
Al declarar una guerra comercial a gran escala en abril de 2025, Donald Trump ha desencadenado una serie de turbulencias en la economía mundial. Rápidamente quedó claro que lo que se estaba cuestionando era la relación entre la superpotencia imperialista estadounidense y la superpotencia socialimperialista china.
Donald Trump está tomando medidas para cambiar las cosas y forjar un estado estadounidense centralizado y proactivo en preparación para la confrontación con China.
Ésta es la batalla por el reparto del mundo, que comenzó en 2020 con el estallido de la segunda crisis general del capitalismo.
Esta crisis no sólo expresa la modernidad del capitalismo, que ha llegado a un determinado estadio y se ve obligado a recurrir a la guerra para compensar su incapacidad de seguir manteniendo la acumulación de capital.
Hay también toda una serie de horrores del pasado que están resurgiendo y que el modo de producción capitalista ya no es capaz de contener, de frenar.
Las provocaciones de los narcotraficantes en Francia son un excelente ejemplo de estos intentos de volver al feudalismo, o incluso a la esclavitud. El pasado quiere volver a tomar el control, mientras es hora de marchar hacia el futuro.
Todo esto debe ser absolutamente analizado y comprendido; La crisis es la herramienta para esto.
Desde 2020, nuestra revista viene observando las tendencias producidas por la crisis general, aportando los elementos de comprensión y las claves para poder tener un punto de vista comunista, para poder adoptar una posición revolucionaria.
Una posición que no es un fin en sí misma, pero que permite la propuesta estratégica del comunismo, que llama a desarrollar conexiones para crear conciencia y afirmar el sentido de organización.
VIVE LE MAOÏSME!
LA RUPTURE ET LA CULTURE