lo que traducido en porcentajes supone un crecimiento importante en relación con el pasado lunes.
En el curso del presente mes de mayo, se registraron oficialmente en la Comunidad de Madrid 1.065 nuevos contagios. Sin embargo, los números que arrojan la totalidad de los casos alcanzan realmente – según distintas fuentes- nada menos que 3.003 infectados.
De acuerdo con la opinión de algunos digitales, estas cifras están poniendo de manifiesto notorias distorsiones en los datos ofrecidos desde diferentes puntos del Estado. Este hecho pone de manifiesto que la evolución de la pandemia ha terminado convirtiéndose en España en un arma de ataque entre las diferentes fracciones partidistas que comparten el poder institucional, en lugar de un instrumento para el diseño de una estrategia adecuada contra el coronavirus.
Ni que decir tiene, que las publicaciones afines al «gobierno de coalición» que integran el PSOE y Podemos resaltan en sus informativos la multiplicación de estos nuevos contagios en la Comunidad de Madrid o en Cataluña. Desgraciadamente, pronto tendremos la oportunidad de observar similares énfasis en los medios afines a la derecha tradicional.
LA TRANSMISIÓN DE LA PANDEMIA NO TIENE INEXTRICABLES SECRETOS
Según la inefable política ultraconservadora madrileña Isabel Díaz Ayuso, el lunes se habían registrado cinco contagiados. Esta cifra se multiplicó por 20.
¿Qué es lo que está ocurriendo? ¿Tiene el COVID-19 un comportamiento distinto de acuerdo con el día de la semana de que se trate? Desde el punto de vista estrictamente científico mantener eso sería una auténtica aberración, que ni siquiera los más recalcitrantes ultraconservadores son capaces de defender. No es el virus el que se «comporta». Por el contrario, son los comportamientos humanos y su proximidad la que resulta determinante a la hora de que el coronavirus logre transmitirse. Elemental, ¿verdad? De manera que si no hay transmisión, tampoco hay contagio.
EL MENSAJE A NUESTROS CAPITALISTAS: EL EJEMPLO CHINO
El bloqueo a la transmisión vírica es lo que le ha permitido, por ejemplo, a China, con una población de 1.700 millones de personas, erradicar la presencia pandémica del coronavirus. Para ello tuvo que someter a un confinamiento total a varias decenas de millones de personas. Y para ello sólo necesitaron menos de 60 días. Esa medida fue acompañada por la paralización total de todo el complejo comercial-industrial de una región, habitada por decenas de millones de personas.
No tengo ninguna simpatía por la China de nuestros días. Es un país tan capitalista como puede serlo los Estados Unidos, aunque el salvaje desarrollo de este sistema no haya logrado erradicar aún por completo algunas estructuras sociales, costumbres y modos de ser del periodo en el que tuvo un proyecto de construcción del socialismo. Entre ambas potencias se están disputando el dominio económico del mundo, lo que implica graves riesgos futuros para la Humanidad. Pero hay que reconocer que los capitalistas chinos -al menos en la presente etapa de su expansionismo-, trabajan a largo plazo, con vistas al futuro y no mirando torpemente al presente.
Lo demuestran en sus intensas relaciones comerciales con los países del llamado Tercer mundo. Pretenden, obviamente, ganárselos comercialmente. No hay en ellos ningún propósito altruista. Pero sus planes estan diseñados para el largo plazo. No tratan de engullir sus economías en poco tiempo, o conspirar contra los gobiernos que no cumplen con sus deseos, como hacen desde hace un siglo los Estados Unidos. Piensan en el futuro, no en el presente. Eso no significa que ese comportamiento sea estatico y no pueda evolucionar hacia actitudes más agresivas y militaristas en el futuro. Pero hoy por hoy esa es una de las razones por la que le están ganando la batalla económica a sus pares imperialistas de Occidente.
Con la pandemia, los chinos se han comportado de forma parecida. Lo importante para ellos no reside en las pérdidas que se vayan a sufrir hoy, sino las que puedan evitar para mañana. En cambio, la voraz codicia empresarial que está dominando la estrategia contra el virus en los Estados Unidos, España, Italia, Francia, Inglaterra o Brasil, se caracteriza por su visión anticuada, casi decimonónica, cortoplacista, típica de los roñosos usureros del siglo XX, a los que el hoy les impide ver el futuro. Esa es la razón por la que los capitalistas occidentales están tratando de imponer, a sangre y fuego, sus intereses inmediatos sobre los del conjunto de las sociedades de las que extraen, a la postre, sus beneficios.
ESPAÑA Y SUS «TENSIONES DESCONFINADORAS«
Dada la catastrófica gestión del proceso de desconfinamiento que está aplicando el gobierno socialdemócrata, sujeto a presiones patronales y partidarias, muy distante de los ilustrativos ejemplos que les ha ofrecido China, Corea del Sur, Venezuela, Cuba y otros países, hace previsible que en el curso de las próximas semanas las luchas cainitas interpartidarias y mediáticas tiendan a recrudecerse en el Estado español.
En realidad, estos fuegos de artificio sólo tratan de encubrir lo que subyace tras la vertiginosa operación de desconfinamiento. A estas alturas, hay que decir que la gran patronal española ha vencido en toda regla, logrando imponer al ejecutivo presuntamente progresista y a las diferentes fracciones partidarias que representan sus intereses en las instituciones, la vuelta al trabajo sin condiciones, así como la inmediata apertura de las fronteras al turismo. Este tipo de medidas podría resultar una auténtica catástrofe humanitaria para este y otros países. Sólo la presunción -no confirmada científicamente-, del descenso de transmisibilidad del virus durante las fechas estivales, podría recortar su magnitud.
Esta estrategia frente a la pandemia está encontrando una reproducción clónica en la mayoría de los países de la geografía capitalista mundial, que han considerado que «la preservación de los beneficios es mucho más importante que preservar la salud del conjunto de la población», tal y como desde el principio de su aparición del virus han defendido Boris Johnson, Donald Trump, los gobierno de algunos países nórdicos o Bolsonaro en Brasil.
http://canarias-semanal.org/art/27655/el-capitalismo-y-los-diferentes-significados-de-sus-estrategias-contra-del-covid-19